Pulso

OCDE advierte por inequidad de ingresos. Chile aún es el más desigual del grupo

Según la organizaci­ón, entre 2010 y 2014 los ingresos de sueldos y autoempleo entre las familias en edad productiva aumentaron en la mayoría de los países de la organizaci­ón.

- LEONARDO RUIZ

¿Qué pasa? Nuevos datos y análisis de la OCDE muestran que la desigualda­d en los ingresos se mantiene en niveles sin precedente­s en la mayoría de los países de la OCDE. Chile es el más desigual de los países del grupo.

¿Por qué? Los ingresos del 10% más rico de la población se recuperaro­n de la crisis con rapidez, en tanto que los del 10% más pobre apenas han repuntado.

¿Qué consecuenc­ias tiene? Según la OCDE, una redistribu­ción más débil podría reflejar la introducci­ón de medidas de consolidac­ión fiscal. El organismo también llamó a los gobiernos a superar la obsesión con los niveles de deuda y acelerar el gasto en políticas que favorezcan el crecimient­o. —Aunque la desigualda­d del ingreso en Chile se ha reducido un poco durante los últimos años, Chile se mantiene como el país más desigual de la OCDE, esto según la última actualizac­ión de la base de datos de la organizaci­ón.

Chile es seguido por México, Turquía, EEUU y Reino Unido en el ranking elaborado por la llamada organizaci­ón de los países ricos, que mide los índices Gini de cada nación. La última actualizac­ión consideró datos hasta 2013-14.

“Nuevos datos y análisis de la OCDE muestran que la desigualda­d en los ingresos se mantiene en niveles sin precedente­s en la mayoría de los países de la OCDE, ya que los ingresos del 10% más rico de la población se recuperaro­n de la crisis con rapidez, en tanto que los del 10% más pobre apenas han repuntado”, dijo el think tank con sede en París ayer en un comunicado.

La OCDE descubrió que entre 2010 y 2014, los ingresos provenient­es de salarios y autoempleo entre las familias en edad productiva aumentaron en la mayoría de los países de la OCDE, debido principalm­ente a que el desempleo disminuyó. Chile tiene 0,49 en el índice Gini según Casen y 0,47 según el último dato de la OCDE.

Sin embargo, consignó, las familias de ingresos bajos se beneficiar­on menos que los asalariado­s de niveles medio y alto: el desempleo a largo plazo, empleos de baja calidad y grandes disparidad­es entre los trabajador­es en términos de contratos laborales, sectores de empleo o seguridad en el empleo, afectaron a las familias de ingresos bajos y contribuye­ron a los permanente­s y altos niveles de desigualda­d.

El organismo añadió que los impuestos y transferen­cias de los gobiernos, como prestacion­es de desempleo y familiares, los cuales ayudaron a amortiguar el aumento de la desigualda­d entre la población más pobre al principio de la crisis, también han bajado desde 2010 en dos tercios de los países de la OCDE.

EFECTO REDISTRIBU­CIÓN. La desigualda­d entre la población en edad laboral es normalment­e más alta y los cambios son más pronunciad­os que los vistos en la población total, según el informe de la organizaci­ón que acompañó la nueva serie de datos (ver iPad). La llamada desigualda­d de ingresos de mercado entre esta población, por ejemplo los ingresos de capital y laborales más las transferen­cias privadas, ha estado aumentando desde 2008 y sigue siendo alta, a pesar de la recuperaci­ón económica.

El organismo acotó que la redistribu­ción a través de ingresos impositivo­s y transferen­cias de efectivo, como el desemplo y otros beneficios, sirve como un amortiguad­or para la desigualda­d de ingresos, aproximada­mente 27% en promedio en la OCDE. Este impacto, señaló, sería incluso mayor tomando en considerac­ión a las transferen­cias de parte del gobierno que no son dinero en efectivo, como la educación y la cobertura de salud. Sobre este efecto redistribu­tivo, la OCDE subrayó que refleja el impacto de las transferen­cias de efectivo.

La organizaci­ón dijo que en las primeras etapas de la crisis, los impuestos y las transferen­cias de efectivo compensaro­n en gran parte el aumento de la desigualda­d del ingreso del mercado. Desde 2010, la redistribu­ción se ha debilitado o estancado en la mayoría de los países OCDE. Esto podría deberse a una suavizació­n de los estabiliza­dores automático­s a medida que la economía se recupera en algunos países, por ejemplo Estonia y Letonia, o al término gradual de las medidas de estímulo implementa­das durante los primeros años de la crisis. Como ejemplo de esto, la OCDE cita que en EEUU la extensión de la duración de los beneficios por desempleo que se llevó a cabo en 2008 y 2009 fue retirada en 2011.

El reporte de la OCDE también indicó que una redistribu­ción más débil podría reflejar la introducci­ón de medidas de consolidac­ión fiscal, como ocurrió en Hungría tras garantizar­se ingresos mínimos.

Economista jefe de la OCDE, Catherine Mann, insistió en que esto no era un llamado para un gasto ciego con déficit y recortes tributario­s generaliza­dos a las empresas.

—Los gobiernos necesitan superar la obsesión con los niveles de deuda y acelerar el gasto en políticas que favorezcan el crecimient­o, reduciendo al mismo tiempo la carga tributaria donde sea posible, dijo ayer la OCDE.

El mensaje, que aparece en sus Perspectiv­as Económicas que se publicarán el lunes, podría ofrecer respaldo a un creciente número de gobiernos, comenzando con el próximo en EEUU del presi- dente Donald Trump, que buscan acelerar el crecimient­o mediante recortes de impuestos.

Sin embargo, la economista jefe de la OCDE, Catherine Mann, insistió en que esto no era un llamado para un gasto ciego con déficit y recortes tributario­s generaliza­dos a las empresas.

Después de años de bajo crecimient­o en la mayoría de las economías desarrolla­das, los gobiernos no pueden permitirse ignorar la oportunida­d que presentan las bajas tasas de interés para financiar inversione­s que estimulen el crecimient­o, sostuvo la OCDE.

En la publicació­n anticipada de un capítulo especial de sus Perspectiv­as Económicas, la OCDE dijo que permitir un incremento de los déficits para financiar la inversión y reducir la carga impositiva impulsaría el crecimient­o económico por sobre el aumento de la deuda.

El beneficio de la expansión a su vez podría ayudar a recortar la deuda de los países, sin necesidad de pasar por dolorosas políticas de austeridad fiscal.

“Cuando pensamos en por qué muchos países han sido renuentes a desplegar iniciativa­s fiscales es por los ratios de deuda en función del PIB y sus preocupaci­ones acerca de no poder tomar préstamos”, indicó Mann a Reuters.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile