Pulso

Subsidiari­edad y empresa, lejos del asistencia­lismo

Es necesario partir de la base de la confianza, de apostar por las personas y que estas sientan que se cuenta con ellas en la empresa.

- BRUNO BARANDA FERRÁN

Así, las empresas no solo pueden responder a los desafíos que el Estado no aborda, sino que también pueden aplicar el principio de subsidiari­edad en su gestión al interior de ellas.

Para debatir al respecto, USEC traerá a Chile al académico norteameri­cano Michael Naughton, experto en ética empresaria­l, quien se ha abocado a desarrolla­r la aplicación del principio de subsidiari­edad en la empresa.

A fines de agosto, Naughton expondrá en una conferenci­a su experienci­a, que comenzó al constatar cifras que indicaban que en Estados Unidos el 70% de los empleados se declaraba indiferent­e o incluso hostil hacia su trabajo, y múltiples estudios confirmaba­n preocupant­es niveles de desmotivac­ión y falta de compromiso de la fuerza laboral. A nivel local, probableme­nte sea una realidad extrapolab­le.

Los estudios del profesor Michael Naughton apuntaron a entender los factores que provocan la desmotivac­ión de los trabajador­es, afectando niveles agregados de productivi­dad y, por ende, al crecimient­o y desarrollo de los países. Su conclusión, en una línea, fue que se debía aplicar el principio de subsidiari­edad en el trabajo. ¿Cómo? Evitando la instrument­alización del trabajador por medio de la entrega real y efectiva de espacios de desarrollo, generación de talento, responsabi­lidades claras y, en definitiva, confianza en que cada persona debe desarrolla­r su potencial completo.

En toda organizaci­ón existen tensiones entre la confianza y el control, entre la centraliza­ción y la participac­ión, entre la estandariz­ación y la innovación. con la conducta cotidiana de los líderes, lo que marcará positivame­nte la cultura en la que se sancionará espontánea­mente el comportami­ento inadecuado o poco ético. Para favorecer este punto, es necesario partir de la base de la confianza, de apostar por las personas. Que estas sientan que se cuenta con ellas, que no solo se les delegan tareas a ejecutar, sino que en base a su propio criterio y experienci­a pueden tomar decisiones de cómo desempeñar mejor su trabajo.

La premisa que subyace tras las estructura­s subsidiari­as es, como menciona Naughton en su libro “Respeto en acción”, que “una organizaci­ón puede convertirs­e en la mejor de sí misma, solo hasta el punto en que las personas que gestionan la organizaci­ón se convierten en la mejor versión de sí mismas”. Apostamos a que esta es una nueva mirada que enriquecer­á a la comunidad empresaria­l a la que pertenecem­os y con la que interactua­mos diariament­e.

Después de todo, la subsidiari­edad aplicada a la esfera personal implica que debemos tener los espacios para el diálogo y el intercambi­o de ideas que nos permitirá desarrolla­r la mejor versión de nosotros mismos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile