Hernan Larraín:
¿Ustedes esperan que el Tribunal Constitucional hable de desacato del Gobierno?
—Lo que el TC puede hacer es constatar que la titularidad sigue funcionando de hecho porque se consagra después del veto, e incluso hay un párrafo en la ley que se llama de la Titularidad sindical para extremar el argumento. Lo que el TC debe hacer es exhortar en forma clara y categórica al Gobierno para que proceda a corregir esta reforma.
¿El TC tiene la competencia para ello?
—Esperamos que se pronuncie y deje sin efecto las normas contrarias al fallo en la Reforma Laboral, y que exhorte a adoptar las medidas para que el fallo pueda tener imperio.
¿No están empujando al TC más allá de su accionar?
—No. Entendemos que se genere tensión, pero la pregunta es si tenemos o no TC.
¿Puede ser que no exhorte?
—Todo puede ocurrir. Pero creo que vamos en un buen caballo, por lo tanto, no tenemos temor que se quede a mitad de camino, porque en esto va también la propia viabilidad del TC, porque si dicta fallos y no son ejecutados es lo mismo que no tener TC. No sacamos nada con tener una cosa que haga declaraciones decorativas, que no tiene imperio.
¿Está diciendo que cuando el Ejecutivo no legisló está poniendo en tela de juicio al TC?
—Lógico, porque no está cumpliendo una orden emanada de la autoridad, y por ello el Gobierno tiene que hacerse cargo de su responsabilidad.
¿Consideran como oposición adecuado tensionar así las instituciones?
—Creímos que con una presentación era suficiente, pero como el Gobierno está en un estado de porfía ilimitada, nos obliga a insistir. No vamos a quedarnos callados ni detener nuestra acción por las tensiones que se generen porque dejamos en la indefensión al 85% de trabajadores no afiliados a sindicatos.