Críticas y respuestas
El tema de fondo es que los argumentos utilizados por las autoridades no han sido constructivos y tampoco han resultado pertinentes para mantener un diálogo político en términos elevados.
EN TODA democracia el debate de ideas siempre es bienvenido, especialmente cuando se da con personas contrarias a la autoridad de turno. En los últimos días, el Gobierno ha recibido una serie de críticas por los efectos que han tenido las reformas estructurales que ha llevado a cabo, así como por otras que entrarán en vigencia.
Por cierto que es legítimo defender las ideas y planes que una administración lleva adelante -ya sea de opositores o de las mismas filas políticas-, pero lo importante es no perder de vista las formas, en especial cuando se atraviesa por un período en el que los puntos de vista de las partes muestran tanta distancia y, sobre todo, cuando se está en medio de un período preelectoral.
Lamentablemente, en esta última defensa aplicada por el Gobierno también se han utilizado redes sociales, que se entiende que las autoridades utilizan para otro tipo de difusión y no para atacar a los adversarios políticos. No se trata de no poder rebatir al opositor, sino de no caer en el abuso.
Y es que el tema de fondo es que los argumentos utilizados por las autoridades no han sido constructivos y no han resultado pertinentes para mantener un diálogo en términos elevados. Los gobiernos tienen que hablar con sus obras y con los efectos que estas tengan. Ellos no deben contribuir a bajar el nivel de la política. ℗