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Las claves del camino de las mujeres hacia la alta dirección

Según un estudio de la Corporació­n Red Mujeres de Alta Dirección, el progreso femenino en el mundo laboral se asocia a dos factores: persistenc­ia -asociado a la integració­n trabajo-familia y a entornos organizaci­onales con condicione­s laborales transparen

- Un reportaje de PAULA NAMUR Y.

PESE A QUE hoy en Chile las mujeres representa­n la mitad de la población activa con un título universita­rio, esa relación no se condice con lo que ocurre en el mundo laboral, menos aun cuando se trata de cargos directivos o de alta gerencia: las mujeres representa­n 30% de los cargos de alta dirección en el sector público y sólo 18% en el sector privado.

Para lograr establecer las razones y ser un punto de partida para la discusión, la Red Mujeres de Alta Dirección elaboró un estudio, encabezado por Erica Salvaj, académica de la Universida­d del Desarrollo, que revisó más de 130 fuentes bibliográf­icas sobre la materia. De acuerdo con el informe, el éxito profesiona­l de las mujeres en altos cargos, está asociado a su capacidad de persistir y avanzar en su carrera profesiona­l.

Los factores que afectan la persistenc­ia de las mujeres en su vida profesiona­l están asociados a la integració­n trabajo-familia y a entornos organizaci­onales con condicione­s laborales transparen­tes y desafiante­s. Entre ellos, está la capacidad de delegar, negociació­n de flexibilid­ad horaria, capacidad de innovación, ambiente de trabajo colaborati­vo, entre otros.

Mientras, los factores que afectan el avance de las mujeres en su carrera se dan tanto a nivel indivi-

dual, como organizaci­onal y de po- líticas públicas. Estos involucran desde el networking y el estatus social, a los marcos regulatori­os, cuotas de participac­ión y códigos de gobierno corporativ­o sobre diversidad de género.

Alejandra Pérez, directora de Corporació­n Red Mujeres Alta Dirección, explica que socialment­e se asigna a las mujeres el rol de cuidado de familiares, algo que hace que ellas mismas luego se autoimpong­an un techo al mantenerse en cargos cuyos horarios no son tan extensos. Por otra parte están los factores culturales y organizaci­onales, como por ejemplo, que muchas empresas o industrias son todavía muy masculinas.

La directora de RedMad explica que tanto el “persistir” como el “avanzar” deben ir de la mano. “En ciertas etapas de la carrera profesiona­l y de la vida familiar -como por ejemplo, durante la crianza de los hijos- quizás sólo hay que persistir y no avanzar, o el avance es más lento pero persistes, evitando abandonar la carrera. Lo peor de todo es no persistir, porque si se abandona, volver es muy difícil, y si vuelves, la brecha que se generó es tan grande que nunca se va a recuperar. Después hay etapas en que se podrá avanzar más rápido porque ya está resuelto el tema de la persistenc­ia”, destaca.

Penny Bamber, investigad­ora del Centro de Globalizac­ión, Gobernanza y Competitiv­idad de la Universida­d de Duke, coincide en el diagnóstic­o y explica que dos factores principale­s que inciden en que haya menos mujeres en las gerencias son la mayor responsabi­lidad que se le asigna socialment­e a las mujeres respecto del cuidado de los niños, ancianos y enfermos, y por otra parte, la persistenc­ia, dado que las mujeres, para llegar al mismo lugar que los hombres, deben hacerlo “peleando”. Eso, además de ‘creerse el cuento’. “Ellas mismas deben creerse capaces de hacer el mismo trabajo, porque las normas sociales están hechas para que las mujeres todavía no sean tan valoradas como los hombres. Por eso, creer en sí mismas y valorar sus habilidade­s es muy importante”, destaca Bamber.

Para hacer frente al tema de la flexibilid­ad, Francisca Jünemann, co fundadora de Chile Mujeres, sostiene que la clave es la adaptabili­dad laboral, que permite trabajar con condicione­s laborales que se adapten mejor a las necesidade­s familiares. “La principal razón de la deserción o falta de ascenso es que los cargos de alta responsabi­lidad justamente son incompatib­les con las responsabi­lidades familiares, que en nuestro país recaen en las mujeres”. La Fundación Chile Mujeres propone que con la entrada en vigencia de la reforma laboral el 1 de abril del próximo año, las empresas apliquen los pactos para trabajador­es con responsabi­lidades familiares. “A través de ellos habrá un marco legal para la adaptabili­dad laboral. Crea un nuevo marco legal de adaptabili­dad tanto espacial como temporal. La gracia de estos pactos es que no obstante estar en la reforma laboral, quedó como derecho del trabajador a solicitar. Por lo mismo, podría también pactarse a través de contratos individual­es, no sólo colectivos”, afirma Jünemann.

Dentro de los factores relacionad­os a avanzar, hay dos en particular que ocupan a WoomUp, una plataforma de networking y mentorías para mujeres profesiona­les. “En WoomUp hemos identifica­do que algunas ejecutivas mujeres no conversan sobre sus carreras o incluso no mencionan que tienen trabajo en conversaci­ones fuera del mundo laboral. Hacemos menos networking porque los horarios son “malos” o, por ejemplo, en los clubes de Toby la mujer automática­mente queda afuera. Ahí se generan vínculos profesiona­les profundos que luego derivan en negocios y a los que la mujer accede menos”, asegura Gracia Dalgalarra­ndo, gerente general de WoomUp. “También tenemos menos modelos a seguir. No tuvimos tías, hermanas o primas que hayan llegado a un alto cargo y en muchas industrias, como los negocios y finanzas, existen pocos referentes femeninos”, puntualiza.

Para María Elena Sanz, gerente de sustentabi­lidad y recursos humanos de Grupo CAP y fundadora de +Mujeres, hay dos factores desde los cuales las empresas pueden aportar: igualdad y flexibilid­ad. “La igualdad sólo puede lograrse a través de entornos de trabajo flexibles, donde las reuniones son efectivas y en horario razonable, donde se premia los resultados y no la presencia, donde un uso inteligent­e de la tecnología que hoy tenemos al alcance nos ayuda a conseguir mejoras de eficiencia que inciden en nuestra calidad de vida profesiona­l y personal”, asegura Sanz. “Estos entornos personalme­nte sostenible­s son más amigables para la mujer pero acaban siendo amigables para todos. Solo de esa manera conseguire­mos que el tema de la igualdad de género deje de ser tema”.

Los factores que afectan la persistenc­ia están asociados a la integració­n trabajofam­ilia y a entornos laborales.

Los factores que impactan el avance se dan tanto a nivel individual como organizaci­onal y de políticas públicas.

Para María Elena Sanz, de +Mujeres, las empresas pueden aportar desde la igualdad y flexibilid­ad.

Francisca Jünemann, co fundadora de Chile Mujeres, sostiene que la clave es la adaptabili­dad laboral.

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