Reestructurar y enajenar: volver a los orígenes
ANIVEL mundial se ha visto un aumento de empresas que buscan desinvertir o separar parte de su holding para focalizarse en su negocio principal. Esta realidad se ve reflejada en el “Reporte anual de tendencias en fusiones, adquisiciones y desinversiones” de Deloitte. Entre sus hallazgos se encuentra el incremento de las empresas con intenciones de embarcarse en una desinversión, cifra que aumentó de 31% de los consultados en 2014 a un 52% en 2016. Esta tendencia se ve reforzada por la intención del 77% de los inversionistas privados de vender este año sus negocios adquiridos. Ante este contexto cabe preguntarse: ¿qué está acelerando el paso de la desinversión? Pareciera ser que los grandes conglomerados quieren volver a sus bases y de esa forma, a través de proyectos nacidos del anterior (spin-offs) y de la separación de un negocio, división o venta de activos (carves outs), crear mayor valor para el negocio que permanece, y paralelamente darle nueva vida al negocio enajenado a través de un nuevo dueño. El desafío de las empresas que se embarcan en una desinversión es realizarla sin contratiempos que deterioren el valor esperado de la transacción. Cada empresa que comienza una re-estructuración o desinversión, debe tener en cuenta que no hay recetas para que este proceso sea exitoso. Si bien se pueden utilizar marcos de trabajo como guías, las particularidades de las distintas industrias y los diferentes escenarios que tiene cada país, imponen retos disímiles a quienes lideran el proceso. En este sentido, siempre es recomendable realizar estos procesos con un equipo multidisciplinario, que logre una mirada más integral e imprima una estrategia consistente y coherente con la realidad de cada empresa y sus mercados. Aspectos como el legal, regulatorio, operacional y comunicacional, son solo una parte de los flancos que deben resguardar quienes realizan este tipo de procedimientos, ya que son muchos los frentes que deben tener en cuenta al realizar la desinversión. Al final, la cooperación y la experiencia de los distintos actores es lo que determina una transacción libre de contratiempos.