Bernardo Larraín Matte: “El mundo empresarial debe partir por revalidar la esencia de la empresa (...) Por ejemplo el lucro”
—El empresario adelantó los lineamientos de su participación en el próximo encuentro de MBA Chile. —También dio su visión respecto de cuál debe ser el rol de los empresarios en la sociedad actual.
El próximo 7, 8 y 9 de abril, Bernardo Larraín Matte dejará sus labores habituales a cargo de la presidencia de Colbún para dirigirse a jóvenes estudiantes. En esos días estará en Duke –en la Fuqua School of Management, escuela de negocios de la Duke University-, participando de una nueva conferencia de MBA Chile, instancia donde le hablará a chilenos que están cursando un magister en EEUU. Es que para el empresario, la savia joven es vital en la empresa. Más aún, captar a esos nuevos talentos y sensibilidades es casi un asunto de sobrevivencia. En esta entrevista –realizada el lunesLarraín Matte profundiza en el rol del empresariado y en los cambios que han debido enfrentar las grandes compañías en un entorno convulsionado y de desconfianza. Pone, sin embargo, un límite desde el comienzo: no habla de Sofofa. Confiesa que existe un acuerdo entre consejeros, que consiste en que nadie dirá nada a la espera del concejo que se realizará hoy, donde se delinearían, en parte, los pasos a seguir para la elección del próximo presidente. Larraín Matte suena fuerte como una de las cartas al puesto.
¿Por qué participa en MBA Chile?
—Es importante para la empresa conectarse con las personas que serán protagonistas de las compañías en los próximos diez años. Mi experienmotivados, cia en Colbún es que, cada vez más, en reuniones, comités, los que la están llevando son ejecutivos jóvenes que están participando de las decisiones, que están siendo protagonistas de las decisiones. Es importante que la gran empresa se conecte con ese mundo. Veo todos los días a personas jóvenes que vienen llegando de EEUU, interactuando en los directorios. Ir a MBA Chile va en ese sentido, conectarse con ese mundo.
¿Cuál será su mensaje?
—Siempre me paro desde lo que soy. Llevo 12 años en Colbún, vengo del mundo de la gran empresa chilena y pertenezco a un grupo empresarial. Si uno piensa en los jóvenes que vuelven de estudiar hay muchos que van a llegar y, probablemente, van a ser emprendedores o van a integrarse a grandes compañías; también hay mucha motivación por integrarse a otra tipología de organización como las empresas B. Y al final todos estos mundos, que son los destinos naturales de la gente joven que viene llegando, tienen muchas cosas en común. Cuando se dice que valoran el emprendimiento, tengo la convicción que tan emprendimiento es un startup como el emprendimiento que puede hacer una gran empresa cuando incursiona en otro país y parte de cero.
¿Qué tan a la vanguardia está Chile para recibir a estos jóvenes?
—Me da la impresión, en las empresas que me toca participar y observo, que hay mucho ejecutivo joven que asciende en las compañías, y los veo empoderados. Puede ser que no se esté visibilizando tanto, pero en la gran empresa uno ve ejecutivos jóvenes y con opción de ir ascendiendo en la organización. Los jóvenes están mucho más dispuestos a moverse, son bastante dinámicos en aprovechar las oportunidades. Al final es un tema de sobrevivencia, si no acoges a estos nuevos talentos te quedas atrás. El sector energético, es un sector que está cambiando todos los días, con nuevas tecnologías, y la mejor antena que podemos tener en ese mundo de la innovación son ejecutivos jóvenes que están mucho más sensibles de estar pendientes de las innovaciones. Es fundamental para las empresas tener ejecutivos jóvenes que estén más insertos en lo que está pasando en el mundo.
Esta savia nueva también recibe a esta sociedad que cambia, ¿Cuál es el rol que debe tener el empresariado?
—No hay duda de que hay una nueva sociedad y contexto, el concepto es que cada uno de los actores, cada una de las instituciones, tiene un desafío de adaptación y tiene que hacerse cargo. Muchas veces estos ciclos de adaptación implican tropiezos, dificultades para adaptarse y uno observa que se apunta con el dedo, desde la política a la empresa, desde la empresa a la política, y lo más relevante es que cada uno se haga cargo de su desafío de legitimización frente a una nueva sociedad, y eso desde el mundo empresarial tiene que partir por revalidar la esencia de la empresa y no presumir que la empresa es algo que no es. Y cuando hablo de esencia, hablo, por ejemplo, de su dimensión capitalista que dice relación con las utilidades, con el lucro que no es más que la legítima retribución al capital invertido y al riesgo asumido. Si partes sintiéndote acomplejado de esa naturaleza, de esa esencia de la empresa, aportas a la invalidación de la
ENTREVISTA CON
actividad empresarial. Nunca me ha gustado esa frase que dicen algunos de que la empresa chilena se ha concentrado en exceso en la generación de valor económico como si esto tuviera una connotación negativa. No veo ninguna incompatibilidad entre su dimensión capitalista, y su dimensión social y ambiental que también es parte de la esencia de la empresa. Hay que pararse desde la esencia del ser empresa, y desde ahí hay que empezar el proceso de validación. Si está mal comprendido el concepto, podemos hablar mucho de lo que hacemos, pero si está invalidada la esencia de lo que somos, no vas a avanzar mucho con lo segundo.
¿Cómo se validan los conceptos de esencia de la empresa si la ciudadanía los ha desacreditado?
—Partiendo por no resignarse a que estos conceptos están como escritos en piedra. La mejor manera es visibilizando testimonios empresariales, que las personas conozcan, por ejemplo, lo que representa desarrollar un proyecto como Angostura desde cero; si se conociera bien las distintas etapas que toma, las complejidades que se enfrentan se podría comprender mejor que la utilidad que genera es legítima y corresponde a los riesgos asumidos y a las capacidades puestas a disposición de un determinado proyecto. Así, es muy relevante que los gremios, además de ser un actor activo en el debate de políticas públicas, actúen como una plataforma que enfrente este desafío de validar y legitimar la actividad empresarial. Y eso se enfrenta siendo plataforma de visibilización de testimonios empresariales.
¿Qué avance tiene esa adaptación del mundo empresarial?
—Esta es una evolución permanente. La empresa existe porque es capaz de adaptarse a cambios de contexto, sociales, cambios de gusto de consumidores, es parte de la esencia de ser empresa estar permanentemente cambiando.
La llegada de Alfredo Moreno a la CPC es un cambio más visible…
—Lo que destaco es que el primer desafío de validación empresarial es conectarse con todos estos mundos que fue lo que hizo Alfredo en el conclave en Las Majadas donde participé y estuvieron grandes empresas, gremios, emprendedores, actores sociales filantrópicos, empresas B, el mundo de la innovación académica y eso dice relación con este desafío de conexión. Todos estos actores tienen muchos elementos comunes. Muchas veces nos caricaturizamos recíprocamente en circunstancias de que tenemos más cosas comunes que diferentes. Hay que subirse a ese carro que está liderando Alfredo, porque creo que es un buen carro donde todo el ecosistema empresarial debe estar arriba.
Hace dos años dijo que había una gran desconfianza hacia la empresa, ¿Se ha profundizado?
—Hay una crisis de confianza en Chile y hay que asumir que la empresa está también en el centro de ella y estos climas de desconfianza se rompen con actitudes no acomplejadas, con cambiar un poco el ambiente, lo que hace Alfredo va en el sentido correcto. En este ambiente de desconfianza, que concurran 80 personas representativas de distintos mundos a conversar; se rompe también por ejemplo visibilizando que cada vez más cómo son protagonistas de las empresas ejecutivos jóvenes. No se rompe, presumiendo que la desconfianza es estática y no depende de ti cambiarla, eso no es así, depende mucho de ti y el primer paso es pararte desde lo que eres, sin complejos, sin inhibiciones. Mucha gente dice ‘el clima es de tal crispación que te sugiero que no te metas en el debate público’, y eso está profundamente equivocado. Tengo la convicción de que un gerente, un empresario, debe tener dentro de sus responsabilidad un rol público, y ese rol lo puede ejercer desde su misma empresa, desde los gremios, y desde la distintas plataformas de debate empresarial. Hay que pararse con humildad, reconociendo que como todo sistema complejo, tiene sus imperfecciones, sus malas prácticas, pero no por eso te puede inhibir. Si sólo pueden pararse en el debate público, personas que caminan perfectas por el mundo, no queda nadie. Los que menos hacen, menos riesgo tienen y terminaremos con un debate público monopolizado por quienes no tomaron el riesgo de hacer empresas, emprendimientos, de hacer política, etc. Cualquier camino que una persona inicia, desafiante y que tiene exposición, tiene riesgos. Si la señal es que sólo se paran en el debate público personas “impolutas” es un desincentivo al hacer y al emprender y, al mismo tiempo, participar del debate público.
¿Qué pasa cuando la ciudadanía ve que alguien ligado al grupo Matte habla de mejores prácticas, cuando CMPC estuvo inmerso en un caso de colusión?
—Siempre enfrento y abordo los temas y las malas prácticas sean de la empresa A o de la empresa Z. Alguna vez hice referencia al caso de la Volkswagen en Alemania que tuvo
un escándalo de magnitud con la manipulación de las emisiones de sus automóviles y leí la reacción que tuvo el gremio industrial alemán. Su presidente dijo, ‘mire, aquí tenemos que preguntarnos no Volkswagen, sino que todas las empresas alemanas, si estamos haciendo las cosas bien’. Nunca he evadido el tema. Todos saben que mi responsabilidad ha estado en el sector energético, llevo 12 años ahí. Estuvo seis años como gerente, llevo seis años como presidente, soy de focalizarme. Y hablando del tema que me preguntan, aun siendo esa mi responsabilidad, soy parte del accionista controlador de CMPC, la compañía tuvo una crisis que fue dura y que nos golpeó a todos. Pero la enfrento de la misma forma. Cómo lo hago respecto de la empresa A o de la empresa Z. Porque finalmente son todas oportunidades de aprendizaje y reflexión. Reflexionas sobre cómo las empresas se han transformado en sistemas complejos con miles de personas distribuidas en distintas latitudes, sobre cómo es importante –no sólo en una crisis- estar escrutando y cambiando si es necesario los gobiernos corporativos y los sistemas de control, preocupándose activamente de la cultura organizacional. En fin, también tomas consciencia de que no hay sistema de gobierno corporativo en el mundo ni sistema de control que te deje inmune a una crisis. Y también que a ratos la autocomplacencia que trae el éxito, puede ser una mala receta. A todos nos debe llamar a la reflexión cuando hay una crisis en una empresa chilena.P
“Soy parte del accionista controlador de CMPC, la compañía tuvo una crisis que fue dura y que nos golpeó a todos. Pero la enfrento de la misma forma como lo hago respecto de la empresa A o de la empresa Z. Porque, finalmente, son todas oportunidades de aprendizaje y reflexión”.