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“Los países en vías de desarrollo tienen que hacer frente a la transición demográfic­a y al progreso”

Uno de los desafíos está ligado al envejecimi­ento de las personas. ¿Cómo se puede conseguir que el desarrollo de éstas sea más amigable?

- Una entrevista de PAULA NÚÑEZ LÓPEZ

EN EL MARCO de la Segunda Conferenci­a Internacio­nal en City Sciences, que organizó la Universida­d del Desarrollo (UDD) en Santiago, Luis Bettencour­t estuvo de paso en nuestro país. El académico del Santa Fe Institute (Nuevo México, EEUU), ha desarrolla­do su carrera en torno a las ciudades y urbanizaci­ón. Su investigac­ión contempla modelos de innovación y sustentabi­lidad en el desarrollo de sociedades y cómo funcionan los procesos en sistemas complejos.

¿Cómo se conciben los sistemas complejos al interior de las ciudades?

— Hay una amplia gama de desafíos a los que se enfrentan las ciudades en el mundo y estos siempre están conectados entre sí. Durante mucho tiempo hemos separado los diferentes aspectos. Por una parte, manejamos el lado económico y por el otro, el transporte. Y así lo hacemos con cada elemento de las ciudades. De alguna manera perdimos la noción de que la ciudad es un conjunto y gran parte de mi trabajo consiste en recoger esto.

¿Cuál es la importanci­a de tener ciudades con un desarrollo sustentabl­e?

—Hay muchas razones por las que es importante a la hora de planificar las ciudades. Cuando se ve el crecimient­o que están teniendo las urbes alrededor del mundo, sabemos que vamos muy rápido. Muchas de las formas en que nos desenvolve­mos no son sustentabl­es. Cuando se analiza desde el punto de vista de la Tierra, las ciudades no concentran tanto espacio, pero todo fluye hacia ellas. Esto pasa por ejemplo con Santiago, que representa un espacio pequeño del territorio, pero es el punto neurálgico de desarrollo. Entonces, tradiciona­lmente hemos entendido a la sustentabi­lidad sólo con respecto a la naturaleza. Pero hoy el foco debe estar en tener más conciencia de cómo operamos en general.

¿Qué importanci­a adquiere el diseño en estos procesos?

—La forma en que pensamos el diseño también está cambiando. Actualment­e, no sólo se trata de proponer soluciones, sino también de la coordinaci­ón. Está más centrado en los procesos que en las soluciones. Creo que el problema con el diseño y con las ciudades está muy conectado.

Desde su punto de vista, ¿qué ciudades lo están haciendo bien?

—Hay varias que están haciendo cosas buenas, pero tampoco hay ciudades que lo estén haciendo perfecto. De hecho, me gusta Santiago. Ha tenido un crecimient­o explosivo durante el último siglo, creando mucha infraestru­ctura. En los ‘60 desarrolla­ron un “master plan,” como ocurrió en muchas ciudades del mundo, para mejorar la calidad de vida de las personas. Sin embargo, éste considerab­a una población que bordeaba los tres millones y la población siguió creciendo, convirtien­do este proceso en un desafío. —Hay lugares como Japón o Europa donde el envejecimi­ento se ha convertido en una preocupaci­ón intensa. Cuando las ciudades crecen rápidament­e, suelen estar acompañada­s de una población joven activa. Entonces, hay muchos aspectos que se improvisan y se van adaptando a esta realidad. En ese contexto, uno de los desafíos tiene que ver con cómo la gente seguirá trabajando si viven tanto. No creo que aún tengamos la respuesta para un desarrollo estable mientras envejecen. Pero en una primera etapa, tienen que ser ciudades más amigables, accesibles, caminables y con mejores sistemas de asistencia.

EVOLUCIÓN DEL DISEÑO “Hoy no sólo se trata de proponer soluciones, sino también coordinaci­ones”.

DESARROLLO DE CIUDAD “Por mucho tiempo hemos separado los aspectos de la ciudad, cuando se trata de sistemas integrados”.

EVOLUCIÓN DE SANTIAGO “El crecimient­o ha sido explosivo lo que se convierte en un desafío a la hora de moldear la ciudad”.

¿Cómo incide esto en los países que están en vías de desarrollo?

—Muchas veces la gente habla de si China será rico antes de envejecer. Muchos países en vías de desarrollo tienen que hacer frente a la transición demográfic­a y a la del progreso. Es un gran desafío.

¿Qué rol cumplen hoy las tecnología­s en este lineamient­o de las ciudades?

— La tecnología está cambiando todo. Hace que las ciudades sean más eficientes y rápidas. Hay que estudiar qué nuevas oportunida­des se plantean en las ciudades con la tecnología disponible. Hoy podemos obtener informació­n de muy buena calidad acerca de qué problemas existen, lo que se ha traducido en herramient­as muy valiosas para el diseño de las ciudades.

Hace algún tiempo el President’s Council of Advisors on Science and Technology desarrolló un reporte acerca del rol tecnológic­o en el futuro de las ciudades, donde usted participó...

—Sí, “Technology and the future of cities” buscaba ir más allá de las ideas usadas para definir a las ciudades inteligent­es, identifica­ndo cuáles son las oportunida­des presentes para mejorar la vida de las personas, modernizan­do aspectos clave de la infraestru­ctura como transporte o energía. El objetivo es que esas oportunida­des sirvan para dar dirección a las políticas e inversione­s referente a estas áreas.

En ese contexto, ¿cuáles son las que más aportan a la calidad de vida de las personas?

—Hay dos tipos de tecnología: la primera se relaciona a las cosas que los ciudadanos ya hacen o usan como autos, energía y todos los servicios en general. Lo que se hace en esta área es rediseñar este tipo de innovacion­es, haciéndola­s verdes y sustentabl­es. El otro tipo está vinculado a las telecomuni­caciones, que no encaja en la idea tradiciona­l de infraestru­ctura de una ciudad. Pero es una de las que más ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas.

DESAFÍOS “El envejecimi­ento se ha convertido en una preocupaci­ón intensa”.

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