Claudia Bobadilla: “La confianza no surge espontáneamente, se construye”
ENTREVISTA CON DIRECTORA DE EMPRESAS
—La abogada integra el panel de expositores del encuentro anual de MBA Chile, donde abordará la importancia de que jóvenes talentos que estudian en el extranjero vuelvan al país. —En un ambiente de desconfianza hacia la empresa, dice que la manera de validarse es la consistencia entre discurso y acción.
ENTRE el 7 y 9 de abril, LA ABOGADA Claudia Bobadilla estará en Duke University para exponer en el encuentro anual de MBA Chile al igual que múltiples ejecutivos y empresarios nacionales. Le hablará a los jóvenes y su mensaje no sólo apuntará a que retornen, sino que la fundadora del programa de desarrollo científico empresarial Red de Alta Dirección (RAD) hablará de la capacidad de conectarnos con nuestra comunidad y con las necesidades del Chile de hoy. Es que para la también directora de CSIRO Chile y de AES Gener Chile, aquellos con mayores oportunidades tienen más posibilidad de lograr esa comunicación, por lo que es una obligación que sean ellos los que ayuden a que el país sea mejor.
En esta entrevista, Bobadilla también se introduce en las organizaciones. Habla de los desafíos de las empresas y de todo lo que nos queda por avanzar. ¿Qué la motivó a participar en MBA Chile? —La motivación tiene que ver con conectar a los chilenos que están afuera con Chile. Me pareció que eso era una bonita invitación para poder transmitirles lo que está pasando en el país y conectarlos desde la dimensión intelectual, que es lo que está pasando en términos de conversaciones,
pero también conectarlos emocionalmente con el proceso que está viviendo el país porque llevan un tiempo afuera. Somos todos privilegiados de educarnos y de estar en contacto con otras realidades, y poder hacer ese enganche con lo que está ocurriendo acá me parece que es una bonita motivación. ¿Cuál es el mensaje que pretende entregar?
—Mi mensaje tiene que ver con una experiencia personal . Me tocó ayudar en febrero en el incendio, en la tragedia que tuvimos como país. Recibí el llamado de una amiga pidiendo ayuda para Pirque y eso me permitió trabajar como voluntaria y comprender desde un lugar distinto al que lo comprendía. Tenía una comprensión más bien intelectual de la desconexión que tenemos las elites con lo que ocurre en la realidad del país. Comprendemos desde nuestras oficinas o estudios, desde nuestros directorios, pero tenemos una distancia muy grande con lo que es el compromiso, la conversación y los espacios de conexión en terreno. Uno de mis mensajes tiene que ver con la importancia de los lugares en los que tenemos que desenvolvernos profesionalmente para que podamos estar siempre atentos a no perder la capacidad de conectarnos con el otro, a conectarnos con las comunidades de nuestro país, conectarnos con Chile. Todos tenemos la posibilidad de hacer un cambio desde ahí y, sobre todo,
quienes hemos tenido mayores oportunidades. Por esto, tenemos el deber de devolver toda las riqueza a nuestro país para hacerlo mejor. ¿Chile tiene la capacidad para darle oportunidades a estos jóvenes?
—No sólo tenemos la capacidad, sino que es indispensable que ese talento vuelva a nuestro país. Uno de los grandes desafíos que tenemos para seguir creciendo de manera empática, sostenible e inclusiva, tiene que ver con tener talento. Los desafíos que hoy tenemos como humanidad y como organizaciones son altamente complejos, ningún talento por sí solo va a ser capaz de resolver algunos de esos desafíos. Si uno aborda cualquier proyecto de envergadura tiene el desafío de relaciones con las comunidades y desafíos ambientales. Hay desafíos en el mundo de las finanzas de cómo yo estructuro financiamiento para proyectos complejos; hay desafíos en gestión de capital humano; en gestión de inclusión de diversidad. Esa complejidad que hoy tenemos para gestionar proyectos en las organizaciones requiere de todos esos talentos preciosos que se están formando afuera y que tienen que volver a nuestro país. Dentro de los gobiernos corporativos el poder atraer talentos de esa calidad es una de las prioridades. Su trayectoria ha estado ligada a dirección de proyectos de innovación tecnológica y científica. ¿Cómo el sector empresarial se acerca a los avances científicos y tecnológicos? —Este siglo 21 y nuestro proyecto como humanidad y país está gatillado por los avances científicos y tecnológicos. Ese es un dato de la causa y por lo tanto es indispensable que podamos entender de qué se trata eso; las oportunidades, los riesgos y desafíos que vamos a enfrentar las organizaciones derivados de estos cambios científicos y tecnológicos. Por ejemplo, qué pasa con el manejo de grandes cantidades de datos, cómo vamos a producir mayor valor para las personas, con mejor gestión de esos datos; cómo va a cambiar nuestro modo de gestionar recursos dentro de las organizaciones. Hoy la empresa que está al margen de la comprensión de los cambios científicos tecnológicos no va a poder ser una empresa del siglo 21. Hoy, un problema transversal, es que las comunidades actúan de manera desconectada, los científicos actúan en sus propias comunidades, al igual que el mundo de la empresas y las organizaciones civiles. El desafío que tenemos es cómo conectamos estas comunidades, porque de esa conexión, de ese trabajo colaborativo, van a surgir las soluciones para poder tener un país que viva mejor, con mejor futuro. ¿Cómo cree que estos jóvenes deben adentrarse en esta sociedad marcada por la desconfianza a las empresas? —Hay mucha razón en las críticas y también hay un factor de desconocimiento y de falta de construir relaciones. La confianza no surge espontáneamente, sino que se construye y una manera de hacerlo es formar buenas relaciones y formar espacios públicos en donde nos encontremos con la gente y podamos conversar. También hay que entender que para producir conversaciones de calidad tienen que ser recurrentes, ojalá estructuradas en espacios informales donde el juego esté presente. Deben ser seductoras para los jóvenes y desde ahí establecer relaciones y surja la confianza. ¿Cuál es su visión de la gran empresa chilena?
—No me gusta generalizar. Hay empresas que han tenido problemas y enfrentan crisis graves, de eso se aprende y esa es la esperanza que uno tiene, que todas aquellas empresas que han tenido prácticas que no son pro competencia hagan una reflexión y de ahí uno aprende. Hay una
CONOCIMIENTO “Comprendemos desde nuestras oficinas, desde nuestros directorios, pero tenemos una distancia grande con lo que son los espacios de conexión en terreno”.
CAMBIOS TECNOLÓGICOS “Hoy la empresa que está al margen de la comprensión de los cambios científicos tecnológicos no va a poder ser una empresa del siglo 21”.
MAYOR INCLUSIÓN “Tenemos que tener equipos con miradas y perspectivas distintas y eso tiene que ver con las generaciones”.
gama de nuevos emprendedores maravillosos, conectados con el mundo y que están haciendo cosas muy interesantes y me gusta lo que está surgiendo de los nuevos liderazgos empresariales. Alfredo Moreno, con su liderazgo, está tratando de dignificar lo que significa ser empresario como un gran motor de movilización de nuestra sociedad. Ante los casos de colusión ¿Cómo cree que las empresas deben validarse ante la ciudadanía? —La única manera para validarse es que el discurso sea consistente con la acción. En el sector empresarial hay una baja participación femenina ¿Qué opina sobre esto? —Hoy día es una necesidad, es radical entender que nosotros como seres humanos somos diversos y esa diversidad tiene que estar presente en las organizaciones; por lo tanto, más que una inclusión de la mujer, que tenemos que seguir mejorando, también está la inclusión etaria, tenemos que tener equipos con miradas y perspectivas distintas y eso tiene que ver con las generaciones, la inclusión multicultural. Hay que pensar más allá de la inclusión de las mujeres.P