Efecto Sanders caló hondo en programa de Clinton,
con giro en comercio exterior
— La ardua primaria que libró Hillary Clinton con Bernie Sanders dejó huellas en el programa de la nominada presidencial demócrata. Mayor énfasis en la desigualdad y un giro en materia de comercio exterior son algunas de las áreas donde caló hondo el discurso más cercano a la izquierda del senador de Vermont.
Y es que poco años atrás, cuando era Secretaria de Estado, Clinton era una férrea defensora del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, en inglés), destacado sus “estándares de oro”. Pero poco a poco fue cambiando su postura hasta oponerse al tratado de 12 países, que incluye a Chile, contra el cual abundaron pancartas de rechazo en la convención demócrata de esta semana.
El giró tomó por sorpresa a muchos, por lo que son varios los que apuestan a que una vez en la Casa Blanca, si sale electa Presidenta, Clinton volverá a dar un giro en la materia.
Pero temas como la desigualdad también se tomaron su agenda con dos propuestas fundamentales. Una es el aumento de la carga impositiva a los más ricos del país, con una recarga de 4 puntos porcentuales a
los que reciben ingresos por encima de los US$5 millones al año, hasta llegar a un gravamen de 43,6%. En tanto, quienes reciban más de US$1 millón anual tendrían que pagar impuestos de al menos 30%.
Sumado a lo anterior, reduciría el valor de las deducciones y exenciones fiscales a los contribuyentes ricos y aumentaría el impuesto a la propiedad.
Otra propuesta dirigida a la lucha contra la desigualdad tiene que ver con el aumento hasta US$12 por hora del sueldo mínimo federal, que actualmente se encuentra en US$7,25. De todas maneras, alienta a que los estados hagan esfuerzos para llegar a los US$15 por hora.
Pero estas medidas no están libres de cuestionamiento.
“El problema que vemos con sus políticas es que en realidad podrían terminar por exacerbar los problemas de desigualdad de riqueza, haciendo que la economía sea más difícil para las entidades más pequeñas que no pueden permitirse los gastos de impuestos más altos y un mayor cumplimiento de la normativa”, señaló a PULSO Terry Schilling, director ejecutivo de American Principles Project.
En efecto, la ex Primera Dama también quiere incrementar la regulación a las corporaciones, poniendo especial atención en Wall Street. Pretende imponer una tasa de riesgo a las instituciones financieras más grandes, cerrar los vacíos que permiten a los bancos hacer inversiones de riesgo con el dinero de los contribuyentes y asegurarse de que ninguna firma financiera sea “demasiado grande para caer”.
Por otra parte, propone un gasto de US$275 millones para construir y reparar carreteras y puentes, ampliar el transporte público y aumentar el acceso a internet de alta velocidad. Además, quiere crear un banco de infraestructura independiente, que cuente con US$25.000 millones y ofrezca préstamos y otras ayudas financieras para proyectos del área.