Primer presupuesto de Donald Trump se concentra en recorte de programas sociales
La Casa Blanca busca que EEUU logre un superávit fiscal en el año 2027. Sin embargo, su proyección contempla un crecimiento de 3% en el largo plazo, lo que no coincide con las estimaciones de la Fed, el Congreso y gran parte de los economistas.
— La primera propuesta presupuestaria de Donald Trump, para el año fiscal 2018, dejó en un segundo plano a la mayoría de los programas que apoyan a la clase trabajadora estadounidense, justamente donde se encuentra la base de sus votantes. Así el presidente se enfoca en otra de sus promesas, la del fortalecimiento de defensa y seguridad nacional, los únicos ítems, junto al Departamento de veteranos, que disfrutan de un incremento de los recursos.
“Ya no vamos a medir la compasión por el número de programas y la cantidad gastada en esos programas”, dijo el director de presupuesto estadounidense, Mick Mulvaney, cuando respondía en conferencia de prensa las dudas respecto a los recortes al gasto en cupones de alimentos, pagos de seguro de salud de Medicaid y asistencia para vivienda de familias de bajos ingresos, entre otros. En to-
Evaluación. El 54% de los estadounidense desaprueba el trabajo de Trump en la presidencia.
“Nuestro presupuesto hace de la defensa nacional una prioridad máxima al incrementar el gasto. Nuetro presupuesto pone a las familias primero” DONALD TRUMP Presidente de Estados Unidos
tal, los recortas suman US$3,6 billones (millones de millones).
“Vamos a medir la compasión y el éxito por el número de personas que ayudemos a sacar de esos programas”, añadió Mulvaney.
Trump, que se encuentra en la gira que hoy lo lleva al Vaticano, se limitó a señalar en un tuit que la propuesta “hace de la defensa nacional una prioridad máxima” y “pone a las familias estadounidense primero”. CRÍTICAS GENERALIZADAS. Aunque la primera declaración es innegable, considerando el incremento de 10% en defensa y 7% en seguridad nacional, los congresistas cuestionaron la segunda.
“La realidad es que el presupuesto que Trump ha planteado rompería prácticamente todas las promesas que hizo a los trabajadores de este país”, indicó el senador demócrata Bernie Sanders. En la misma línea, la líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, sostuvo que “el presupuesto del Presidente devastaría nuestra búsqueda de nuevos medicamentos y curas, reducirá la educación que nuestros hijos necesitan y saqueará nuestras inversiones en empleos bien remunerados”.
Pero no solo la oposición está preocupada. “Si implementamos este presupuesto, tendremos que retirarnos del mundo o poner a mucha gente en riesgo”, señaló Lindsey Graham, senador republicano de Carolina del Sur, que no ve con buenos ojos la reducción de 29% del gasto en el Departamento de Estado, el que se ve más afectado con los recortes después de la Agencia de Protección Ambiental. “Este presupuesto no va a ninguna parte”, subrayó Graham.
El plan no tiene mejor acogida entre los expertos. “Nada en este presupuesto está diseñado para crear empleos bien remunerados o aumentar los salarios”, asegura Neera Tander, presidenta del Center for American Progress.
Por su parte, Robert Greenstein, presidente del Centro de Presupuesto y Prioridades Políticas, sostiene que el plan de Trump “traiciona a muchos votantes que pusieron su confianza en él. De hecho, este es el presupuesto más radical, Robin Hood en retroceso, que el de cualquier otro presidente moderno haya propuesto”.
DISCREPANCIA EN PROYECCIONES. Las críticas no se acotan a las prioridades establecidas por la Casa Blan-
ca. También apuntan a las proyecciones económicas con las que trabaja, en las que se contempla un crecimiento de 3% en el largo plazo.
Esta cifra sobrepasa todas las otras estimaciones. Economistas encuestados por Bloomberg apuntan a un promedio de 2%, la última proyección de la Fed en marzo fue de 1,8%, mientras que la Oficina de Presupuesto del Congreso aún estima una expansión de 1,9%.
Así, también se cuestionan las previsiones de déficit y deuda pública de la administración Trump. Mientras, el Ejecutivo espera llegar a un superávit fiscal en 2027, en la CBO estiman que para ese año el déficit alcanzará los US$1,4 billones. En ese marco, en Capital Economics, aseguran que “las posibilidades de que este presupuesto obtenga la mayoría requerida de 60 votos en el Senado son cero”, por lo que creen que es posible que el Senado comience “desde cero tratando de construir un compromiso bipartidista”, que más tarde facilite las discusiones en torno a la reforma tributaria.P