Demanda a Bolivia por uso del río Silala
Aunque el recurso presentado por el Gobierno es la respuesta ante los persistentes actos inamistosos del Presidente Evo Morales, el timing escogido por La Moneda no es quizá el más oportuno.
EN UN ANUNCIO que sorprendió a toda la opinión pública nacional, el pasado lunes en una entrevista radial, la Presidenta Michelle Bachelet informó que el Gobierno había tomado la determinación de presentar una demanda contra Bolivia por las aguas del río Silala. En el texto se pide a la Corte Internacional de Justicia de La Haya establecer si el Silala es o no un río internacional. Por lo mismo, también se solicita que el tribunal zanje que Chile tiene derecho al uso equitativo de sus aguas, que se valide el uso actual de ese recurso y que Bolivia tenga la obligación de tomar medidas adecuadas para prevenir su contaminación u otras formas de posibles daños.
Respecto de este acto hay que ser claros, la acción del Gobierno es una respuesta ante los continuos y persistentes desencuentros bilaterales alentados por el Presidente Evo Morales, donde el río Silala es solo la última manifestación de esta campaña continua que se origina en La Paz. Ahora bien, pese a esta justificación, el timing elegido por el Gobierno no es quizá el más oportuno, toda vez que la Presidenta enfrenta una compleja agenda interna, con alta desaprobación y un bajo apoyo a sus reformas estructurales. El Gobierno, en esta demanda, debe cuidar las formas internas y que no quede la sensación de que las aguas del Silala son una estrategia política reactiva.