Primera Mirada Derivados y riesgos financieros
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ODA ACTIVIDAD empresarial conlleva riesgos. Algunos de ellos operacionales, donde deberían principalmente centrarse las capacidades de los ejecutivos en su adecuada gestión y control; por ejemplo, el de un importador buscando oportunidades de negocios internas vía distribución. Otros riesgos se pueden atenuar mediante pagos a aseguradoras, tales como riesgos de incendios y de robos. Pero también existen adicionalmente riesgos de variables financieras que pudieran afectar los resultados, tales como tipos de cambio y tasas de interés, entre otras, riesgos que sin una adecuada gestión y control pueden llegar a revertir los auspiciosos resultados operacionales que podría alcanzar una compañía.
Para los riesgos de tipo de cambios y tasas de interés, entre otros, existen productos financieros principalmente intermediados por bancos, tales como forwards y swaps. También existe un mercado de futuros y opciones, los que técnicamente se denominan “derivados”. Los derivados, aunque pueden también ser usados como alternativas de inversión por su bajo costo, resultan ser adecuadas alternativas para gestionar los riesgos financieros.
Un forward, a modo de ejemplo, celebrado por lo general con una institución financiera, permite fijar el valor de tipo de cambio a una fecha futura. Así, en este ejemplo, aquel importador puede fijar hoy el valor del dólar a pagar en un par de meses más, cuando lleguen los vehículos importados, tomando un forward. Ello eliminará la incertidumbre del valor de tipo de cambio que debería enfrentar cuando pague al proveedor, de no haber tomado protección alguna.
Si bien en nuestro país el uso de derivados como instrumentos de protección de riesgos ha ido en incremento, aún no se ha masificado. Hay un dicho que dice que “no hay mayor especulador que quien no hace nada en materias de protección”, pues al no hacer nada queda a la deriva de las condiciones de mercado, condiciones que él no puede controlar.