CÓMO SANTIAGO ENFRENTA LA MOVILIDAD
La posibilidad de desplazarse por una mayor distancia en el menor tiempo posible permite aumentar la calidad de vida en una ciudad donde el espacio para el desarrollo personal parece reducirse.
MOVILIDAD es una nueva forma de entender el transporte en la ciudad, donde ya no se le considera simplemente como la mejor manera de mover cargas, servicios y pasajeros de un lugar a otro, sino que se trata de un concepto que pone a la persona en el centro, para mejorar su calidad de vida aumentando el tiempo y espacio para su desarrollo personal.
Se trata de un nuevo modelo que apunta hacia la sostenibilidad, cuyo principal objetivo es hacer que los medios de transporte de la ciudad sean vistos como un único sistema orgánico e integrado, una adaptabilidad y eficiencia que permite al habitante desplazarse por la estructura urbana, desarrollando los espacios y las condiciones para generar una interacción más amigable con su entorno. “Es la capacidad de ofrecer a los ciudadanos la mayor accesibilidad posible en el menor tiempo y a la mayor distancia. Una ciudad que tiene mucha movilidad es una urbe que puede abarcar en muy poco tiempo la mayor cantidad de territorio”, explica Pablo Allard, decano de la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad del Desarrollo (UDD).
Esta situación genera beneficios económicos, sociales y culturales, dado que la posibilidad de abarcar una mayor distancia permite tener más opciones de acceder a productos más baratos, se pueden prestar servicios a un mercado más amplio y si se reducen los tiempos de desplazamiento de los trabajadores, ese periodo restante se puede utilizar como horas productivas o de ocio con la familia, mejorando la calidad de vida.
El director de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, Alberto Gurovich Weisman, asegura que “la movilidad está provocando una formación urbana diferente, cambiando la estructura de transportes”. Según el académico, la movilidad tiene que ver con la distribución de los lugares, la organización del tiempo y la planificación a largo plazo. En ese sentido, destaca que uno de los problemas es que, por ejemplo, los estudiantes deban moverse a otras comunas por una falta de escuelas en el sector. “Esto provoca una sobre utilización de un sistema que debiera tener una lógica mucho más eficiente”.
El tiempo de desplazamiento es uno de los aspectos fundamentales dentro del desarrollo del concepto de movilidad. Según datos de Mapcity, alrededor de 81 minutos es el periodo que se tarda en recorrer la distancia entre el Metro San Pablo y Lo Barnechea en automóvil, mientras que 98 minutos puede llegar a demorar un viaje entre el Metro Plaza de Puente Alto y Lo Barnechea, lo que deja en evidencia los serios problemas de movilidad que viven algunos sectores de la capital.
Dalila Riveros, académica de la Escuela de Obras Civiles de la Universidad Diego Portales (UDP), sostiene que hoy “la movilidad apunta hacia la sostenibilidad, puesto que todos todos los medios de transporte tienen que compatibilizarse en el sentido de que se debe desarrollar una movilidad sostenible de locomoción pública compartida.
Desde el punto de vista de los desafíos de movilidad, el decano de la UDD destaca que “Santiago es una ciudad muy segregada, Estacionamientos de fácil acceso alrededor del Metro permiten integrar distintos medios de transporte con el objetivo de hacerlo más sostenible. donde parte importante de la población de clase media o clase obrera, vive muy alejada de las fuentes de trabajo en el centro o del eje Alameda, Providencia, Apoquindo, y por lo tanto, deben desplazarse grandes distancias para poder acceder a servicios, comercio o educación de calidad”.
En ese sentido, Enrique Joglar, gerente de Desarrollo de inmobiliaria INDESA, sostiene que los desafíos “tienen que ver con planificar la ciudad como un total, y considerar en esta planificación el estudio de las estaciones de Metro existentes, y cómo potenciar su infraestructura interior y las zonas exteriores aledañas a éstas. También el entorno de la ciudad y tomar en cuenta alianzas público – privadas, y densificar los ejes principales de las líneas, entre otras cosas”.
Esto también incluye a los automóviles. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadísticas, el parque automotor de Santiago alcanza los 1,8 millones de vehículos. Es en ese contexto que surge la iniciativa de integrar los estacionamientos en las principales estaciones de Metro como una alternativa para quienes desean acceder a las redes de transporte público y descongestionar las calles de Santiago.
Andrea Veiga, Gerente de Marketing Corporativo BMW Chile, explica que contar con estacionamientos alrededor del Metro, si bien ayuda, es una de las tantas opciones que podrían implementarse para movilizarse hacia los sectores de la ciudad más congestionados. “El concepto de car sharing permite dejar tu auto en casa (no utilizar tu auto dentro de la ciudad dentro de las horas peak o para largos trayectos) y trasladarte a los puntos de conexión intermodal a través de un sistema de arriendo por un tiempo acotado. De esta forma, accedes al transporte público sin tener la necesidad de trasladarte en tu auto y hacer uso de estacionamientos”, plantea Veiga.
Frente a la posibilidad de crear estos grandes espacios de aparcamiento en las principales estaciones de Metro, Dalila Riveros, académica de la UDP, sostiene que “la utilización de estaciones de Metro como grandes estacionamientos es lo que se hace en las ciudades que ya se encuentran desarrolladas en movilidad sostenible, como Madrid por ejemplo, donde en las estaciones que quedan más retiradas del centro, se hacen los llamados “park and ride”, que permiten estacionar el automóvil u otorgan un espacio para dejar a la persona que va a subirse a la red”.