Señales políticas en reajuste a salario mínimo
El reajuste cerrado por Hacienda con parlamentarios de la Nueva Mayoría y la CUT excede claramente cualquier parámetro económico, considerando la situación económica actual.
EN UN PROCESO claramente más tortuoso que lo estimado, el Gobierno logró aprobar, en tercer trámite, el proyecto de reajuste del salario mínimo. La propuesta de Hacienda otorga un reajuste de $26.000 en 18 meses, que reemplazó a la original que subía de los actuales $250.000 a $260.000 en un año. Pero si comparamos este reajuste con el sueldo mínimo del 1 de julio de 2015 ($241 mil), se obtiene una variación de 6,6%, y si se hace el ejercicio a julio 2017 ($270 mil), este llega a 12%. ¿Por qué es importante este ejercicio? Porque el reajuste cerrado por Hacienda con parlamentarios y la CUT excede claramente cualquier parámetro económico, considerando la situación actual. Si bien es cierto la inflación de los últimos meses y la proyectada por el mercado da un piso en torno a 4%, los ocho puntos restantes de reajuste no se explican ni por crecimiento económico ni por productividad del empleo. Por lo mismo, el 4% real planteado originalmente por el ministro Valdés hacía más sentido que las pretensiones de la CUT y la rebelión que se vivió en la Cámara Baja. Por delante, lo que viene es el Presupuesto 2017, instancia clave para que no solo el ministro dé cuenta de toda su capacidad negociadora, sino también para que el Parlamento deje de lado los dogmatismos y cálculos políticos, para dar paso a una discusión seria y responsable.