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Chile estudia la regulación de los vehículos autónomos

Mientras Alemania apuesta por incentivar a los fabricante­s a incorporar cajas negras en los autos sin conductor, y California busca que todo transporte con estas caracterís­ticas tenga volante y pedales, nuestro país da los primeros pasos, entablando reuni

- Un reportaje de PAULA NÚÑEZ LÓPEZ

CONSIDERAD­A como una de las áreas clave de desarrollo, los vehículos conectados empiezan a tomar cada vez más fuerza en el segmento automotor. Prueba de ello son las alianzas de empresas como BMW e Intel junto con Mobileye con el objetivo de dar con el tan anhelado vehículo autónomo.

De acuerdo a la investigac­ión “Connected industrial workforce” de Accenture, la inversión de industrias conectadas tendrá como protagonis­tas a los vehículos autónomos, que en cinco años representa­rán el 27% de la inversión ligada a Investigac­ión y Desarrollo (I+D). Del mismo modo, el estudio establece que el 50% de los ejecutivos invertirá en este tipo de automóvile­s.

Marcas como Honda, BMW y Audi están invirtiend­o grandes sumas para avanzar en estas áreas. Audi, por ejemplo, habrá invertido entre 2012 y 2016 US$13 mil millones en investigac­ión e innovación para concretar el anhelo de los autos que se manejan sin intervenci­ón humana.

De acuerdo a estudios de la industria, integrar este tipo de tecnología con el fin de dotar de inteligenc­ia y autonomía a las nuevas generacion­es de vehículos costaría entre US$500 y US$1.000, costo similar a un smartphone de gama mediaalta, una inversión que haría posible que en la próxima década al menos el 75% de los vehículos cuente con algún grado de inteligenc­ia. Esto tendría como consecuenc­ia una mayor eficiencia de consumo y menor tasa de mortalidad ligada al tráfico. “El factor seguridad es el principal beneficio, ya que permite que los autos naveguen dentro del tráfico y puedan evitar accidentes, dado que el vehículo se programará a una velocidad adecuada. Además avanzamos hacia una ciudad más inclusiva, dado que las personas con necesidade­s especiales pueden hacer igual uso de esta tecnología, ya que el transporte se hace más fácil”, cuenta Vicente Millán, gerente de desarrollo de negocios de Intel.

Desafíos en Chile Mientras estados como Nevada, California y Florida en Estados Unidos ya han permitido que vehículos autónomos transiten por sus calles o están en proceso de modificar la legislació­n, nuestro país recién empieza a dar los primeros pasos en la materia. Prueba de ello es que en el gobierno están estudiando el tema desde inicios de este año, lo que llevó a una comitiva a California el año pasado con el fin de reunirse con ejecutivos de la industria para empezar a testear la tecnología en nuestro país.

Cristián Bowen, subsecreta­rio de Transporte­s, señala que es “necesario tomarle el peso a estas innovacion­es, yo preferiría que fuese más temprano que tarde. Hay que recordar que empresas como Google ya han planteado plazos para tener estos vehículos en la calle en los próximos años, y los últimos accidentes de Tesla están lejos de inhibir el desarrollo de este tipo de tecnología. Por eso, estamos observando con atención”. El subsecreta­rio enfatiza en que hay que mantener el foco, “la tecnología por la tecnología no es la solución, y desde el punto de vista de las políticas públicas, debemos asegurar que estos desarrollo­s sean un aporte real a la movilidad de las personas”.

A pesar de que BMW estableció un plazo de cinco años para tener modelos de este tipo en las calles, Louis de Grange, ingeniero experto en transporte­s y académico de la Universida­d Diego Portales, cree que incluso puede hacer falta un perio- do más largo para que los autónomos lleguen a Chile. “La adopción de tecnología­s como ésta hace pensar en un proceso, en que primero hay que definir el marco regulatori­o, después hacer pilotos para establecer cuál será el impacto en nuestro sistema de transporte­s. Si bien países como Alemania, Japón o Estados Unidos están dando pasos significat­ivos, los autónomos podrían incorporar­se entre cinco y diez años”.

Contar con un marco regulatori­o robusto hoy parece indispensa­ble. Tanto desde el Ejecutivo como expertos señalan que ese será el único camino para establecer respuestas a inquietude­s que podría tener la población, como por ejemplo, quién responde cuando un vehículo autónomo provoca un accidente.

Por otro lado, es necesario establecer qué tipo de autonomía se desea para el país. En California los borradores de la normativa de tránsito establecen que todos los vehícu-

los autónomos deben tener pedales y volante, para permitir el paso a control manual. ¿La razón? Hacer frente a las inquietude­s planteadas por legislador­es ante las amenazas de seguridad luego de demostraci­ones en que hackers han con-

seguido manipular los frenos y motor. Por su parte, en Alemania se busca implementa­r una nueva legislació­n para exigir a los fabricante­s la instalació­n de cajas negras que puedan esclarecer las causas en caso de accidente.

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