Pulso

La eurozona está de vuelta de la mano de Macron

Mientras Washington es sacudido por la incertidum­bre política, el bloque europeo parece tener sus mayores riesgos bajo control, mientras crece a ritmo sólido.

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ces su precio/utilidad (el IPSA está en 16,9), la región sigue atrayendo capitales. La semana tras el triunfo de Macron, las bolsas europeas captaron US$6.000 millones de inversione­s netas. Se trata del mayor ingreso semanal de capitales del que la agencia

EPFR, a cargo de la medición, tenga registro desde 2000.

Capital Economics considera que la apuesta es justificad­a y proyecta un buen rendimient­o para el mercado accionario del bloque, gracias a una mejora en los márgenes de las empresas y el apoyo de un euro débil, en parte producto del estímulo permanente del BCE.

Lo que llama la atención y alimenta el optimismo es que, a diferencia de lo que ocurría hasta el año pasado, la recuperaci­ón esta vez sí parece estar llegando a más países. “La recuperaci­ón económica está ganando fuerza. Además de Alemania las mejores perspectiv­as económicas están en países como Lituania, Irlanda, Holanda y Eslovenia. También ha habido un repunte notable de la confianza en España, Austria y Finlandia”, explica Clemens Fuest, presidente del instituto Ifo de Investigac­ión Económica en Munich. El instituto mide trimestral­mente el nivel de confianza en diversas regiones. En el caso de laeurozona, el índice saltó a 17,2 puntos en el primer trimestre desde el 8,2 registrado. Otra diferencia a repuntes pasados es que esta vez la mayoría de analistas afirman que se trata de una recuperaci­ón sostenible. Capital Economics destaca el aumento de la inversión y mejoras en los índices de desempleo en países como España. “La recuperaci­ón se está expandiend­o en la región. Alemania está en un buen momento, a pesar de algunas cifras débiles en el primer trimestre, la actividad en Francia es mejor a lo esperado, hay un cambio de ciclo en España…”, agrega Perret, de Credit Suisse.

Así lo confirman las cifras de actividad manufactur­era. El PMI llegó en abril a 56,8, desde 56,4 en marzo. El alza mensual parece ser menor, pero la lectura de abril es la en seis años. A excepción de la contracció­n que registró el PIB de Grecia, todos los países del bloque crecieron a buen ritmo entre enero y marzo. Como un todo, la eurozona creció 1,7% anual en el 1T. “Las cifras reflejan una economía que crece a buen ritmo y los riesgos están dando paso a un escenario más estable”, afirma Chris Williamson, economista jefe de IHS Markit, respecto al último PMI.

¿Qué pasará con el euro?

Con los riesgos políticos que suponían las elecciones en Holanda y Francia ya resueltos, la reelección de Merkel prácticame­nte sellada y positivas cifras económicas, todas las miradas se concentran en el BCE. Williamson advierte que será inevitable un alza de los pronóstico­s de crecimient­o para la eurozona, lo que a su vez alimentará expectativ­as de un cambio de sesgo en los próximos meses.

Esta especulaci­ón, y el buen momento económico de la eurozona, son algunos de los factores detrás del reciente fortalecim­iento del euro frente al dólar. Mientras EEUU es sacudido por la incertidum­bre política, la eurozona parece tener los mayores riesgos bajo control. Además, sus cifras del 1T fueron mejores que las de su aliado esta-

dounidense. Sin embargo, Perret cree que la fortaleza del euro es temporal. “Esperamos que la Fed anuncie una nueva alza de tasas en junio. Esa divergenci­a en la política monetaria favorece a un fortalecim­iento del dólar”, afirma.

Los analistas esperaban que la Fed concrete al menos dos alzas más este año, mientras el BCE mantiene su programa de compra de bonos hasta diciembre y sus tasas en terreno negativo. Sin embargo, tras el aumento de la incertidum­bre política, el panorama ya no está tan claro. El mercado de swaps redujo sus expectativ­as de un alza en la reunión de junio de 80% a 60% y han aumentado las dudas sobre un segundo movimiento en septiembre, reporta Bloomberg.

Para Georgette Boele, analista de monedas de ABN Amro, incluso sigue adelante con su plan de ajuste monetario, éste ya está de alguna forma internaliz­ado en el mercado. Por el contrario, los preparativ­os del BCE, para salir de su programa de expansión monetaria, concentrar­án la atención del mercado e impulsarán a la moneda.

Esto supondrá un nuevo episodio de malabarism­o para el BCE, que deberá preparar el inicio del retiro del masivo estímulo monetario inyectado en los últimos nueve años, pero sin afectar la recuperaci­ón. “Un euro más débil ayuda también a la recuperaci­ón. No es que sea un objetivo del BCE, pero es algo que tomarán en cuenta”, reconoce Perret.P

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