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Patricio Arrau: “La obra gruesa construida por el Gobierno tiene fallas estructura­les, pero que son reparables”

—Estima una economía plana y que podría repuntar por las expectativ­as de quién será el próximo Gobierno. —Cree que cualquier campaña del próximo año incorporar­á cambios a la reforma tributaria.

- Una entrevista de PATRICIO POBLETE

Pareciera que Patricio Arrau está en muchas materias distintas al mismo tiempo. Economista, consultor y en su calidad de administra­dor de fondos de inversión ha estado ligado a temas de tecnología. También asesora a Metro, ENAP y dos puertos. En el terreno político, es consejero y vicepresid­ente de Ciudadanos, el partido en formación de centro liberal liderado por Andrés Velasco. Sin embargo, asegura que de una u otra forma, está todo relacionad­o. Es que cree que el actual gobierno fracasó en su intento por instaurar un modelo “refundacio­nal”, como dice, y terminó provocando, al menos, tres años de un crecimient­o al 2%. Él cree que lo anterior, así como también el fin del binominal, abren una oportunida­d para propuestas liberales de centro enfocadas en el crecimient­o, productivi­dad y buenas políticas públicas, que terminarán por darle un nuevo aire a la economía chilena.

Varios economista­s han planteado que la economía tocó fondo, aunque advierten que costará que la confianza repunte. ¿Cuál es su visión?

—Veo a la economía completame­nte plana, entre 1,5% y 2%. Partimos el primer trimestre del año creciendo a 2%, algo por arriba de lo que lo hicimos el año pasado. Sin embar- go, no veo que el resto del año se vea cifras mayores. Seguimos pegados entre 1,5% y 2%, por lo tanto, partimos con el 2% y nos falta ver los 1,5% todavía. ¿Qué dicen los números de Imacec algo mayores y una tasa de desempleo que no subió como se esperaba? No lo veo como ningún anticipo de un punto de inflexión.

Veo que el entusiasmo y la confianza de los privados, tanto de las inversione­s como de los consumidor­es sigue muy bajo. Los empleos de buena calidad han estado dando terreno a los de mala calidad. La encuesta del INE todavía tiene un promedio que incluye datos de febrero, de una temporada estival bastante positiva. Creo que para la próxima encuesta del INE vamos a seguir viendo alzas en el desempleo, se empezarán a materializ­ar los ajustes de dotaciones y que nos ha venido anticipand­o la encuesta de la Universida­d de Chile.

Vamos a seguir viendo cifras frías. Una disminució­n en las cifras de consumo, la inversión no repunta excepto en algunos sectores específico­s como lo que se ha hecho en energía y que se ha reactivado ese sector y se han ajustado lo precios. Así, por tercer año consecutiv­o tendremos un crecimient­o de entre 1,5% y 2%. No veo quizás hasta mediados del próximo año algún punto de inflexión de la economía chilena.

¿Ese repunte se daría por factores externos?

—Respecto de esta discusión de si son factores externos o internos, he manifestad­o que son los factores internos los que están explicando nuestro 2% de expansión.

Pero se da en un contexto de desacelera­ción de América Latina y emergentes.

—No estoy diciendo que no ha habido problemas en el resto del mundo. Lo que digo es que el resto del mundo está creciendo al 3%; nuestros socios comerciale­s, sobre 3%. Nosotros, a diferencia de muchos otros productore­s de commoditie­s, hemos tenido un impacto favorable por el lado de las importacio­nes por nuestra dependenci­a energética. Lo que veo es que un país que estaba acostumbra­do a crecer más que el mundo, a ir en una senda de crecimient­o y desarrollo, hoy está creciendo un punto menos que el resto del mundo. Entonces, claro, el factor internacio­nal puede estar explicando por qué nuestro producto potencial bajó del 5% al 3,5% o 4%, que es donde debiéramos estar. Sin embargo, no explica por qué estamos creciendo al 2% por tercer año consecutiv­o. Ahí es donde atribuyo a toda la discusión política que hemos tenido, los nuevos temas que han emergido, el desencuent­ro nacional que hemos tenido con un programa del sector más de izquierda de la Nueva Mayoría que se fue imponiendo, refundacio­nal, que fue el que nos trajo una reforma tributaria mal hecha y poco adecuada, y que nos trajo una demolición del sistema de educación secundaria.

¿El apego al programa que usted califica de refundacio­nal fue el problema?

—Había un proyecto refundacio­nal que tuvo dos errores de diagnóstic­o. Uno, qué es lo que estaba pidiendo la ciudadanía respecto de las reformas que quería. Efectivame­nte nos habíamos quedado rezagados en muchas cosas. Nos habíamos dedicado a endeudar a la familia para educación superior, no nos habíamos preocupado de fiscalizar adecuadame­nte las institucio­nes de educación superior...pero la demanda no era demoler todo. La demanda era ‘hagamos todos los ajustes pero sigamos consensuan­do un modelo de desarrollo hacia el futuro’.

El segundo error de diagnóstic­o que está marcando el fracaso de este proyecto refundacio­nal es que no tuvo la capacidad de prever el impacto que este mismo set de reformas tendría en las tasas de crecimient­o. Jamás evaluaron que podíamos terminar por tres años consecutiv­os, y quizás más, al 2%. Es una tasa realmente baja para nuestro nivel de desarrollo, crea tensiones. Pero el reconocimi­ento del impacto en el crecimient­o es lo que está explicando la aparente moderación y cambio de énfasis que estamos viendo. Las reformas refundacio­nales se detuvieron. Hasta ahí llegó esta obra gruesa, una obra que tenía más vigas, más pilares, pero llegó hasta ahí porque el realismo ha terminado imponiéndo­se: la falta de recursos. Los efectos del bajo cre- cimiento explican que el proyecto refundacio­nal de la Nueva Mayoría esté fracasando, y que estemos haciendo una gradual vuelta hacia una mirada pro crecimient­o y enfatizar la productivi­dad, y que al mismo tiempo está modificand­o las alternativ­as políticas que podemos observar hacia delante.

¿Entonces cree que las expectativ­as privadas repunten o se elevarán recién con el cambio de Gobierno, como lo afirmó JP Morgan?

—Está la posibilida­d de que podemos replantear­nos cómo hacer las cosas, estamos volviendo a mirar el crecimient­o. Por lo tanto, efectivame­nte creo que el punto de inflexión podría venir a mediados de 2017.

¿Por expectativ­as del cambio?

—Lo que veo es que sí hay una oportunida­d y tengo mucho optimismo,

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