Caso Silala y RREE
La demanda contra Bolivia ante La Haya, abogando por el reconocimiento del Silala como río internacional, es un cambio sustancial en el paradigma de cómo hemos entendido la resolución de conflictos con los vecinos. Desde que terminaron los regímenes militares en Sudamérica, nunca antes Chile tomó la iniciativa como ahora. En el caso Laguna del Desierto, conocida es la forma en que Argentina impuso con astucia sus términos, analizando incluso el origen y la red de relaciones entre los árbitros designados, para evaluar posibles duplas que reforzaran la tesis del Gobierno de Carlos Menem. En Campos de Hielo, Santiago siguió fiel a su lógica defensiva y esperó las acciones de Buenos Aires con una carpeta de documentos bajo el brazo. Llegado el momento, con estricto celo jurídico presentó sus argumentos sobre “delimitación” y “demarcación”. No fueron suficientes. Ambas estrategias fueron construidas bajo las lógicas de la Guerra del Pacífico; con la llamada Hipótesis Vecina Tres (HV3), que dice que cuando un vecino amenaza la estabilidad de Chile los otros dos están listos para atacar. Los gobiernos de Aylwin y Frei estaban preocupados por construir la democracia y no dar mayor poder a los militares. Para ambos objetivos, la paz con Argentina era fundamental. Por eso transaron. Latentes están los últimos dos años con Perú y Bolivia. Ambos tomaron la iniciativa y Chile, como siempre, se limitó a contestar. Esta semana la Cancillería rompió esas viejas lógicas. De la mano de un equipo de asesores más amplio optó por una estrategia de framing, nombre que se da al acto de establecer un marco ( frame) para dar un foco claro y específico a una controversia con un montón de variables. El que toma la iniciativa enmarca los términos sobre cuáles se hablará. Chile lo acaba de hacer. Carlos Franco Escuela de Periodismo UAI