Fernando Atria: “Que en cuestiones formales se falle 5 a 5 muestra que el TC es una cámara política”
¿Esperaba que el Tribunal Constitucional declarara inadmisible las nuevas impugnaciones de la oposición? ¿Entonces, estamos en presencia de un fallo que no se ajusta de pleno a derecho?
—El experto constitucionalista y militante del PS desmenuza la decisión del Tribunal Constitucional de declarar inadmisible el recurso de la oposición. —Hubo un debate acerca de los plazos. El Gobierno decía que el proyecto se había despachado el 23 de junio y los requirentes decían que el proyecto se había despachado el 28 de junio. Lo increíble es que esta cuestión fue decidida 5/5, por el voto dirimente del presidente del Tribunal. Es decir, el TC no puede llegar a una decisión sobre la base de criterios jurídicos que convenzan a un buen número de ministros ni siquiera en cuestiones tan formales como cuando se produce el despacho de un proyecto de ley. Incluso en esos casos, cuando la cuestión es políticamente controvertida, la votación final es cinco a cinco y dirimida por el voto del presidente, o sea por una solución mínima.
¿Cuál es el riesgo de que no resuelva por criterios jurídicos?
—Con esto, el TC está demostrando que ni siquiera en estas cuestiones formales básicas decide como un tribunal de derecho. Es una tercera cámara. Qué mejor demostración de esto que el hecho que no pueda fallar con una mayoría sólida, ni siquiera la cuestión formal de cuándo se da por despachado un proyecto de ley. —Eso no lo sabemos porque aún no conocemos el fallo en cuanto a su contenido. Las condiciones de admisibilidad son las más formales y básicas de todas. Uno esperaría que al menos en eso el Tribunal fuera capaz de alcanzar mayorías considerables. Incluso en esas cuestiones formales que se falle cinco a cinco muestra que el TC es una cámara política. En este caso la alineación no fue la habitual por un discolaje, pero el problema sigue presente.
¿Cuál era su opinión sobre el requerimiento?
—A mi juicio, lo insólito del requerimiento era la pretensión de eliminar toda referencia a los sindicatos en la ley. Esto demuestra lo absurdo que era la posición que asumieron los requirentes. Eliminar a los sindicatos del proyecto era dejarlos en la desregulación completa, lo cual no es muy inteligente. Ahora como esto fue declarado inadmisible, la oportunidad de impugnarlo se cerró.
¿A su juicio, cuándo es el momento en que se produce el despacho de un proyecto de ley?
— El despacho se produce cuando la Cámara revisora aprueba finalmente el proyecto y manda un oficio al Presidente de la República comunicándole que está aprobado el proyecto. Eso fue lo que ocurrió el 23 de junio. Asumo que esa fue la tesis que se impuso en el Tribunal y creo que es la correcta.
¿Hay algún riesgo de que en el control obligatorio el TC se pronuncie sobre algunas normas que fueron impugnadas por la oposición?
—Tiene que pronunciarse sólo sobre las materias que sean de ley Orgánica Constitucional, no sobre otras materias. Creo que si el TC se aprovecha del control preventivo obligatorio para pronunciarse sobre cuestiones que no son de la competencia respectiva, estaría infringiendo la Constitución.
¿Coincide en que la aplicación de la reforma va a quedar entregada a la judicialización?
—Va a haber judicialización, mucho más de lo que sería ra- zonable. Esas son las consecuencias del procedimiento legislativo neutralizado bajo la actual Constitución. El límite es que el TC no puede obligar a legislar en ningún sentido positivo. Es un legislador negativo, sólo puede sacar cosas. Eso deja un problema sobre cómo se regula cuando el Tribunal ha removido ciertas disposiciones, es un problema de la actual Constitución de 1980. Le preguntaría a los empresarios a nombre de quienes la derecha presentó el requerimiento, si les conviene tener un proceso de negociación colectiva que ahora va a estar judicializado. Creo que eso es insensato.
REQUERIMIENTO “Eliminar a los sindicatos era dejarlos en la desregulación completa, lo cual no es muy inteligente”.
¿Es partidario de regular los vacíos legales a través de una ley corta?
—Esperaría a ver qué van a hacer los tribunales. Si se mueven en la dirección correcta, en la dirección en la cual el legislador no pudo moverse por las neutralizaciones, habría que dejar tal como está la ley. Eso es institucionalmente poco adecuado, pero también lo es tener un sistema neutralizado como el que tenemos.
EFECTOS DE LA REFORMA “Le preguntaría a los empresarios si les conviene tener un proceso de negociación colectiva que va a estar judicializado”.
¿Es momento de acelerar el debate sobre la modificación del TC?
—Esa es una discusión central dentro del debate de una nueva Constitución. Pero es evidente que el TC está siendo utilizado como una tercera cámara en la cual la derecha tiene un subsidio que no logró obtener con las elecciones. Ellos no van a estar dispuestos a perder esa posición. Es bien importante tener presente que la cuestión del TC no necesita ser tratada como todo o nada. Aún no encuentro un argumento que me convenza de que tener un TC es una buena idea, pero hay muchas fórmulas que son menos susceptibles de transformarse en una tercera cámara. El que tenemos nosotros es el peor de todos. En el debate habrá que ver si queremos tener un TC y si esa es la decisión, habrá que organizar sus competencias para minimizar la posibilidad de que se transforme en una tercera cámara. Hay mucho que aprender sobre eso en el derecho comparado.
TENER O NO TC “El Tribunal Constitucional que tenemos nosotros es el peor de todos”.