Intendentes como moneda de cambio
La Nueva Mayoría ha politizado de manera inadecuada una reforma que debería ser de Estado, dejándola como canje ante el inminente fracaso de la conformación de una lista parlamentaria.
MÁS ALLÁ de los legítimos cuestionamientos a la pertinencia y reales atribuciones del proceso de elección directa de intendentes (los nuevos gobernadores regionales), la Nueva Mayoría se ha encargado durante los últimos días de dotar de nuevas controversias a este tema. El bloque ha politizado de manera inadecuada una reforma que debería ser de Estado, dejando a este proceso como una suerte de moneda de cambio ante el inminente fracaso de la conformación de listas parlamentarias. De hecho, los dos precandidatos de la coalición se han culpado mutuamente respecto de un eventual fracaso de la tramitación del proyecto que busca dotar de atribuciones para la gestión de esta nueva figura pública. Así, mientras los diputados del PPD, PC y el PR se cuadraban con la postura de su candidato presidencial, en el Senado la situación era diferente, pues tanto en la bancada PPD como en la del PS, varios parlamentarios reiteraban su disconformidad con el cronograma y el proyecto de competencias con que se faculta a las nuevas autoridades regionales. Es un error grave de la coalición intentar definir -o “canjear”- el itinerario y momento del mecanismo de elección en función de sus problemas internos y sus perspectivas electorales. No sólo es una incorrecta forma de utilizar la legislación, sino también un desconocimiento de sus atribuciones y obligaciones como congresistas. ℗