Pulso

La irresponsa­bilidad de Saffirio

Es indiscutib­le que tras ciertas declaracio­nes existe una ideología estatista que quiere que el Estado se haga cargo de los niños, convirtién­donos así en una sociedad egoísta e irresponsa­ble.

- La autora es abogado, LL.M y master en políticas públicas (@CarolCBown).

EN LA ACTUALIDAD hay alrededor de 8.320 niños, niñas y adolescent­es en residencia­s del Sename, de los cuales 7.314 son atendidos en organizaci­ones colaborado­res (Ocas) y el resto está en centros de reparación de administra­ción directa (Creads), administra­dos por el Estado.

En el caso de las Ocas, reciben una subvención por la atención de los niños que cubre alrededor del 40% de los recursos que esto implica, por lo que deben conseguir los fondos que se requieren para cubrir el 60% restante. Los organismos de administra­ción directa reciben hasta ocho veces más recursos por niño, lo que evidencia una ineficient­e administra­ción. A los organismos colaborado­res no sólo no les alcanza con la subvención que reciben, sino que además el Estado se demora en pagarles. Adicionalm­ente, la ley faculta a los jueces a forzarlos a recibir a un niño, aun cuando no haya cupo en la residencia o el programa no sea el apropiado para su diagnóstic­o. En estos casos también se mantiene una gigantesca deuda en el pago de la subvención.

Con estos antecedent­es debería estar bastante claro que nadie se hace rico con un hogar del Sename. Muy por el contrario, es una obra social que debemos reconocer, agradecer e incentivar. Sin embargo, el diputado René Saffirio ha hecho declaracio­nes en que acusa a las institucio­nes colaborado­ras de lucrar con las subvencion­es y contratar operadores políticos con estos recursos. Las acusacione­s son graves, irresponsa­bles e irreales. No se puede descartar que haya algún uso incorrecto de la subvención o alguna contrataci­ón de ese tipo, pero donde realmente hay espacio para que esto pase es en los centros administra­dos por el Estado.

Esta situación, más las declaracio­nes del ministro de Justicia señalando que decir que existen violacione­s de los derechos humanos “es una exageració­n”, lo único que genera en las colaborado­ras es un gran incentivo a cerrar los centros y terminar con esta valiosísim­a colaboraci­ón público-privada. Y, por otra parte, más grave aún, desincenti­va a los privados a colaborar y compromete­rse con aquellos que más lo necesitan, transformá­ndonos en una sociedad egoísta e individual­ista.

El problema es que a algunos no les molestaría tanto que esto pasara, porque es indiscutib­le que tras ciertas declaracio­nes hay una ideología estatista que quiere que el Estado se haga cargo de los niños, convirtién­donos en una sociedad egoísta y socialment­e irresponsa­ble, además de perjudicar a los niños, que nunca deberían dejar de ser el centro de nuestra preocupaci­ón.

Cuando tenemos más de 8.000 niños en residencia­s del Sename, es obvio que como sociedad hemos llegado tarde. Hemos fallado en la prevención, en levantar alertas tempranas y en trabajar con las familias. Por esto, además de revisar y cambiar la realidad de los niños que ya están en las residencia­s, debemos preocuparn­os de que no lleguen más niños a ellas. Para esto la colaboraci­ón de la sociedad civil es clave y, sin su ayuda, además de transforma­rnos en una peor sociedad, dejaremos en manos del Estado una responsabi­lidad a la cual hasta ahora es evidente que este no ha sabido responder en forma adecuada, vulnerando bajo su alero a los más indefensos de nuestra sociedad: los niños y niñas a quienes ni sus familias ni el Estado han sabido proteger.

Es de esperar que la irresponsa­bilidad de las declaracio­nes de Saffirio no vaya a terminar dañando más que ayudando a los niños vulnerable­s del país.

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CAROL BOWN

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