Brasil: el gigante está despertando,
El crecimiento reciente se debe a la combinación de una recuperación en la demanda doméstica y una mejoría en las exportaciones.
LUEGO DE UNA dura recesión de más de dos años en la cual el PIB per cápita de Brasil cayó cerca de 10%, el recientemente publicado PIB del segundo trimestre ratificó lo que ya se observaba en las cifras mensuales. La economía volvió a crecer. En efecto, el crecimiento secuencial del primer trimestre fue ratificado en 1% y el del segundo trimestre estimado en 0,2%. Asimismo, en términos anuales, es decir comparando con igual trimestre del año anterior, el recién publicado PIB representa el primer avance desde principios de 2014.
El crecimiento reciente se debe a la combinación de una recuperación en la demanda doméstica y una mejora en las exportaciones, pero todavía no se aprecia una recuperación de la inversión. En efecto, la tasa de inversión a PIB bajó una vez más y llegó a 15,8% del PIB en los últimos cuatro trimestres desde el 16,1% previo. Esto y la debilidad en el consumo del gobierno representan barreras para el crecimiento desde el punto de vista de la demanda por producto. Es bien sabido que el gasto del gobierno deberá mantenerse muy contenido, por lo que el crecimiento futuro deberá estar basado en la inversión, sin la cual no será posible mantener por mucho tiempo el crecimiento del consumo y las exportaciones. Recordemos que recientemente el país aprobó una reforma constitucional que limita el crecimiento nominal de gran parte del gasto del gobierno a la inflación, es decir, constante en términos reales.
Por el lado de la oferta la buena noticia del segundo trimestre es que el PIB creció sin un gran apoyo del sector agrícola, el cual es normalmente volátil y fue importante contribuyente al crecimiento del primer trimestre. Por otro lado la producción industrial completó cuatro meses de crecimiento secuencial positivo en julio. Adicionalmente, gracias a la baja en la tasa de inflación se espera que el Banco Central prosiga con su trayectoria de baja de tasas de interés.
Es interesante destacar también que el Gobierno ha propuesto varias medidas destinadas a mejorar la eficiencia microeconómica del país, algunas de las cuales tienen el efecto adicional muy positivo de reducir el déficit fiscal. Por ejemplo, el cambio propuesto a la fijación de la tasa de interés de referencia del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) debería producir un incentivo a la inversión más eficiente de los recursos entregados ya que la tasa estará ahora ligada al mercado, evitándose las desviaciones vistas en el pasado. Estas últimas estaban generalmente sesgadas hacia los créditos subsidiados, a veces por diferenciales muy fuertes con respecto a las tasas de mercado. Este propio diferencial además agregaba al déficit fiscal a través de pérdidas en el BNDES.
OTRA DE LAS reformas muy relevantes es la destinada a mejorar el control de los gastos estatales, al menos cuando el gobierno federal debe rescatarlos financieramente, como ocurrió recientemente con el estado de Río de Janeiro. Si pensamos en las ventajas del estado cuya capital es la icónica ciudad, parece paradójico que requiera ayuda federal. Es un estado con enormes ventajas naturales para la agricultura, el comercio y el turismo; además, cuenta con grandes yacimientos de petróleo. Por lo tanto, mejorar los incentivos para que los estados tengan presupuestos sustentables debería no sólo mejorar su eficiencia, sino que también evitar que se transformen en una carga adicional para el presupuesto federal.
Otra política que debería contribuir a los objetivos planteados es la de privatizar algunas empresas, notablemente el monopolio de generación eléctrica (Eletrobras). El plan del Gobierno parece ser similar al aplicado anteriormente en casos como el de Embraer y Vale do Rio Doce; es decir, una privatización parcial.
Lamentablemente, el principal problema de la economía aún no muestra señales de mejora. En efecto, la relación de deuda fiscal a PIB volvió a aumentar en julio según lo reportado recientemente, al pasar desde 73,2% a 73,8%. Si bien gran parte del gasto fiscal está siendo controlado, todavía no ha habido acuerdo para la reforma del sistema de pensiones. Esta reforma es muy importante toda vez que el gasto en estas es cercano a 13% de PIB mientras que el déficit fiscal total es cercano al 9,5% del PIB. En todo caso, la baja de tasas de interés que ya se ha observado debería permitir un cierto respiro a medida que el Gobierno refinancie su deuda, la cual es en su gran mayoría interna.
Es más, a medida que los planes del Gobierno se vayan aplicando y si eso lleva a mayor confianza por parte del mercado de capitales, entonces se debería esperar una baja adicional de las aún altas tasas de interés, lo que a su vez contribuirá en el tiempo a la refinanciación menos onerosa de la deuda pública. Lograr este círculo virtuoso sería un gran éxito de las autoridades y debería llevar a una aceleración importante del crecimiento.