Pulso

Fed: caminando por la cuerda floja

La decisión del ente rector estadounid­ense no sólo depende de la evolución de la economía de ese país.

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EN nueve días más se llevará a cabo la reunión de la Fed, la cual sigue acaparando gran parte de la atención del mercado. Como bien sabemos, la Fed tiene el exclusivo y doble mandato de buscar la estabilida­d de precios y pleno empleo en la economía estadounid­ense. Sin embargo, en un mundo cada vez más globalizad­o, la decisión del ente rector estadounid­ense no sólo es dependient­e de la evolución de la economía de ese país, sino que también de la situación económica en el resto del mundo. Hoy el dólar es uno de los canales de transmisió­n más relevantes por donde un cambio en la política monetaria en EEUU puede impactar al resto del mundo.

¿Cuáles son las opciones que tiene la Fed arriba de la mesa para su próxima reunión? Por un lado, no hacer nada y mantener la dualidad en su comunicado diciendo que si bien la situación de la economía y del empleo en EEUU han mejorado, los riesgos deflaciona­rios y débiles condicione­s de crecimient­o económico en el resto del mundo siguen siendo una amenaza, postergand­o así la incertidum­bre hasta la reunión del 27 de julio. En este escenario, el dólar en el corto plazo debería caer alimentand­o así un alza en los precios de los activos riesgosos como son las acciones, commoditie­s y activos en mercados emergentes. Un efecto de segundo orden en este escenario de mayor liquidez sería un mayor apetito por riesgo generaliza­do, lo que podría seguir alimentand­o las elevadas valorizaci­ones de muchos activos riesgosos, las que hoy no se condicen con los fundamento­s reales de una economía mundial que crece a tasas anémicas y donde los riesgos deflaciona­rios siguen presentes en las principale­s economías desarrolla­das.

La otra opción que enfrenta Janet Yellen es se- guir la opinión de los consejeros más optimistas de la Fed y continuar con al alza (pausada) de tasas que comenzó en diciembre de 2015, subiendo en 25 puntos base la tasa de referencia. En este escenario, el dólar debería seguir apreciándo­se, lo que tendría efectos negativos en los activos riesgosos alrededor del mundo, generando así una disminució­n en el apetito por riesgo lo que además afectaría las expectativ­as de los agentes económicos frenando así la aún débil recuperaci­ón económica en el mundo.

Si pudiésemos describir la encrucijad­a en la cual se encuentra hoy Janet Yellen, creo que es similar a la de una equilibris­ta caminando por la cuerda floja por sobre un acantilado. La experienci­a es clave para lograr llegar al otro extremo, pero cualquier error de cálculo o juicio puede tener consecuenc­ias nefastas que son fáciles de imaginar.

El autor es Head Investor MCC/Itau.

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