¿Emergentes Emergiendo?
El ciclo de tasas a la baja va a seguir, lo que es positivo para que los múltiplos sigan expandiéndose los próximos dos años.
DURANTE los últimos dos años hemos visto como a pesar de los riesgos políticos, geopolíticos, financieros y económicos, el índice de mercados emergentes ha ganado un 45% en USD. Muchos hoy nos preguntamos si aún es tiempo para invertir en países emergentes.
Creo que sí. Las principales razones que pueden explicar este fuerte aumento son múltiples: crecimiento mundial sincronizado, mantención de estímulos monetarios, depreciación del dólar, inflación contenida, China estable, crecimiento de utilidades, valorizaciones atractivas y tasas bajas en gran parte del mundo. Es importante distinguir cuáles de éstos factores son cíclicos o estructurales, y cuál es el impacto que éstos pueden tener en los activos financieros.
En relación a los factores cíclicos, aún es posible ver que hay espacio para que sigan siendo un catalizador positivo los próximos dos años. Por un lado, vemos que las estimaciones del crecimiento mundial se siguen revisando al alza para el periodo 2018-2019. Res- pecto a las valorizaciones, éstas siguen estando atractivas a pesar del rally de los últimos 24 meses. El P/Sales está en 1.36x, levemente por sobre el promedio de los últimos 20 años (1.14x) pero bajo el máximo de 2.0x alcanzado previo a la crisis sub-prime el 2008. El P/E Fwd está en 12.5x, por sobre su promedio de 11,6x, aunque sigue transándose con un descuento de 8% respecto al resto del mundo. También se espera que las utilidades crezcan un 26% y 15% en el 2017 y 2018, respectivamente. Mientras la inflación en el mundo siga estando controlada y el retiro de estímulos sea pausado y anunciado, el ciclo de tasas a la baja va a seguir presente en los Mercados Emergentes, lo que es positivo para que los múltiplos puedan seguir expandiéndose en los próximos dos años. El riesgo en este caso es que el dólar se aprecie en forma rápida e inesperada producto de un cambio en el discurso y actuar de los principales Bancos Centrales del mundo.
Por su parte, los factores estructurales, como la institucionalidad, las políticas públicas, la productividad o la educación, entre otros, son los más difíciles de modificar en el corto plazo. Sin embargo, vemos como en gran parte de los países emergentes los vientos soplan a favor para que estos factores en los próximos años puedan sólo mejorar respecto a los últimos 10-20 años. ¡Aún es tiempo!