Un destino para recargarse
BUENA parte de Bolivia es como retroceder varias décadas en el tiempo. Al igual como ocurre en otros países de la región, se ven muchas construcciones a medio terminar (de esta forma no pagan impuestos), calles sin pavimentar y agua que no es potable. Sin embargo, el lugar es único en el mundo. Con 3.600 msnm, las casas parecen trepar las laderas de los cerros, como si quisieran tocar el cielo. En el corazón se mezclan edificaciones de la época colonial con construcciones modernas. La Paz (ciudad a la que llegó PULSO invitado por Latam) está compuesta de dos áreas claramente diferenciadas que se transforman en la práctica, en dos ciudades en una: El Alto, a 4.070 msnm y Nuestra Señora de La Paz.
La primera era la ciudad del Presidente Evo Morales y se ha convertido en las dos últimas décadas en una zona receptora de inmigrantes procedentes del varias regiones del país. La gente que trabaja en la capital boliviana viaja todos los días a La Paz o simplemente, vive del comercio, algo que se ha transformado en una buena fuente de ingresos. Es llamada la nueva burguesía aymara. Manejan Transporte Para cruzar a las diferentes islas del Lago Titicaca se utilizan barcos a motor. autos Hummer y viven en los famosos cholets; una construcción con las características de un chalet que tiene cinco pisos o más. El primero es destinado al comercio, mientras que en el segundo y el tercero cuentan con salones para realizar fiestas, que duran varios días e invitan a cantantes como la mexicana Ana Bárbara o Vicente Fernández. El tercero es para los hijos y el cuarto y quinto es del propietario. Muchas de estas construcciones son realizadas por el arquitecto Freddy Mamani.
Además, hay hospitales, escuelas y universidades y la población de El
Alto -1 millón de habitantes-, impulsó al Gobierno a transformarla en una ciudad independiente.
Debido a la gran congestión del lugar, se inauguró hace dos años la primera parte del teleférico que incluye tres líneas. Una en El Alto, que es más pequeña, y otras dos que bajan al centro de la ciudad, “Era el medio de transporte más efectivo, se habían hecho pruebas para realizar un metro subterráneo, pero debajo de la ciudad hay ríos de agua”, dice Mariela, la guía turística.
El teleférico se inauguró hace dos años con el objetivo de descongestionar la ciudad, que hoy cuenta con varios jóvenes vestidos de zebra para regular el tráfico. El transporte aéreo cuenta con una capacidad de 10 pasajeros por vagón y sale cada 12 segundos. Recorrer una línea cuesta $300 y es una buena forma de conocer parte de la ciudad para ver las construcciones desde arriba. El proyecto fue realizado por la empresa austríaca Doppelmayr con un costo de US$234 millones. Para la segunda fase se implementarán seis nuevas líneas que buscan cubrir el resto de la ciudad, con una inversión de US$450 millones.
Entre los restaurantes, Ali Pacha, Gustu y el Vagón del sur presentan los sabores de Bolivia.
En los cholets vive la nueva burguesía aimara y son construcciones de hasta siete pisos.