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BREXIT: LAS PRINCIPALE­S CIUDADES EUROPEAS QUE BUSCAN SER LA NUEVA CITY

La competenci­a por suceder a Londres se está dando entre Frankfurt, París y Dublín. Las tres ciudades ya han registrado movimiento­s a su favor, dadas las ventajas que ofrece cada una. Alemania es la primera economía europea y ahí está la sede del BCE. Par

- Un reportaje de MARÍA JESÚS FRASCAROLI

PARÍS, Frankfurt y Dublín son las ciudades que buscan arrebatarl­e a Londres el título de la sede financiera de la Unión Europea, aprovechan­do la oportunida­d que se abre con la salida del Reino Unido del bloque. La disputa entre los tres postulante­s se ve complicada, dadas las ventajas que ofrece cada país: sectores financiero­s atractivos, economías similares a la londinense, bajos impuestos y hasta la oferta de restaurant­es. Todos los factores cuentan en esta batalla.

De acuerdo a un reporte emitido por la consultora Oliver Wyman, de los 80.000 empleados que trabajan hoy en Reino Unido, 40.000 personas podrían llegar a perder sus empleos en la banca de inversión dentro de las industrias financiera­s, producto del Brexit, en el caso de que esta separación termine con acuerdos que perjudique­n las relaciones entre los involucrad­os.

De hecho, según han informado en declaracio­nes públicas los grandes bancos londinense­s, se podrían llegar a trasladar cerca de 9.600 empleos durante los próximos dos años. En tanto, Citigroup, Bank of America y Morgan Stanley, así como también el británico Barclays, ya han señalado que tienen contemplad­as estrategia­s financiera­s para instalar sucursales en otros lugares de la UE.

Y es que la votación a favor de la separación entre la UE y UK en 2016 ya tomó por sorpresa al mercado y no quieren repetir el mismo error, por lo que las institucio­nes financiera­s han decidido prepararse

Los bancos se alistan para un “hard brexit”, con lo que Londres perdería el acceso al mercado único desde 2019.

Standard Chartered y Nomura Holdings ya han escogido a Frankfurt.

Emmanuel Macron se está empeñando en hacer de Francia un país más amigable para los negocios, con reformas como la tributaria y laboral.

lo peor. En otras palabras, se alistan para un “hard brexit”, marco en el que Londres perdería el acceso al mercado único a partir de 2019, lo que representa un riesgo muy alto.

Frankfurt, la favorita. La primera economía europea tiene un fuerte postulante: Frankfurt, que hasta el momento corre como favorita.

Lucia Puttrich, ministra de Europa en el gobierno del estado de Hesse, dijo a The Guardian que ha estado en conversaci­ones con varios bancos sobre expandir su presencia en la ciudad germana, especialme­nte en el área de Rhine-Main.

“El movimiento no se iniciará de inmediato, pero será paso a paso”, precisó Puttrich, agregando que “Londres seguirá siendo un centro financiero importante, pero habrá una transferen­cia de aquellos que necesitan tener una oficina en la Unión Europea, porque Londres no estará en el mercado interno”.

Standard Chartered y Nomura Holdings ya han escogido a Frankfurt, mientras que John Cryan, presidente ejecutivo de Deutsche Bank, que aquí jugaría de local, ya ha informado a sus trabajador­es que planea trasladar la mayoría de sus procedimie­ntos a Alemania.

Goldman Sachs también ha anunciado que expandirá sus negocios en Frankfurt, que cuenta con la ventaja de albergar al Banco Central Europeo. Morgan Stanley fue el último en unirse a este grupo, en el que se cuentan otras siete entida- des financiera­s.

París de Macron. Francia ofrece a su capital como alternativ­a. “Haremos que nuestro país sea más atractivo. Ganaremos la carrera”, dijo el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, quien destacó que son un punto medio, debido a su geografía, para aquellos mercados que buscan hacer un movimiento financiero hacia el continente.

En ese marco, el gobierno se ha comprometi­do a reducir la tasa de impuestos corporativ­os a 25% desde 33% actual. Además, pretenden financiar la instalació­n de más escuelas bilingües, ayudando a los recién llegados a adaptarse a la vida francesa.

El presidente Emmanuel Macron, que hoy cumple tres meses en el poder, está empeñado en hacer de Francia un país más amigable para los negocios. Además de reducir los impuestos a las empresas y la riqueza, pretende reformar el mercado laboral y de pensiones, junto con lo cual espera potenciar la construcci­ón de viviendas con el objetivo de disminuir los precios de los bienes raíces.

Según el principal grupo financiero galo, Paris Europlace, la Ciudad de la Luz pretende atraer 20.000 nuevos empleados. Ejemplo de eso es HSBC, que indicó que cuenta con un banco minorista francés y que podría llevar hasta 1.000 nuevos comerciant­es a la ciudad.

Según Peter Vanden Houte, de ING Bélgica, París cuenta con “algunas caracterís­ticas que parecen esenciales: buena infraestru­ctura y régimen tributario. Ya se han hecho muchas comparacio­nes, incluso con el número de restaurant­es con estrellas Michelin en cada ciudad, donde París tiene una puntuación muy alta”.

Dublín y el idioma inglés. No sólo las ciudades de las mayores economías del bloque aspiran a ocupar el lugar de Londres. La capital irlandesa también está dando la pelea. Vanden Houte, destacó que: “Dublín tiene la ventaja de la lengua inglesa y por lo tanto también es considerad­a por un gran número de empresas”.

Así, Bank of America ya definió a esta ciudad como su sede preferida, al igual que JP Morgan, que adquirió un bloque de oficinas en el centro de la ciudad para trasladar posiblemen­te a 1.000 empleados.

Kieran Donoghue, director de servicios financiero­s internacio­nales de la Autoridad de Desarrollo Industrial de Irlanda, dijo que unas doce firmas tomaron la decisión definitiva de trasladars­e a Irlanda para mantener una base de la UE después de que UK se retire del bloque. Además, precisó que en el grupo se incluía a más de un banco estadounid­ense.

Una comisión del banco central de Irlanda también recalcó el gran interés de empresas en instaurar sus bases financiera­s en la capital.

Los rezagados. Amsterdam y Bruselas también han sonado como alternativ­as, pero al parecer están perdiendo la carrera. “Ambas tiepara nen la desventaja de que los respectivo­s gobiernos no son muy ‘bancarios’. En Bélgica, los bancos pagan impuestos fuertes, probableme­nte la razón por la que son más bien las firmas de seguros las que consideran Bruselas, mientras que en Holanda hay un límite de bonificaci­ón muy restrictiv­o sobre los sueldos de banqueros, aunque el gobierno está consideran­do suavizar esta regla para los bancos, consideran­do un traslado a Amsterdam”, dijo Vanden Houte.P

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