“Los datos de la economía chilena muestran una debilidad estructural prolongada”
—Proyecta que las alzas del PIB 2016 y 2017 estarán entre 1,5% y 2,5%. —Señala que la prolongación de la expansión monetaria no va a resolver el problema del crecimiento.
EL ECONOMISTA jefe para América Latina de Moody’s, Alfredo Coutiño, tiene una mirada sombría del panorama económico de Chile y un juicio crítico sobre el accionar que ha tenido el Banco Central en su manejo de la política monetaria para el control inflacionario. Además, para el corto plazo no ve una recuperación de la inversión. “Chile necesita regresar a la disciplina económica e implementar reformas de común consenso con el sector privado y la sociedad”, plantea.
El Banco Central ajustó su proyección de crecimiento para 2016 a un rango de 1,25%-2% mientras que para el próximo año fijó un rango de 2% y 3%. ¿Comparte esa proyección para Chile?
—Los datos duros arrojados por la economía chilena muestran una debilidad estructural prolongada, la cual requiere de soluciones que van a tardar tiempo para mejorar la capacidad de crecimiento. Así, para 2016 y 2017, el crecimiento estará en el rango de 1,5% a 2,5%.
¿Ve probable que las expectativas tanto de consumidores como empresarios se recuperen en el corto plazo?
—Si las autoridades logran destrabar la confianza con acciones contundentes y convincentes y la disciplina macroeconómica regresa, entonces es posible empezar a ver un mejoramiento de las expectativas. Hasta ahora, la proyección del BC sólo incorpora el “supuesto” de mejoramiento de las expectativas, pero no se plantean acciones concretas para lograrlo, sobre todo en materia fiscal y monetaria.
¿Qué debería pasar para que se produzca un shock positivo en las expectativas?
—Primero, el país debe dejar de seguir poniendo esperanzas en un manejo macroeconómico expansivo, el cual ha demostrado ser bastante inefectivo. La debilidad de la economía es estructural, por lo que se requieren soluciones estructurales, no paliativas transitorias de políticas expansivas. Lo que se necesita es entonces un programa integral que restaure la confianza de tal manera que logre la aceleración de la única fuente de crecimiento permanente: la acumulación de capital, tanto físico como humano.
En cuanto a la inversión, el BC ajustó la proyección de 0,5% a una caída de 2,4%, ¿ve que el ciclo de desaceleración de la inversión ha sido más profundo de lo esperado y que aún no ha tocado fondo?
—Esta desinversión no sólo es producto del ciclo de la minería, como muchos argumentan, sino también, y en mayor medida, de una reticencia de la inversión privada ante la pérdida de credibilidad tanto en el manejo de las reformas como de la política económica misma. Un ejemplo es la prolongada expansión monetaria que no sólo ha sido inefectiva para levantar el crecimiento, sino que incluso ha estado alimentando a la inflación estructural.
¿Cuáles son sus perspectivas para la inversión? ¿Se podrá recuperar el próximo año?
—La inversión privada sólo empezará a recuperarse cuando se recobre la confianza y credibilidad, mas no por decreto o buenos deseos políticos. Chile necesita regresar a la disciplina económica e implementar reformas de común consenso con el sector privado y la sociedad. Para esto último se requiere todo un trabajo de liderazgo político y habilidad negociadora.
¿Cómo ha visto el manejo de la política monetaria por parte del Banco Central?
—Las presiones de demanda la han mantenido (a la inflación) por encima del límite superior de 4% desde hace más de un año y medio, en un ambiente de pasividad monetaria. De hecho, la tasa de interés se ha mantenido en territorio expansivo desde mediados de 2014. Es decir, la política monetaria no se ha usado para el fin que se le ha asignado: preservar la estabilidad de precios.
Algunos economistas plantean que no es sostenible que el BC mantenga por un período prolongado el sesgo restrictivo, cuando el escenario más probable es que no suba la TPM, ¿cuál es su visión al respecto?
—Las condiciones no son restrictivas, sino expansivas: la Tasa de Política Monetaria (TPM) nominal es 3,5% y la inflación está aún por encima de 4%, lo cual da una tasa real negativa. Además, el manejo monetario siempre es más efectivo cuando las acciones verbales son seguidas de acciones concretas en la misma dirección. Se pierde credibilidad cuando se dice una cosa y no se hace, o peor aun cuando se hace lo contrario. Mi opinión es que más temprano que tarde la política monetaria va a ser forzada a normalizarse, de lo contrario, se corre el riesgo de que la inflación se vuelva más terca y deteriore las expectativas y la credibilidad.
TASA DE INTERÉS “Más temprano que tarde la política monetaria va a ser forzada a normalizarse”.
¿Cuándo el BC debe avanzar hacia un nivel más neutral de la tasa de interés?
PIB POTENCIAL “Se espera que con un crecimiento de 2% en 2016 y nulo avance en la inversión, el potencial se reduzca a 2,8%”.
—El Central debió haber normalizado desde el año pasado, cuando la inflación estructural llegó a 5%, de tal forma que ahora está atrasado. Es evidente que la prolongación de la expansión monetaria no va a resolver el problema del crecimiento, por lo que el instrumento debe usarse para solucionar la persistente inflación. Lo recomendable entonces sería que la TPM se sitúe alrededor de 4% para finales del año.
RECUPERACIÓN “La inversión privada sólo empezará a recuperarse cuando se recobre la confianza y la credibilidad”.
¿Cuánto espacio tiene el gasto público para crecer en el Presupuesto 2017, y que a la vez sea coherente con la meta de ir reduciendo en 0,25% el déficit fiscal estructural?
—La aplicación efectiva de la regla estructural recomendaría un crecimiento real del gasto público estructural a lo más similar al crecimiento potencial, de alrededor de 3%. Sin embargo, para empezar a reducir el déficit estructural en un cuarto de punto porcentual del PIB, el gasto público real debería crecer en menos de 3%.