Diversidad y gestión riesgos, lo pendiente de los directorios
Con sólo un 31% de respuestas positivas en la primera aplicación de la NCG 385, las sociedades anónimas abiertas se preparan para un nuevo proceso, donde habría mejores resultados. Sin embargo, expertos piden al regulador algunas modificaciones con el fin
UNA DE CADA cuatro empresas dice haber implementado procedimientos para identificar las características deseables en materia de diversidad en sus ejecutivos principales.
Ese es uno de los resultados que arrojó el estudio “Implementación de la Norma de Carácter General N°385: status de los directorios en Chile”, elaborado por PwC junto al ESE Business School de la Universidad de los Andes, con el fin de establecer cuáles son los avances y las áreas al debe de los gobiernos corporativos.
Más de cuatro semanas quedan para que termine el año y con ello empieza el periodo en que las sociedades anónimas abiertas podrán responder por segundo año a la Norma de Carácter General 385 (NCG 385) sobre gobiernos corporativos, circular que emitió la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), y que este año dio sus primeros resultados. La idea es que a través de este documento, las sociedades anónimas abiertas den un paso más en transparencia, responsabilidad social y desarrollo sostenible, entre otros aspectos.
La normativa contemplaba 99 prácticas que podían haber sido adoptadas al interior de la organización o no (se contestaba sí o no) y, posteriormente, se explicaban. De las sociedades que respondieron, hubo una alta tasa de respuestas negativas. El total de respuestas “Sí” a las prácticas sugeridas sólo al- canzó un 31%. Hay algunas explicaciones a esta baja adopción de prácticas. “Acá hay un estándar que es muy alto porque requería aprobar e implementar en un lapso que era muy breve desde que se emitió la norma (junio 2015) y había que informar cómo había sido el proceso a diciembre de 2015. Hay gente que pudo haber dicho ‘qué interesante esta práctica’, pero no llegaba al nivel que la superintendencia definió. Otro factor tiene que ver con que la forma en que estaban redactadas las prácticas”, dice Alfredo Enrione, profesor titular de la cátedra de Gobierno Corporativo PwC del ESE Business School. Con él coincide Renzo Corona, socio líder de Auditoría de PwC Chile: “Las compañías han sido muy cautelosas en responder “sí” sólo cuando están muy segura porque, evidentemente, esto puede ser interpretado como que se ha entregado información falsa al mercado y es muy delicado. Además, hay muchas preguntas que no se entendieron. Hay un problema serio de interpretación”.
Los expertos coinciden en que en algunos casos la norma no se ajustaba a la realidad local. “Por ejemplo, mientras en el mundo la incorporación de canales remotos para la participación en las mesas directivas va en aumento, el quorum en las juntas de accionistas en nuestro país es muy alta. Su incorporación no tiene tanta relación con lo que ocurre en Chile”, dice Enrione. En ese contexto, la votación remota se convirtió en la práctica con menor nivel de adhesión de las 99 que incluye la NCG 385.
Una de las razones del bajo “sí” tiene que ver con que requería aprobar e implementar en un lapso muy breve desde que se emitió la norma.
Los expertos coinciden en que, en algunos casos, la norma no se ajustaba a la realidad local.
Las prácticas vinculadas a diversidad en los directorios estuvieron entre las más bajas.
Solo una empresa de las 206 dice contar con mecanismos vigentes para que los accionistas puedan votar remotamente.
Medidas más populares
Entre las prácticas con mayor grado de implementación se encuentran los procesos de inducción a directores, área en que el 67% de los analizados da respuestas favorable. “Este tipo de prácticas facilitará a un nuevo integrante la comprensión del negocio. Sin embargo, la inducción en cuanto a cómo identificar y resolver los conflictos de interés, no se ha implementado en el 33% de las empresas”, cuenta Carmen Gloria del Valle, socia de gobierno, riesgo y cumplimiento en PwC Chile. Otras de las prácticas más incorporadas son el contar sitios web actualizados y tener tanto un canal de denuncias como un código de ética.
La gestión y control de riesgos es un aspecto clave para el desempeño de las empresas. El 33% de ellas no tiene ni una práctica sugerida respecto a esta temática. En promedio, el 60% de las respuestas asociadas con el proceso formal de gestión y control de riesgos fueron negativas. Las prácticas menos comunes en esta materia fueron las de cuantificar, monitorear y comunicar los riesgos directos e indirectos y la existencia de una unidad de gestión de riesgos. “Esta área representa un desafío importante para las corporaciones. Es importante que el directorio muestre señales al respecto con el fin de que permee la organización”, manifiesta Enrione.
Las deudas
Entre las prácticas que han sido muy poco adoptadas se encuentra la rendición de cuentas del área de RSE y diversidad al directorio, y el mejoramiento continuo de este órgano. Esta última contó sólo un 8% de las respuestas afirmativas. “Hoy se concibe como estratégico contar con parámetros sustentables al interior de la compañía. Este punto está evolucionando en nuestro país. Pero su baja respuesta tiene que ver con que no necesariamente reportan al directorio, sino a otras áreas, como la administración de la empresa”, enfatiza Corona. Agrega que en muchos casos el directorio no considera que el monitoreo de la sostenibilidad sea una responsabilidad de este órgano. Tal como señala Del Valle, al analizar con mayor profundidad por qué el 69% de las empresas responden “No” al cumplir con la práctica vinculada con la política de desarrollo sostenible, se concluye que un 37%, no da explicaciones. El resto, lo justifica en el tipo de empresa (17%) o en el hecho de si contar con la política, pero que aún no está aprobada por el directorio. “A pesar de las respuestas, vemos una buena señal, ya que si su- máramos aquellas empresas que declaran tener la política en 2015, las que se encuentran en el proceso para desarrollarla y a las que sólo carecen de la formalización, se alcanzaría casi la mitad del universo cumpliendo con esta práctica, lo que no deja de ser un paso también relevante para hacer comprender a las organizaciones lo que significa la sostenibilidad”.
Otra materia pendiente tiene que ver con la diversidad, que no parece ser un tema recurrente en las sociedades anónimas abiertas: menos del 25% de las ellas dice haber implementado procedimientos para identificar las características deseables en materia de diversidad en sus ejecutivos principales. “La diversidad en todos los ámbitos de la organización es deseada y recomendada por muchas razones, además de que diversos estudios lo avalan, pero en particular, en el directorio y en los niveles ejecutivos claves, se hace más imprescindible porque permite contar con una visión más amplia del contexto e incluso encontrar soluciones diferentes a una misma problemática”, sostiene Corona.
En la normativa, se estipula que deberán declararse los procedimientos formales y que estén en operación, “para detectar y reducir barreras organizacionales, sociales o culturales que pudieren estar inhibiendo la natural diversidad de capacidades, visiones, características y condiciones que se habría dado en el directorio de no existir esas barreras”. En este caso, sólo un 11% respondió afirmativamente y en las respuestas, varios hacen mención al Código de Ética Corporativo, lo que según el estudio demostraría una brecha en la interpretación. En esta pregunta, hay una alta tasa de respuestas negativas (89%) dando a entender que esta temática, tampoco pertenece a las labores del Directorio o que no hay interés específico en normar esta materia al interior de las compañías.
Enrione señala que sería adecuado que el regulador tome nota, con el fin de adaptar la normativa en las próximas aplicaciones, para que ésta sea comprendida por todas las empresas que son analizadas y fomentar la implementación de las prácticas a través de guías, charlas y estudios.
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