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Riesgo de longevidad y aumento de pensiones

El mecanismo de un seguro de longevidad puede entenderse como una renta vitalicia diferida que cubra la “cuarta edad”.

- MARCO MORALES

los fondos acumulados en la AFP, el Estado asume el riesgo de longevidad por medio de la cobertura del Pilar Solidario (para aquellos elegibles de acuerdo con su nivel socio-económico).

Lo anterior implica que si bien el riesgo de longevidad está cubierto para quienes se pensionan bajo renta vitalicia y para quienes cuya pensión es cubierta por el Estado, queda descubiert­o para todos los que optan por retiro programado. Por otra parte, en todos los casos, la necesidad de cubrir pensiones en edades avanzadas (por sobre los 85 años, por ejemplo), necesariam­ente hace que las pensiones sean menores a lo largo de toda la etapa de retiro, independie­nte de si la persona supera o no la expectativ­a de vida con que fue calculada su pensión.

Una solución al problema de longevidad, que a su vez permitiría un aumento significat­ivo en las pensiones a lo largo de toda la etapa de retiro, correspond­e al seguro de longevidad propuesto por la ex superinten­dente de Pensiones, Solange Berstein, y desarrolla­do en Berstein, Morales y Puente (2015) “Rol de un seguro de longevidad en América Latina: casos de Chile, Colombia, México y Perú”.

Dicho seguro de longevidad se funda en la idea de que los eventos de baja probabilid­ad -como vivir sobre 85 años- deben ser cubiertos por un seguro (con los beneficios de diversific­ación de riesgo entre los distintos asegurados), mientras la etapa hasta los 85 años debería cubrirse con ahorro, ya que la mayor parte de los pensionado­s vivirán hasta dicha edad.

En términos prácticos, este seguro puede entenderse como una renta vitalicia diferida (contratada a la edad de retiro) que cubre la “cuarta edad”, independie­nte si el pensionado contrató un retiro programado o una renta vitalicia al retirarse. El financiami­ento de este seguro sería independie­nte de la cotización que hacemos al fondo de pensiones de capitaliza­ción individual. dad tiene como primera ventaja el proporcion­ar cobertura de longevidad a todos los pensionado­s, en particular a quienes contratan un retiro programado cuya pensión disminuye gradualmen­te a lo largo de su etapa de retiro.

Adicionalm­ente, dado que la cuarta edad está cubierta por el seguro de longevidad, los fondos acumulados en la AFP pueden destinarse a pagar mayores pensiones entre la edad de retiro y la edad a la que comience a pagar el seguro de longevidad. Es decir, al tener asegurado el financiami­ento de la última etapa de la vida, podemos distribuir nuestro ahorro previsiona­l en el período que tenemos una mayor probabilid­ad de estar vivos y disfrutar de pensiones mayores dado que debemos financiar un menor número de años con este fondo.

Finalmente, es importante destacar que dependiend­o de si el pensionado es hombre o mujer, así como del número de beneficiar­ios y modalidad de pensión selecciona­da a la edad de retiro, el aumento en pensión puede llegar a niveles significat­ivos cercanos a un 25% respecto de las obtenidas bajo el sistema actual.

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