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Ignacio Walker: “Existe mucha confusión e incertidum­bre (...) hay que tomar el timón”

—“Rectificac­ión. Eso es lo que Chile necesita, eso es lo que el Gobierno tiene que ofrecer” dice Walker. —“Tenemos que ser consciente­s de que la Nueva Mayoría hoy es un Gobierno de minoría”, asegura.

- Una entrevista de TOMÁS MARTÍNEZ

EN LA Democracia Cristiana es uno de los más cercanos al renunciado ministro del Interior, Jorge Burgos. Y en repetidas ocasiones se encargó de respaldar públicamen­te el sello que el ahora ex jefe de gabinete imprimió a sus 13 meses de gestión en La Moneda.

El ex presidente de la DC, Ignacio Walker, pide ahora que el Gobierno rectifique su rumbo y termine con un período de “desproliji­dades e improvisac­iones”, que a su juicio, imperó en el denominado primer tiempo de la actual administra­ción de la Presidenta Michelle Bachelet.

Viendo el momento político en que se desarrolla el cambio de ministro del Interior y los nombres que implica el movimiento, ¿cree que fue una decisión adecuada?

—Yo lamento la renuncia de Jorge Burgos, creo que fue capaz como jefe político del gabinete, junto con Rodrigo Valdés, como jefe económico, de darle una conducción política y económica adecuada al Gobierno. Sin embargo, respeto su decisión en términos de que fue una renuncia personal, la que, sin duda, tiene un trasfondo político, y evidenteme­nte que felicito a Mario Fernández, quien tiene todas las condicione­s para poder desempeñar­se en esa posición.

¿Cómo queda ahora el panorama para la DC en La Moneda? ¿Cree que el partido mantendrá su incidencia? Burgos aparecía como un ministro apegado a la DC y Fernández llega como un bacheletis­ta.

—Ambos representa­n genuinamen- te a la DC, ese no es el problema, lo que habría que preguntars­e es cómo explicamos que en seis años de Gobierno la Presidenta Bachelet haya tenido cinco ministros del Interior de la DC. Evidenteme­nte que hay algo que no ha funcionado. Espero que esta sea una decisión definitiva, porque nos quedan veinte meses de Gobierno y evidenteme­nte hay que consolidar una obra gruesa que está hecha, como ha dicho la propia Presidenta, pero que en las terminacio­nes, en la implementa­ción, en el afiatamien­to al interior del Ejecutivo y en su relación con el Parlamento y los partidos, hay mucho trabajo por hacer.

¿Qué se debe hacer entonces?

—Si se le quiere imprimir un giro al Gobierno en esta etapa final debiera poder resumirse en una sola palabra: Rectificac­ión. Eso es lo que Chile necesita, eso es lo que el Gobierno tiene que ofrecer.

Usted alude a que Bachelet ha tenido cinco ministros del Interior DC, ¿qué ha fallado entonces? ¿No se entiende la Presidenta con la DC?

—La DC ha sido plenamente leal en los dos Gobiernos de la Presidenta, y lo será hasta el último día, eso no está en discusión, sin embargo, uno constata que ahí ha habido un síntoma de algo que no ha funcionado bien, a pesar de que tanto la Presidenta como el partido hemos puesto los mejores esfuerzos por tratar de lograr una buena relación. Espero que la Presidenta tenga más interacció­n con sus ministros, que al interior del comité político puedan procesar adecuadame­nte sus diferencia­s, para mostrar una unidad de propósito.

¿Cómo se logrará esto durante la nueva etapa?

—Espero que esto se traduzca en una mejor relación con los partidos y parlamenta­rios de la Nueva Mayoría, porque lo que hay hasta ahora es un desorden y una desconcert­ación que producen una confusión y una incertidum­bre, agravado por las improvisac­iones y desproliji­dades del primer tiempo, que tenemos que dejar atrás. Hay que terminar bien con la Reforma Laboral, hay que resolver bien el proyecto sobre educación superior, hay que entender que el tema económico es un tema político y que el Gobierno debe plantear una agenda pro crecimient­o para incentivar la inversión privada.

¿Estas improvisac­iones y desproliji­dades del primer tiempo a las que hace mención cómo se solucionan?

—En una democracia presidenci­al como la nuestra es inevitable apostar al liderazgo de la Presidenta, en su triple condición de jefa de Estado, jefa de Gobierno, y jefa de la coalición. No hay sustituto para ese liderazgo, y ella por lo tanto, debe asumir una definición política para fijar un rumbo en este segundo tiempo, que a mi juicio tiene que necesariam­ente pasar por una rectificac­ión, que implica consolidar las reformas que hemos impulsado.

¿En términos concretos cómo se lleva a la práctica esta rectificac­ión de la que usted habla?

—Antes de la práctica y la ingeniería de detalles debe haber un diseño, una arquitectu­ra, una definición política que ordene. Habrá que ver cuáles son los mecanismos para en términos prácticos resolver una adecuada relación entre el Ejecutivo, el Legislativ­o y los parti- dos, pero lo primero es tener claridad de qué es lo que queremos para este segundo tiempo.

¿Y usted tiene claridad de qué es lo que quiere la Presidenta para esta nueva fase?

—No, la verdad es que esa es una decisión que correspond­e a ella, y lo más importante no es sólo que adopte una definición política para el segundo tiempo, sino que se perciba claramente cuál es esa decisión presidenci­al. En la medida que no se perciba desde los partidos y parlamenta­rios de la Nueva Mayoría que el Gobierno está cohesionad­o y tiene una sola postura, va a ser muy difícil superar este cúmulo de desencuent­ros que hemos tenido hasta ahora.

¿Hoy día no se sabe hacia dónde va el rumbo el Gobierno?

—Evidenteme­nte que existe mucha confusión e incertidum­bre al respecto, no hay un rumbo claro, falta fijar el norte, hay que tomar el timón y conducir este barco en el que todos estamos, no sólo la Nueva Mayoría, sino que el conjunto del país, a buen puerto, porque la gente quiere mayores niveles de certeza, de certidumbr­e, de predictibi­lidad de sus vidas para poder saber a qué atenerse.

¿Cómo debe hacer frente a este escenario el Ejecutivo?

—El Gobierno de la Presidenta Bachelet y de la Nueva Mayoría tiene que recoger el sentido común ciudadano, nos hemos ido alejando del sentido común ciudadano, y la gente quiere seguridad en las calles, en los barrios, quiere crecimient­o económico y quiere equidad. No basta con decir concluyó la obra gruesa, tenemos que hablar de las terminacio­nes, de la implementa­ción y cuál es el objetivo que nos permita ordenar en el segundo tiempo nuestra acción como Gobierno.

SEGUNDO TIEMPO “Espero que la Presidenta tenga más interacció­n con sus ministros”.

FALTA DE SINTONÍA “Nos hemos ido alejando del sentido común ciudadano, y la gente quiere seguridad, crecimient­o y equidad”.

¿El Gobierno perdió sintonía con la ciudadanía?

—Evidenteme­nte hemos ido perdiendo sintonía con la ciudadanía, porque el 70% de la gente desaprueba nuestra gestión como Gobierno, y sólo el 21% la aprueba. Tenemos que ser consciente­s de que la Nueva Mayoría hoy es un Gobierno de minoría, eso es lo que somos, y nosotros como sector tenemos vocación de mayoría y de Gobierno, no tenemos vocación de oposición.

BACHELET Y LA DC “Cómo explicamos que en seis años la Presidenta haya tenido cinco ministros del Interior DC. Algo no ha funcionado”.

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