Los millonarios costos para para hacer campaña
El máximo que puede gastar un aspirante a La Moneda son $5.600 millones. Dicho valor se va en publicidad, papelería, palomas, entre otros. Estos son algunos de los montos que se desembolsan en la competencia por ser el próximo líder del país.
HOY se inicia el período de propaganda electoral de las campañas presidenciales, parlamentarias y de cores. A partir de este miércoles tanto medios de prensa como radioemisoras podrán transmitir propaganda política de candidatos y también los diversos comandos podrán desplegar a sus equipos por la vía pública con elementos no fijos como banderas, lienzos u otros objetos informativos. Sin embargo, será recién en un mes más cuando se puedan instalar carteles, afiches y palomas en plazas y calles autorizadas.
Con las elecciones ya en marcha, comienzan a andar también los presupuestos millonarios que significan las campañas políticas. Así se pudo ver el pasado 2 de julio en las elecciones primarias en dos coaliciones, Chile Vamos y el Frente Amplio. En este proceso participaron cinco candidatos: Sebastián Piñera, Felipe Kast, Manuel José Ossandón, Beatriz Sánchez y Alberto Mayol. De estas primarias, en la primera semana de septiembre el Servicio Electoral (Servel) publicó la rendición de los gastos de todos estos candidatos. El ex Presidente Piñera fue quien más gastó. En su campaña destinó más de $520 millones. A él lo siguieron el senador Ossandón con $176 millones, luego el diputado Felipe Kast con $133 millones y en los dos últimos puestos los ex precandidatos del Frenta Amplio: Beatriz Sánchez con $97 millones y Alberto Mayol con $18.
Materiales de campaña y el costo para los bolsillos de los candidatos
Los elementos de campaña que siempre son los más visibles son todos aquellos que se relacionan con la papelería, como los folletos, volantes, boletines e incluso revistas. A estos se suman las clásicas palomas y gigantografías. Pero lo cierto es que levantar una campaña implica construir una máquina gigantesca que está compuesta por gastos que no siempre quedan a la vista.
Varios de los actuales candidatos están desarrollando campañas que se orientan, en gran medida, hacia lo digital. Y para eso el primer paso es tener controladas dos dimensiones: internet y las redes sociales. Montar una página web tiene un costo que varía según la complejidad que se espera de la interfaz y de la cantidad de contenido que se pretende incluir. Tomando como referencia los presupuestos que manejan algunos comandos y los gastos rendidos por los candidatos ante el Servel, se puede apreciar que los costos por concepto de página web van entre los $600 mil y los $2 millones.
La segunda variable son las redes sociales y para las campañas políticas la preferida por los candidatos es Facebook. En esta plataforma gran parte de la estrategia de los comandos radica en la segmentación de las audiencias para focalizar la publicidad de sus propias páginas de esa red social, instancia en donde los aspirantes al Parlamento, a los consejos regionales y a La Moneda se dan a conocer. Dichos avisos tiene costos que son muy variables dependiendo del alcance que se quiera lograr. El monto mínimo es de $500 y permite llegar a mil personas. La tarifa va subiendo y si, por ejemplo, se quisiera llegar a un millón de personas, el aviso cuesta alrededor de $600 mil.
Todo esto también, en la mayoría de los casos, va acompañado de asesorías comunicacionales. Para esto se contratan agencias que diseñan planes de medios. Por este concepto, un candidato puede llegar a desembolsar entre $200.000 y $3.500.000, dependiendo de la magnitud de lo que se solicite. Dichas asesorías son casi siempre acompañadas de estudios de opinión pública que se traducen en la realización de encuestas para saber la competitivida y el nivel de conocimiento del candidato y también de focus group para poder medir aspectos más cualitativos. Estos estudios también se encargan a agencias, las cuales pueden llegar a cobrar hasta $2 millones.
Los materiales de campaña que no pueden faltar son las “palomas” y las gigantografías que se instalan en ubicaciones delimitadas por el Servel en espacios públicos a lo largo del país. El precio de una gigantografía varía según su ubicación y el tamaño, pero en promedio cuestan entre $20 millones y $60 millones. En Santiago, las gigantografías más caras son las que están en Plaza Italia y pueden llegar incluso a costar decenas de millones.
En cambio, las palomas son mucho más baratas, considerando el costo unitario. Una paloma cuesta alrededor de $5.000, sumando lo que se gasta en las maderas del marco y la impresión de la imagen. También una campaña implica
mucho gasto en recursos humanos. Las nuevas reglas del Servel obligan a cada candidato a tener que cuantificar el costo de cada persona que trabaje en la campaña. Acá destaca la labor que ejercen los voluntarios y brigadistas. Si se toma como referencia la rendición de gastos de las primarias, a cada voluntario se le paga alrededor de $20.000 por día.
Todos estos costos pueden variar de campaña en campaña, pero representan un punto de referencia para poder tener una magnitud de los recursos que se mueven en un año de elecciones. Pero los candidatos no son del todo libres, ya que no pueden gastar lo que quieran. Las nuevas reglas de financiamiento a las campañas políticas establecen que en los comicios presidenciales un candidato no puede gastar más de $5.600 millones y para la elección de parlamentarios y de cores, el Servel estableció un máximo específico para cada distrito y circunscripción.
Hoy parte la propaganda electoral en lugares públicos con elementos no fijos como banderas y lienzos.
Un candidato puede llegar a gastar hasta $3.500.000 por concepto de asesorías comunicacionales.
En Santiago, las gigantografías más caras son las de Plaza Italia que pueden llegar a costar $60 millones.