Cristián Larroulet: “El chileno de hoy confía más en la libertad individual y castiga más a un Estado inepto. Por eso la NM está destrozada”
—Sobre quién podría hacerle frente a Sebastián Piñera en las presidenciales, asegura que “los tiempos políticos están para Ricardo Lagos y no para Alejandro Guillier”. —Además, cree que se debe instalar una “grúa” para así “reconstruir” el país.
EN SU OFICINA en la Universidad del Desarrollo, Cristián Larroulet, ex ministro de la Segpres de la administración de Sebastián Piñera, tiene enmarcado y colgado el juramento que hizo el 11 de marzo de 2010, cuando asumió la secretaría de Estado que mantuvo por todo ese Gobierno. Está convencido que gran parte de los resultados obtenidos por Chile Vamos en las municipales se produjeron por la valoración de dicha gestión, el despliegue del ex mandatario, y porque la ciudadanía rechaza las reformas estructurales del Gobierno de Michelle Bachelet. De hecho, el 27 de enero de 2015, en entrevista con PULSO, afirmó que “la primera señal democrática de rechazo a las reformas será en las municipales”. Y Larroulet no olvida aún esa entrevista.
¿Se esperaba los resultados obtenidos por Chile Vamos? Al parecer sorprendió hasta a los más optimistas...
—Yo era optimista, y de alguna manera así lo había predicho, pero reconozco que claramente el resultado fue mejor de lo previsto. Esperaba un acortamiento de las brechas y ganar en comunas emblemáticas, pero esto fue mucho más allá. El mensaje político de los resultados fue mucho más potente, la ciudadanía envió un mensaje como pocas veces había visto la historia reciente de la política chilena.
Usted dijo que los resultados de las municipales no sólo habían sido voto castigo para el Gobierno, sino una valoración de la administración del ex Presidente Piñera, ¿por qué lo dice, no fue mérito de los propios candidatos?
—Siempre las elecciones locales tienen su particularidad, pero también marcan una señal política. Me parece que crecientemente, y se están viendo en las encuestas y se vio en la elección, hay una valoración, un reconocimiento a un buen Gobierno. Y ese fue el Gobierno del ex Presidente Sebastián Piñera. Eso se refleja en dos maneras: por el éxito mucho mayor de Chile Vamos en la elección, porcentaje de chilenos gobernados por Chile Vamos… es un indicador. Lo otro es que los nombres de personas emblemáticas que ganaron son personas que están muy ligadas al Gobierno: Felipe Alessandri trabajó en La Moneda; Evelyn Matthei fue ministra de Estado; en algunas regiones que no se eligió el alcalde, Luz Ebensperger en Iquique estuvo a punto de ganarle a Soria. Complementario a eso es el rol que jugó Piñera, se la jugó antes y se la jugó en los días finales. Hay una ola de rechazo a la NM y al Gobierno de Bachelet, y esa ola fue impulsada también por el cariz personal de Sebastián Piñera. Y se notó en la campaña.
Entonces, a su juicio, el despliegue del ex mandatario sí hizo la diferencia.
—Sin duda. A eso hay que agregar que fue complementado con el despliegue de los ministros. Cecilia Pérez, Andrés Chadwick y yo estuvimos en Concepción. Perdimos, pero estuvimos allá. Los tres estuvimos en Santiago y desplegados en otros lugares. Lo que diría que, efectivamente, el tomar riesgos, que es una característica muy propia de Sebastián Piñera, da sus frutos. Aunque para mí lo esencial que está pasando es que se está valorando haber hecho un buen Gobierno.
SU DIAGNÓSTICO “La Nueva Mayoría está destrozada y el Gobierno está completamente paralizado”.
FUTURO “El país quiere que este Gobierno sea un paréntesis, que la Nueva Mayoría sea un paréntesis”.
LECTURA MUNICIPALES “Haber ganado en comunas como Maipú y comunas de clase media en que se ganó, es una señal muy fuerte”.
Luego de conocidos los resultados, tanto Piñera como ustedes, los ex ministros, instalaron el concepto de “cambio”, que el país necesita un cambio, ¿qué cambio?
—Este Gobierno está pagando los costos, democráticamente, de tres errores: un error de diagnóstico de lo que estaba pasando en Chile, que todo lo que se había construido en los 20 o 25 años antes estaba mal, que la lógica de los acuerdos estaba mal. Segundo, un error de las políticas: se derrotó la “retroexcavadora”, se derrotó “hay que sacar los patines”… el ejemplo más gráfico de eso es que en las comunas de clase media la Nueva Mayoría tuvo su mayor derrota. Y en tercer lugar, se derrotó la ineptitud. El chileno de hoy día es una persona que tiene una confianza en sí mismo mucho mayor, confía más en la libertad individual y castiga más a un Estado inepto. Por eso hoy la Nueva Mayoría está destrozada y el Gobierno está completamente paralizado. El cambio es mucho más allá de un cambio de gestión, es un cambio de políticas. Esa frase de “vamos a quitar los patines”, refleja un tipo de política que el chileno rechaza. La gente quiere tener un proyecto común, ese es el cambio, no el estilo que negó la política de los acuerdos y desvalorizó la importancia de la unidad nacional.
Cuando el ex mandatario anuncia que no va a seguir el proyecto de gratuidad en la educación, que existen “fallas estructurales” en materia de empleo, seguridad, salud y que, emulando un gásfiter, “hay que entrar a picar”, ¿están allanando el terreno para una “retroexcavadora” 2.0?
—No, de ninguna manera. La retroexcavadora es un estilo de la división, de negar la importancia de los acuerdos. Hay que volver a los consensos.
¿Aunque el costo sea que estos cuatro años sean un paréntesis bajo esas premisas que están planteando?
—Es que creo que estos cuatro años que hemos vivido tienen que ser un paréntesis. Los chilenos quieren más bien una grúa, quieren reconstrucción. Insisto, haber ganado en comunas como Maipú y comunas de clase media en que se ganó, es una señal muy fuerte de una demanda por mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, por ejemplo, poniendo énfasis en seguridad y calidad de la educación.
PRIORIDADES CHILE VAMOS “Tenemos que volver a tener la representación (parlamentaria) que teníamos, como mínimo”.
¿Todos los ex ministros de Pi-
ñera que hoy lo acompañan están comprometidos con impulsar este cambio? Piñera insiste en que sólo un sentido de responsabilidad haría que busque la reelección...
—Por supuesto, la responsabilidad con el país está por sobre todo.
Cuando Piñera y Avanza Chile piden a Chile Vamos “actuar con unidad”, ¿significa que el bloque se alinee tras sus diagnósticos y que no haya primarias?
— Hoy hay una responsabilidad con el país muy grande, porque las condiciones del país se han deteriorado. Hay muchas cosas que estaban en camino, que por esa mentalidad no se han retomado, y algunos muy vigentes que trabajé directamente, por ejemplo, el daño de no haber seguido trabajando para perfeccionar el registro electoral, hay un proyecto que está en el Congreso. Estamos discutiendo de la abstención, y dejamos un proyecto para voto adelantado. Por eso la responsabilidad es muy grande y el concepto de unidad tiene un valor mayor hoy día —y no me refiero sólo a Chile Vamos, sino como sector centro derecha—, por eso tenemos la obligación de priorizar la unidad.
¿Cuáles son los principales desafíos del bloque?
—Prepararse para gobernar, tener un buen programa basado en los principios del sector; definir un sistema de primarias y participar todos los actores del sector en ese proceso; además, prepararse para una buena campaña presidencial. Pero también tenemos buenos equipos para la campaña parlamentaria. Debemos volver a tener la representación que teníamos (antes de 2013) como mínimo, y podemos sacar lecciones de las municipales: haber decidido oportunamente los nombres, haber decidido una estrategia de campaña, haber priorizado la unidad. Creo que la centroderecha está aprendiendo a hacer campaña con voto voluntario.
¿Cree que el sector ha dado tiraje a nuevas figuras para la parlamentaria o que están al debe aún? Cuando salieron de La Moneda se les criticó por eso, y por haber apelado a parlamentarios para el último tramo del Gobierno…
—Creo que uno de los grandes legados del Gobierno del Presidente Piñera es haber formado una generación de personas con mucho mayor sentido público, y eso se ve en el resultado de la municipal. Evópoli fue formado fundamentalmente por ex colaboradores del Gobierno y hoy fue el que tuvo mayor éxito en la elección municipal. Debe haber unas mil o dos mil personas que trabajaron para el Gobierno, que se formaron y que hoy están de Arica a Magallanes. Un ejemplo que me llega de cerca: Claudio Radonich, que fue jefe de la división política de la Segpres, ganó en Magallanes, donde la centroderecha no había ganado nunca.
Según comentaron en RN, Piñera jugó un rol activo para que la actual mesa encabezada por Cristián Monckeberg y Mario Desbordes decidiera repostularse, ¿corresponde que se in- miscuya en esas gestiones?
—Interpreto la frase desde el punto de vista de la señal de compromiso con lo público en su rol de ex Presidente, y creo que ellos lo valoran. El Presidente Piñera ha dado una señal sistemática de compromiso con lo público —Mario Desbordes fue subsecretario, Cristián Monckeberg parlamentario y miembro de la comisión de Constitución— y esa es la lectura, así lo interpreto.
¿Cómo ve la amenaza de que el senador Manuel José Ossandón pueda llegar a primera vuelta presidencial sin primarias? RN está haciendo gestiones para contener ese riesgo...
—Todas las personas de la centroderecha, dado el momento que está viviendo el país, deben incorporarse a una primaria, abierta, democrática, regulada por ley, con participación del Servel. Es decir, nadie puede dudar de la calidad y seriedad del proceso de primarias.
Sin excepción, ni Piñera. —Claro, todos, sin excepción. Luego de las municipales, ¿siente que Alejandro Guillier es hoy por hoy más amenaza para Sebastián Piñera que el ex Presidente Ricardo Lagos Escobar?
—Lo pongo en mis palabras: creo que los tiempos políticos están para Ricardo Lagos y no para Alejandro Guillier, porque creo que mayoritariamente el país quiere que este Gobierno sea un paréntesis, que la Nueva Mayoría sea un paréntesis. Ricardo Lagos interpreta mejor eso, la percepción colectiva, que Alejandro Guillier.