Dejar de ser joven y no morir en el intento
LA PELEA que hemos dado los emprendedores ha sido larga. Si bien se comenzó impulsando la idea de incentivar esta área en el mercado tanto de lo privado como lo público, hoy nos vemos enfrentados a cómo consolidar una gran idea para que se estabilice y se convierta en un negocio adulto. Esto no sólo depende del compromiso y las ganas, hoy es necesario apoyo e instrucción sobre cómo mantener con vida un emprendimiento, que despegue, se sustente en el tiempo y logre alcanzar rentabilidad. Según el Índice Global de Emprendimiento 2016, Chile se ubica en el puesto 16 siendo el primero de los países del Cono Sur. Pero, ¿qué significa? ¿Somos un ejemplo para nuestros vecinos? ¿El emprendimiento en Chile es una materia prioritaria? Existe un gran número de emprendimientos que pese a superar la fase inicial, igualmente mueren en etapas tempranas, y los que sobreviven, siguen necesitando aún lineamientos e instrumentos que los ayuden a identificar en qué fallan y cuáles son los elementos y prácticas necesarios para la maduración empresarial. No se trata de hacer mejor la primera etapa para que la segunda sea igual de exitosa, sino de entender que en la segunda fase el desafío es diferente e implica otros conocimientos. Quienes vivimos esta historia, entendemos que la escalabilidad de un emprendimiento no es lineal y, por lo mismo, cada momento a enfrentar implica nuevas habilidades que incorporar. Atraer nuevos clientes, coordinar equipos de trabajo, fijar precios, cumplir con los tiempos y entender los canales de distribución cuando ya no nos podemos hacer cargo directamente, es parte de la etapa de consolidación. Una logística adecuada brinda la oportunidad a las pymes de optimizar sus cadenas de suministro. El 98% de las empresas formales en Chile son pymes. Necesitamos un país consciente de este número, que instaure una conversación viva en torno al emprendimiento y que el Gobierno, como también los privados, se enfoquen en apoyar la consolidación de las pequeñas y medianas empresas a través de diversos apoyos y fondos, para que las buenas ideas se concreten y crezcan, pero no mueran antes de su adultez. ℗