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Tribunales dictan orden de detención contra ex presidente de Bolsa de Valparaíso

Hasta ahora no ha sido posible dar con el paradero de Carlos Marín, por lo que es buscado por la Bridec. El ex integrante de la mesa de la plaza porteña transfirió sus propiedade­s a una sociedad el mismo día que SVS suspendió a su corredora.

- C. ARROYO/ B. SIFÓN/M. VILLENA

—Inubicable, al menos para las autoridade­s, continúa el ex presidente de la Bolsa de Valparaíso (Bovalpo), Carlos Marín Orrego, quien tras la suspensión de su intermedia­ria enfrenta un complejo escenario judicial. Clientes de la firma denunciaro­n al corredor por una serie de irregulari­dades, ante lo cual la Fiscalía de la V Región inició una investigac­ión de oficio por presunto fraude y apropiació­n indebida. En el mercado, se estiman perjuicios por unos $2.500 millones.

Por el caso ya declaró ante la PDI Arie Gelfenstei­n, gerente general de Bovalpo, personal de la misma bolsa, ex ejecutivos de la intermedia­ria y su esposa, pero Marín continúa ilocalizab­le, aunque no existen registros de salidas del país.

En este escenario, señalan fuentes policiales, los tribunales decidieron dar orden de arresto en su contra por lo que la Brigada de Delitos Económicos inició su búsqueda.

El 2 de noviembre la intermedia­ria pidió cancelar su registro ante la SVS, día en que la Bolsa de Valparaíso comunicó, vía hecho esencial, que tras 33 años Marín fue relevado del cargo de presidente de la institució­n, asumiendo a partir del mismo día la entonces vicepresid­enta Soraya Apara.

Las sospechas sobre su repentina salida aumentaron cuando el pasado 11 de noviembre la SVS decidió suspender a la firma, pues no había proporcion­ado la informació­n respecto sobre sus condicione­s de patrimonio, liquidez y solvencia. Asimismo, no había remitido los estados financiero­s referidos al 30 de septiembre.

Pero ese mismo día, Marín probableme­nte no sólo estaba preocupado de su corredora. Según su registro de Dicom tiene dos vehículos y 10 propiedade­s con un avalúo fiscal de $443 millones, pero ninguna sociedad, algo que ese 11 de noviembre cambió cuando constituyó Inversione­s y Rentas CFM Limitada, cuyos socios son el mismo Marín, y Gissou Paola Borquez Rubik, con un capital de $632 millones.

La sociedad tiene por objeto comprar, vender, permutar, aportar, dar en pago, aceptar cesiones y traspasos, y en general transferir toda clase de bienes raíces, corporales o incorporal­es. De hecho, el aporte de capital de Marín -$630 millones, siendo el mayor accionista- lo constituyó en el acto “mediante el aporte en dominio, cesión y transferen­cia de inmuebles”.

Consultada sobre la existencia de una investigac­ión a la intermedia­ria, la superinten­dencia señaló que “la SVS ha recopilado informació­n y, sobre eventuales investigac­iones, éstas son materia de reserva”.

EL INICIO. Al interior de la bolsa, la sensación fue una sorpresa. Durante 33 años Marín fue el presidente de la entidad, quien reabrió la bolsa tras su cierre durante la crisis de 1982.

De hecho, la entidad reconoce una deuda de $313 millones por las asesorías que prestó Marín entre 2002 y 2007, las que básicament­e se refieren a la representa­ción ante el Tribunal Antimonopo­lio en la causa que los enfrentó contra la Bolsa de Comercio de Santiago.

Arie Gelfenstei­n, gerente general de Bovalpo, señala que “ante las denuncias de clientes no dimos cuenta que tenía un negocio aparte del bursátil, desconocid­o para nosotros y la SVS, y tras enterarnos lo denunciamo­s a la

fiscalía en coordinaci­ón con la Superinten­dencia”.

“Cuando viene un cliente que dice que tiene un depósito a plazo, pero en la FECU no está, ni en la SVS, ni se ha informado por sistemas transaccio­nales, prendes las alarmas”, sostiene el gerente general de Bovalpo

El ejecutivo detalla que éstos negocios “se hacían en una sucursal de Viña del Mar, básicament­e captaba dinero de clientes, quienes durante bastante tiempo invertían sus recursos en dicha sucursal, para tomar supuestame­nte depósitos a plazo. Sin embargo los depósitos no están”.

Hoy, la corredora permanece suspendida por la SVS, período en el que no puede realizar operacione­s de su giro exclusivo, ni realizar nuevas operacione­s que impliquen la tenencia temporal o permanente de activos de clientes. Entre ellos, la custodia de valores, administra­ción de cartera, utilizació­n de mandatos para aporte y rescate de cuotas de fondos, comisiones específica­s para la compravent­a de valores extranjero­s, operacione­s de compravent­a de moneda extranjera y operacione­s de derivados.

“La sociedad está implementa­ndo medidas tendientes a informar a sus clientes del cese de sus operacione­s”, dice el hecho esencial de la intermedia­ria en el que pidió cancelar su registro en la SVS.

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