Un entorno propicio para la inversión
Es necesario generar como país, y en una alianza público-privado, un contexto de más dinamismo.
LA INVERSIÓN es una de la variables clave que no logra repuntar. Según cifras de la Corporación de Bienes de Capital, el indicador de Intensidad de la Inversión, que mide el monto de las iniciativas que están construyéndose, alcanzó los US$4.467 millones, una caída de 2,8% en relación con el último cuarto del año pasado. En este período, la minería cayó 3,5% durante enero-marzo en relación al trimestre anterior, totalizando US$777 millones. Con esto, el sector completó su décimo trimestre consecutivo de caída, dando cuenta del impacto del menor precio del cobre. Por su parte, las obras públicas anotaron un alza de 8,9% en el período, llegando a US$932 millones. El sector inmobiliario cayó 1,4%, tras el boom registrado el año pasado en el subsector de viviendas por el inminente fin de la exención del IVA. El sector energético ha sido el principal motor de este indicador donde, pese a la reducción de 15,7% mostrada en enero-marzo, continúa dominando en términos de proyectos en construcción, con US$1.402 millones. La Intensidad de la Inversión es un indicador clave pues, como es sabido, los proyectos no solo tienen una inversión inicial importante, sino que su proyección en el tiempo es duradera. Por lo mismo, pese a que el indicador está muy influido por el sector minero, es necesario, como país, impulsar otros polos productivos. Es necesario un esfuerzo público-privado para reactivar la inversión, generando certidumbre y un entorno apropiado para la materialización de iniciativas de largo aliento.