Las empresas que marcan la diferencia
Verónica Hoffmann C., directora ejecutiva Fundación Chile Unido y egresada AMP 2013, analiza los desafíos de las empresas a la hora de conciliar familia, trabajo y los intereses de sus colaboradores.
UN AÑO con cambios propuestos en lo económico, laboral y social, como el actual, provoca desafíos complejos y de adaptación que se deben abordar de manera estratégica y eficaz. Las empresas que han centrado su gestión en las personas estarán mejor preparadas para responder a las nuevas realidades sociales, puesto que han forjado relaciones sólidas, de confianza y colaboración, con equipos de trabajo más participativos y afianzados, los cuales se sienten parte de los procesos de cambio que va viviendo su organización.
Así se van conformando organizaciones robustas, las cuales ante escenarios menos favorables cuentan con las herramientas y la capacidad reflexiva para adaptarse mejor, a diferencia de organizaciones mecanicistas que se desajustan en etapas de crisis. La Conciliación Familia y Trabajo contribuye en la evolución de empresas más flexibles, ya que promueve a centrar la mirada en las personas, anticipándose a los cambios que van viviendo en sus ciclos de vida, los que van determinando nuevas demandas en relación con sus intereses personales y vínculos familiares.
La motivación de las generaciones jóvenes por innovar requiere de modelos de trabajo más flexibles; el aumento de las expectativas de vida junto con una mayor sensibilidad por las personas con capacidades diferentes, ocasionan nuevas necesidades de apoyo en quienes deben cuidarlos, y la incorporación creciente de la mujer en el ámbito laboral incentiva a definir programas que otorguen mayores oportunidades para su trayectoria profesional. Estos son solo algunos de los fenómenos socio demográficos que impulsan a las organizaciones para adecuar sus políticas de beneficios y de calidad de vida, llevándolas a estar a la vanguardia en el equilibrio trabajo y familia.
Justamente esta preocupación por la integridad y la felicidad de las personas, es la que diferencia a las empresas y organismos públicos que participan en el estudio para ser una “Mejor empresa para madres y padres que trabajan”, que desde hace trece años va distinguiendo a quienes han avanzado sostenidamente por restablecer la armonía que tanto anhelan los colaboradores en sus vidas.
Definen un sello organizacional que contribuye a un mayor compromiso y lealtad de sus trabajadores, favoreciendo la eficiencia y el nivel de productividad, a su vez logrando ser una oferta atractiva para retener a los mejores talentos. Un factor determinante para lograr estos impactos positivos es ejercer un liderazgo personalizado y flexible, con modelos más humanos y más sustentables. Con ello se va transformando el mundo laboral, aportando un sentido trascendental al trabajo a través de una mayor realización de las personas.
Mirando hacia el futuro, la empresa moderna con visión amplia y de largo plazo prioriza dentro de sus objetivos la innovación, la creatividad y la diferenciación en el mercado, conjuntamente incorpora valores sólidos como la Flexibilidad, Diversidad, Respeto, Confianza e Integridad, que de manera transversal van marcando su actuar y se constituyen en pilares fundamentales para la definición de sus estrategias.
En consecuencia, qué gran influencia y responsabilidad tienen las organizaciones para contribuir a una mejor sociedad. El futuro está en decidir ser agentes de cambio, que incentive a las empresas a promover una cultura que las comprometa con los intereses personales y las familias de sus colaboradores, conscientes que cada una de ellas es un bien común para toda la sociedad. Abandonemos el paradigma que nos separa unos de otros y fomentemos el que nos hace ser corresponsables con los demás, humanizando así los lugares de trabajo.