Riesgo de longevidad y aumento de pensiones
El mecanismo de un seguro de longevidad puede entenderse como una renta vitalicia diferida que cubra la “cuarta edad”.
los fondos acumulados en la AFP, el Estado asume el riesgo de longevidad por medio de la cobertura del Pilar Solidario (para aquellos elegibles de acuerdo con su nivel socio-económico).
Lo anterior implica que si bien el riesgo de longevidad está cubierto para quienes se pensionan bajo renta vitalicia y para quienes cuya pensión es cubierta por el Estado, queda descubierto para todos los que optan por retiro programado. Por otra parte, en todos los casos, la necesidad de cubrir pensiones en edades avanzadas (por sobre los 85 años, por ejemplo), necesariamente hace que las pensiones sean menores a lo largo de toda la etapa de retiro, independiente de si la persona supera o no la expectativa de vida con que fue calculada su pensión.
Una solución al problema de longevidad, que a su vez permitiría un aumento significativo en las pensiones a lo largo de toda la etapa de retiro, corresponde al seguro de longevidad propuesto por la ex superintendente de Pensiones, Solange Berstein, y desarrollado en Berstein, Morales y Puente (2015) “Rol de un seguro de longevidad en América Latina: casos de Chile, Colombia, México y Perú”.
Dicho seguro de longevidad se funda en la idea de que los eventos de baja probabilidad -como vivir sobre 85 años- deben ser cubiertos por un seguro (con los beneficios de diversificación de riesgo entre los distintos asegurados), mientras la etapa hasta los 85 años debería cubrirse con ahorro, ya que la mayor parte de los pensionados vivirán hasta dicha edad.
En términos prácticos, este seguro puede entenderse como una renta vitalicia diferida (contratada a la edad de retiro) que cubre la “cuarta edad”, independiente si el pensionado contrató un retiro programado o una renta vitalicia al retirarse. El financiamiento de este seguro sería independiente de la cotización que hacemos al fondo de pensiones de capitalización individual. dad tiene como primera ventaja el proporcionar cobertura de longevidad a todos los pensionados, en particular a quienes contratan un retiro programado cuya pensión disminuye gradualmente a lo largo de su etapa de retiro.
Adicionalmente, dado que la cuarta edad está cubierta por el seguro de longevidad, los fondos acumulados en la AFP pueden destinarse a pagar mayores pensiones entre la edad de retiro y la edad a la que comience a pagar el seguro de longevidad. Es decir, al tener asegurado el financiamiento de la última etapa de la vida, podemos distribuir nuestro ahorro previsional en el período que tenemos una mayor probabilidad de estar vivos y disfrutar de pensiones mayores dado que debemos financiar un menor número de años con este fondo.
Finalmente, es importante destacar que dependiendo de si el pensionado es hombre o mujer, así como del número de beneficiarios y modalidad de pensión seleccionada a la edad de retiro, el aumento en pensión puede llegar a niveles significativos cercanos a un 25% respecto de las obtenidas bajo el sistema actual.