Responsabilidad y clonación
Se corre el evidente riesgo de legislar sobre una materia en la cual por querer beneficiar a los clientes, se podría terminar finalmente afectándolos.
ESTÁ EN DEBATE parlamentario un proyecto transversal de senadores que apunta a fijar reglas más severas a la industria bancaria en materia de responsabilidad por clonaciones. Sin duda, se trata de un problema que crece y donde operan a menudo bandas extranjeras que se han especializado en este tipo de delitos. Por esto mismo, en primer lugar estamos frente a un problema de seguridad pública. Esto no obsta, sin embargo, modernizar la legislación en materia de la cadena de responsabilidades, aunque como bien ha advertido la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), se trata de un proceso complejo, que no corresponde sólo a la banca enfrentar y corregir. La ABIF ha hecho una serie de propuestas razonables con el fin de dotar de mayor seguridad a las tarjetas, pero sin que esto implique una sobrecarga regulatoria o un aumento de sanciones por escenarios donde la responsabilidad es más amplia o múltiple. La protección al cliente que inspira a esta iniciativa no debe concentrarse en un solo actor o en quien paga el costo de un seguro asociado, sino poner en foco la cadena de responsabilidades. Así, el local comercial donde se comete el fraude también debe asumir parte de esa responsabilidad, pero además el usuario. Es que los incentivos determinan las conductas, y si se deja sin las respectivas responsabilidades a parte importante de la cadena, sin duda esto implicará un aumento del número de fraudes y, al mismo tiempo, se encarecerán los productos financieros. Con el proyecto se corre el riesgo de legislar con la intención de beneficiar a las personas, pero terminar perjudicándolas. Ya tuvimos una experiencia similar con la reducción de la tasa máxima convencional, que implicó una desbancarización de los segmentos más riesgosos.