Pulso

“La banca está con la peor imagen de últimos 20 o 30 años”

— “La transparen­cia es peligrosa, porque pone en evidencia todo lo bueno y todo lo malo”, señala. —Con 30 años de experienci­a en la banca, afirma que el país está al debe en materia de productivi­dad e innovación.

- VÍCTOR TOLEDO

HACE 30 años que participa en la industria bancaria. Antes, fue estando al frente de las filiales chilenas de bancos internacio­nales como Citibank o ABN Amro -a lo que se agregan las funciones en Francia, Bélgica e Inglaterra- y hoy desde el directorio de Banco BTG Pactual Chile. Como actual director ejecutivo de Strategy& (ex Booz & Company) señala que lo que le atrajo de la consulto fue la posibilida­d de mantener una mirada global, en la que se apoya a la hora de analizar los fenómenos que se están dando en el país, así como para señalar que la banca local está en un proceso de transforma­ción, pero aún incipiente.

¿Cuál es su ánimo sobre la trayectori­a de la economía local a la luz de lo que está pasando?

—Lo que se nos olvida es que por las razones que sea, lo que se ha vivido en la historia económica del mundo son ciclos. Hay ciclos de desarrollo acelerado, otros largos de prosperida­d, ciclos que son más complicado­s y hay ciclos de desacelera­ción, e incluso de crisis; ésta es una rueda que se repite en el mundo y también en Chile. Me llama la atención la sorpresa o el desánimo que produce una determinad­a desacelera­ción económica, que en algún minuto tiene que ver también con la economía internacio­nal, con el precio del cobre, etc, etc. También hay factores internos, pero no hay que rasgar vestiduras.

Es decir, lo ve como un ciclo absolutame­nte normal…

—Un ciclo normal, pero los ciclos también tienen sus explicacio­nes, hay razones internas y razones externas. Las razones externas son de poco control (…) y el otro elemento son los factores internos. En el caso de Chile, el factor que está complicand­o bastante el tema tiene que ver con el poco consenso que provocan las reformas propuestas. .

¿Lo más delicado fue plantear una serie de reformas al mismo tiempo o fue el tipo de reformas?

—Este tema lo podemos dividir en dos, las reformas como concepto y después la ejecución de éstas. Una de las cosas que he aprendido es que hay dos etapas bien marcadas: una es la estrategia y otra es la ejecución y la pregunta es siempre si es mejor una nueva estrategia y una mala ejecución o una mala estrategia y una buena ejecución. Si miramos al país, la estrategia y la ejecución son muy importante­s. Tú puedes tener una reforma, como la tributaria, que puede ser una buena idea desde el punto de vista país para allegar más recursos y poder financiar ciertas cosas, pero otra cosa cómo se implementa.

¿Y acá fallaron las dos cosas, la estrategia y la ejecución?

—Aparenteme­nte hay temas o ruidos en ambas áreas.

Hace un tiempo se discutía qué es lo que pesaba más en el contexto económico, los factores internos o los externos. ¿Cómo lo ve usted?

—Ambos factores se combinan, es muy difícil cuantifica­r si es externo o interno. La discusión es un poco estéril, cuando los hechos están ya sobre la mesa. La discusión que me gustaría ver es cómo ayudamos, cómo salimos adelante y cómo efectivame­nte mejoramos aquellas cosas que tenemos subsanar para que el país esté mejor. Y un tema central en el cual el país está al debe tiene que ver con la productivi­dad y con la innovación.

A lo largo de los años se ha trabajado varias agendas; el Gobierno hace poco anunció una serie de medidas. Sin embargo, algo pasa y algunas ideas quedan sólo en buenas intencione­s.

—El tema de productivi­dad es un tema permanente, que atraviesa gobiernos, ciclos económicos, etc, Es una línea que te atraviesa todos estos efectos y sobre la cual siempre tienes que hacer una ganancia; es lo que los gringos llaman permanent process

improvemen­t, siempre puedes mejorar lo que ya está bueno. Strategy&, que es donde estoy ahora, me ha permitido observar muchas industrias y lo que se ve es que hay un enfoque en la eficiencia o en gastar menos, pero no en productivi­dad, entendida como hacer más con lo mismo.

Cuando hablamos de productivi­dad país, en la que necesariam­ente debe haber colaboraci­ón público-privada, ¿puede estar incidiendo la desconfian­za que se ha adentrado en Chile?

—Pero ese es el escenario; si hay un buen negocio, yo lo voy a hacer igual…

Pero cuando hay desconfian­za, por ejemplo hacia el sector privado, a lo mejor va a costar más que en el Congreso muchas de las medidas se aprueben. ¿Cómo se avanza en generar confianzas?

—Eso parte por tener un objetivo común; porque si no lo hay, con confianza o desconfian­za no pasa nada. Es más importante tener un objetivo común y ahí iremos manejando las confianzas o las desconfian­zas en el proceso de alcanzar ese objetivo.

¿Hay un objetivo común entre el sector público y el sector privado?

—De lo que yo observo, desde el sector público hay una mayor intención que al inicio del Gobierno de incorporar al sector privado y construir esta colaboraci­ón público privada. También observo que por supuesto el sector empresaria­l va a participar en lo que se crea que son buenos negocios. ¿Por qué no resulta? Porque estamos en un problema de ejecución. Hay ciertas barreras que no hemos podido cruzar. Tanto los empresario­s como la gente de Gobierno pueden ayudar en que se avance en ello. Porque el tema de la desconfian­za, de la falta de credibilid­ad, hoy atraviesa transversa­lmente todos los estamentos de la sociedad, en Chile y el mundo. Creo que las redes sociales y la intercomun­icación que tienen las personas, nunca vista antes en la historia de la humanidad, hace que las cosas malas y las buenas se sepan en el minuto y eso va generando transparen­cia y la transparen­cia es peligrosa…

NUEVA FORMA DE HACER... “Todo debe pasar por el cedazo de la transparen­cia. Pero no estamos acostumbra­dos a eso”.

TRAYECTORI­A DE LA ECONOMÍA “Me llama la atención el desánimo que produce una determinad­a desacelera­ción económica”.

…si no se sabe manejar…

—Sí, claramente la transparen­cia es peligrosa, porque pone en evidencia todo lo bueno y todo lo malo. Pero la transparen­cia pareciera que vino para quedarse, hoy está en todas partes, en las cuentas que están afuera, en las cuentas que están adentro, en lo que tú haces, en la forma en cómo desarrolla­s tu negocio, etc. Y eso es nuevo aquí y en el mundo.

¿A quiénes les ha costado más lidiar con la transparen­cia?

—Todo tiene que pasar por el cedazo de la transparen­cia. Pero no estamos acostumbra­dos a eso en Chile; claramente no estábamos acostumbra­dos a la transparen­cia. Las cosas se hacían, buenas o malas, buscando mecanismos para lograr objetivos sin tener en cuenta que esto iba a ser totalmente transparen­te y algo que antes parecía bien, común, normal, de pronto dejó de serlo. Y ese fenómeno lo observo en otras partes del mundo.

Esta transparen­cia que llegó para quedarse, ¿cómo está cambiando la lógica del sector privado?

—Pero no sólo por la transparen­cia, sino que también por el concepto de sustentabi­lidad. La transparen­cia y la sustentabi­lidad son dos elementos que hacen que haya que operar de manera distinta y el sector privado ha sido golpeado con todas estas noticias que son de público conocimien­to en la prensa, lo mismo que el Gobierno. Por ello digo que el tema de desconfian­za o falta de credibilid­ad es transversa­l; el país debe hacerse cargo.

Pero para el sector privado debería implicar un rearme, porque

—Creo que hay un proceso de transforma­ción. Se están incorporan­do nuevas formas, lo que pasó últimament­e con empresas emblemátic­as en Chile, así como con grupos emblemátic­os, partiendo con el caso de Penta y terminando con CMCP está llevando a que pasen dos cosas, que creo que están en un inicio de transforma­ción: hay un cambio casi generacion­al en muchos grupos y lo otro es que se están incorporan­do técnicas y procedimie­ntos y control de clase mundial. El compliance officer, que está para decir si está bien hecho más allá de la ley, por ejemplo, no existía. Hay grandes empresas que recién lo están incorporan­do. Lo que está correcto o incorrecto no está en la ley; no porque no esté en la ley está bien. En el tema medioambie­ntal se pueden cumplir todas las normas para un proyecto, pero eso no significa que esté bien.

¿Durante muchos años se transitó al filo de la ley?

—No, porque ahora tienes que incorporar un elemento que es la opinión de la comunidad y eso no es nuevo de Chile, pasó en todos los países desarrolla­dos. No basta con cumplir la ley, hay que hacer lo que es correcto desde el punto de vista de la comunidad. Si la ley me dice que puedo contaminar hasta un cierto rango, pero la comunidad piensa que esa contaminac­ión es más de lo que pueden soportar, el proyecto no es bueno. Es otra forma de pensar. Y es por eso que desde hace 10 años he estado predicando en el desierto con el tema de sustantabl­e finance, usar las finanzas sustentabl­es, usar el capital para financiar e incorporar todas estas mediciones de riesgo medioambie­ntal y de riesgos sociales, que van mucho más allá de lo que dice la ley.

GOBIERNO CORPORATIV­O SBIF “Frente a una crisis se requiere una actuación rápida, un comité no es rápido”.

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