“Las grandes inversiones mexicanas que han llegado son como los cometas, traen cola”
¿Esta relación se complementa con los tratados comerciales entre ambos países? ¿Cómo se insertan estas relaciones con la desaceleración de la economía a nivel mundial?
ATERRIZÓ en Santiago el pasado lunes 13 de junio y desde esa fecha su agenda no ha parado. El nuevo embajador de México en Chile, Rubén Beltrán Guerrero, valoró el arribo de las últimas inversiones de empresas aztecas en el país.
Tal es el atractivo que ha tomado el mercado interno y en particular el retail para las empresas mexicanas que de concretarse los últimos anuncios para el periodo 2015 a 2016, los registros de la Secretaría de Economía de México indican que la inversión sumaría US$2.580 millones.
En efecto, el intercambio comercial entre México y Chile para el año 2015 fue de US$3.739 millones con un saldo superavitario para los norteamericanos de US$1.129 millones.
Por lo mismo ahí está el desafío de las empresas chilenas. Al menos Falabella logró un primer paso y puso la bandera en un mercado cada vez más competitivo, al lograr un acuerdo con Soriana.
¿Cuáles son los desafíos de las relaciones entre Chile y México en materia de inversiones?
—Llego en un muy buen momento, cuando las inversiones recíprocas están encontrando sus pistas de aterrizaje y lo que vamos a ver en los próximos años será el fortalecimiento de las relaciones económicas integrales. Pero me parece que las inversiones que estamos viendo en Chile con esta nueva oleada es bastante amplia. Ahora llegan hasta los equipos de fútbol y pasan por las farmacias, las tiendas de venta al detalle y las tiendas de conveniencia. Estamos observando la complementariedad importante.
¿Existe un ejemplo que ratifique una mayor profundidad en las relaciones comerciales?
—La llegada de Falabella a México me parece que es algo que debemos destacar y qué bueno que los inversionistas chilenos están viendo un poquito más hacia el norte. Sabemos muy bien de las destacadas inversiones chilenas en Perú, Argentina y Colombia. Lo que vemos es que cada vez más las grandes empresas chilenas y mexicanas están apalancando sus inversiones.
¿Cuáles son las perspectivas de futuro para las nuevas inversiones?
—Lo que va a suceder es que estas grandes empresas son como los cometas, traen cola. Son los proveedores, las pequeñas y medianas empresas que son las acompañantes del área de servicios, que hacen que el proceso sea más rico después. He estado conversando con algunos empresarios y representantes de pymes chilenas, y lo que advertimos es que esas grandes inversiones generan dos cosas: la necesidad de acompañamiento de proveedores de servicios y productos y dos: crean ritmo y hacen que otras empresas de menor calado piensen que no es mala idea y digan por qué no intentarlo. Eso es lo que vamos a ver. Los próximos cinco años estarán caracterizados de ello. México y Chile son economías muy abiertas. Somos los países de America Latina que más tratados de libre comercio tienen. —Tenemos un acuerdo de acción estratégica desde hace 10 años que por cierto en noviembre es probable que tengamos una ronda de consultas para analizar cómo ha avanzado este acuerdo. La mesa está puesta, pero lo importante es que los comensales están llegando y saben que habrán empanadas. Ahora también habrá tacos. Además de un buen vino, hay un buen tequila. Independiente de cualquier cosa, preveo que nuestras empresas estarán cada vez más asociadas.
¿Qué evaluación hace de que grandes empresas como Femsa o Liverpool estén poniendo sus ojos en Chile?
—Tres cosas: Existe una afinidad entre los empresarios de Chile y México, se entienden muy rápido. Persiguen los mismos objetivos. Lo segundo es el nivel de estrategia macro que persiguen ambos países. Ambas son economías abiertas. Y la tercera característica es un tema de pinzas. Hay cosas que no tienen remedio y esta es una de ellas. México y Chile están destinados a generar una pinza hacia el Pacifico y otra hacia el sur-norte. Entonces esos movimientos estratégicos hacen que sean economías complementarias. Tenemos la ventaja de complementarnos por las estaciones.
¿Qué áreas podrían generar mayor compenetración entre empresas de ambos países?
—El éxito enorme que ha tenido México en la industria aeroespacial, me parece que es muy atractivo para las empresas chilenas que también están queriendo apostar en este tema. Ambos países están trabajando en la geotermia con éxito, y en energías alternativas, como la solar. Lo único que veo es una mayor confluencia. Seguirán creciendo las inversiones grandes, pero tenemos que acompañar a las pymes para que puedan desarrollar esos lazos de manera más fuerte. Aquí quiero destacar un ejercicio que conocí aquí en Chile. Mujeres del Pacífico es una iniciativa que están trabajando en empresas de innovación. No veo más que oportunidades. —Vivimos todos unos ciclos económicos complejos por razones extra regionales. Es decir, la parte de los commodites se ve afectada, pero vemos que las bases del manejo económico son fuertes y sólidas. Sa-
DESACELERACIÓN “Las bases del manejo económico son fuertes y sólidas. Sabemos que no hay mal que dure 100 años”
INFRAESTRUCTURA “Somos de los países de América Latina que más tratados de libre comercio tienen. Tenemos esa ventaja”
INFRAESTRUCTURA “Ambos países tienen programas más o menos vigorosos, pero esto no se hace de la noche a la mañana”
bemos que no hay mal que dure 100 años. Sabemos que más a la corta que a la larga, la economía chilena tenderá a crecer a ritmos importantes. Independientemente de cualquier otra cosa, porque los fundamentos de la economía chilena son buenos. Y lo mismo sucederá en el caso de México, donde la noticia importante es que en los últimos dos años se han creado más de dos millones de puestos de trabajo. El foco amarillo es que juntos tendremos que hacer un esfuerzo mucho mayor en materia de innovación y creación de capital humano. Ambas cosas darán un rasgo de mayor competitividad a nuestras economías. También está el reto de la infraestructura. Ambos países tienen programas más o menos vigorosos, pero esto no se hace de la noche a la mañana.