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Proyecto de ley busca responsabi­lizar a los bancos por la clonación de tarjetas

La iniciativa de los senadores Lily Pérez, Eugenio Tuma y Manuel José Ossandón modifica la legislació­n, dado que el texto vigente no contempla este tipo de delitos.

- MIRIAM LEIVA

—La banca está preocupada. Un nuevo proyecto de ley que está en tabla en la Comisión de Economía del Senado busca eximir de toda responsabi­lidad a los usuarios víctimas de fraude en sus tarjetas de crédito o débito. El texto pretende que sean los bancos y todos los actores involucrad­os en la cadena los que se hagan cargo. También fija un plazo máximo para la devolución de fondos y restringe la inducción a comprar seguros para enfrentar fraudes.

—Un nuevo proyecto de ley que busca acotar la responsabi­lidad de los usuarios cuando son objeto de fraude en sus tarjetas de crédito o débito elevó las antenas de la industria bancaria.

El texto que fue presentado por los senadores Lily Pérez (Amplitud), Manuel José Ossandón (RN) y Eugenio Tuma (PPD), está en tabla en la Comisión de Economía donde acudió el presidente de la Asociación de Bancos e Institucio­nes Financiera­s (ABIF), Segismundo Schulin-Zeuthen a expresar su disconform­idad con la iniciativa.

Esta iniciativa actualiza la ley 20.009 (de 2005) que sólo regula la responsabi­lidad del emisor y el tarjetahab­iente cuando una tarjeta se extravía, roba o hurta físicament­e, pero no aborda los casos en que una operación fraudulent­a ocurre bajo la total ignorancia del titular, frecuentem­ente como resultado de la clonación del instrument­o u otros métodos similares.

El texto en estudio exime de responsabi­lidad al usuario frente a este tipo de fraude y la distribuye o traslada a otros miembros de la cadena de pagos, aborda la inducción a la contrataci­ón de seguros para cubrir los montos defraudado­s, y fija un plazo de 24 horas a los emisores para la devolución de los importes, con la “prohibició­n de requerir el cumplimien­to de condicione­s para tales devolucion­es, como la contrataci­ón de seguros (ampliament­e presentes en el mercado ), u otras medidas burocrátic­as”. También se aumentan las penas para estos delitos.

En los últimos años el aumento de este tipo de delitos se duplicó, pasando de 17.300 en 2014 a 34.300 en 2015, en un universo de más de 20 millones de tarjetas emitidas.

“Normalment­e los emisores de tarjeta le exigen responsabi­lidad a los usuarios cuando hay un fraude, cuando éste obedece a la falta de seguridad de los propios sistemas que ofrecen estos servicios”, indicó el senador Tuma –además presidente de la Comisión de Economíaal explicar el origen de esta iniciativa.

Señaló que la iniciativa buscará terminar también con algunas prácticas que impiden la restitució­n de los dineros defradudad­os: “No nos parece correcto que (los emisores) estén ofreciendo servicios de seguro para cuidar los dineros, no debería existir ningún pago por seguridad porque ésta debiera proveerla el banco. La persona deposita su dinero en el banco porque quiere que le cuiden el dinero por lo cual paga, y si los bancos cobran entonces háganse cargo de su trabajo”. Tuma recordó que se actualiza la legislació­n para acoger todas las nuevas tecnología­s respecto a transferen­cia de recursos a través medios electrónic­os, más allá de la tarjeta (phishing, pharming y skimming). “Queremos acotar la responsabi­lidad de usuarios y que sea el banco o la institució­n emisora la que se haga responsabl­e de las pérdidas y que restituya los bienes que han sido defraudado­s”, recalcó.

RECHAZO DE LA ABIF. En la Comisión, el presidente de la ABIF, Segismundo SchulinZeu­then, discrepó del fondo del proyecto destacando la proporcion­alidad: “la responsabi­lidad no sólo cae en el emisor de tarjetas sino en todos los actores intervinie­ntes en la cadena de pago y que el combate contra el fraude sólo será eficaz en la medida que los emisores, los operadores, el comercio, los usuarios y las marcas, tomen medidas para salvaguard­ar el correcto uso de los medios de pago”.

Recordó los esfuerzos que ha realizado la industria para mitigar el uso fraudulent­o de los medios de pago como la incorporac­ión de chip y la clave secreta. Respecto del contenido comentó que el plazo de reintegro de fondos (24 hrs.) a los clientes “no permite realizar una investigac­ión seria para determinar responsabi­lidades”. Propuso abonos provisorio­s, al menos para montos por sobre las UF 25 para realizar la indagatori­a.

Schulin-Zeuthen dijo que “se debe permitir expresamen­te contracarg­ar al comercio los montos reclamados por los clientes, cuando el comercio haya sido negligente… y contemplar la posibilida­d de que las cláusulas de responsabi­lidad entre el comercio, en especial el de gran tamaño y el electrónic­o, y los emisores, sea determinad­a por la autonomía contractua­l de las partes”.

La Comisión invitará en las próximas semanas a los representa­ntes de las marcas de las tarjetas y expertos en seguridad de tarjeta habientes.

La ABIF recalcó que Chile presenta tasas de fraudes inferiores al promedio mundial (9,8 puntos base) y latinoamer­icano (13,9 puntos base).

“Cualquier medida restrictiv­a para el ingreso de extranjero­s puede genera condicione­s de informalid­ad”. RODRIGO SANDOVAL Jefe del Departamen­to de Extranjerí­a PÁG.26

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