Educación: insuficiente debate sobre calidad
La discusión respecto de la reforma educacional, en particular en enseñanza superior, se ha concentrado en aspectos financieros, pero el problema de la calidad no se está abordando.
DESDE QUE hace algunas semanas el Gobierno presentó su reforma a la educación superior, el debate se ha concentrado en el problema del financiamiento y la promesa improbable y condicionada de gratuidad universal. Un escenario similar ya se vivió al discutirse la legislación que eliminó el lucro, el copago y la selección. La reducción del análisis a los aspectos económicos de las leyes se explica por sus elevados costos fijos y permanentes, la imprecisión en algunas estimaciones de gasto, así como por las dudas acerca de las fuentes de financiamiento. Desafortunadamente, los problemas financieros de la amplia reforma educacional han oscurecido una materia de fondo: la mejoría en la calidad de la enseñanza en todos los niveles del sistema, hoy en particular en el ámbito de la educación superior. El proyecto del Ejecutivo precisa que uno de sus objetivos es asegurar la calidad de esta, pero el diagnóstico que hace es equivocado, al establecer que hoy la formación es mala e identificando este hecho con la existencia de instituciones privadas, que privilegiarían el lucro. También es equívoco al homologar mayor calidad con planteles estatales; los rankings internacionales desmienten ambas tesis. En este contexto, la solución propuesta, una frondosa burocracia y un aumento de la intervención estatal, no es garantía de mejor calidad. La experiencia comparada es reveladora de que la calidad depende más de regímenes abiertos, mixtos y competitivos.