Riesgo político marcará a la región en 2018: 70% del mercado tendrá elecciones
Agentes de la industria anticipan volatilidad para el próximo año, aunque destacan fundamentos sólidos en la región.
LOS MERCADOS latinoamericanos son variados en compañías y características, pero cuando se trata de tamaño, Brasil es rey.
Con una capitalización de US$938.446 millones, la plaza paulista representa casi la mitad del patrimonio bursátil de la región. Le sigue México, con una capitalización de mercado de US$406.295 millones.
Pero estos gigantes bursátiles comparten más que el peso dentro de las finanzas regionales: los dos se verán el próximo año inmersos en procesos eleccionarios que inyectarán volatilidad en los mercados accionarios del vecindario.
Brasil celebrará a principios de octubre de 2018 sus elecciones generales, en busca de un nuevo presidente luego de la destitución de la ex mandataria Dilma Rousseff, mientras que los mexicanos acudirán a las urnas en julio de ese año para sus elecciones federales.
Al ser consultados sobre los efectos que esto tendrá en las plazas bursátiles regionales, agentes del mercado apuntan a una palabra: volatilidad.
La rueda brasileña va a estar inestable el próximo año, comenta Ricardo Fernández, portfolio manager de acciones Latam de Euroamerica. “Si postula Lula como candidato y tiene buenos números de intención de voto, obviamente el mercado se va a asustar”, dice.
El ex presidente del país, uno de los principales motores de la ansiedad del mercado, aparece en encuestas locales como uno de los favoritos en la contienda.
Sin embargo, acota Fernández, lo más probable es que se mantenga la línea pro mercado de las políticas del actual presidente, Michel Temer.
Gustavo Domínguez, CEO de Ad Cap Securities en EEUU, comparte que los candidatos de la carrera presidencial definirán los efectos que las elecciones tengan en la bolsa paulista, pero no cree que las pujas contrarias a los lineamientos pro negocios prosperen.
“Si bien las encuestas son favorables a Lula, tenemos que ver cuáles son las alternativas”, explica el ejecutivo desde Miami, agregando que el actual ministro de Hacienda del país, Henrique Meirelles, es “muy popular” y que “no se puede descartar” que levante su candidatura.
Por su parte, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base en México, indica que los inversionistas siempre muestran cautela en periodo electoral, lo que produce volatilidad.
En el caso mexicano, el panorama es incierto.
Fernández sostiene que es una contienda más disputada que la brasileña, pero acota que tiene un menor impacto que ésta. Si bien destaca la popularidad de Andrés Manuel López Obrador como un posible factor de volatilidad, señala que lo más relevante para el mercado azteca actualmente es la renegociación del TLCAN (NAFTA, en inglés) y las implicaciones que pueda tener para la economía local.
Por su parte, Domínguez destaca que la conformación de las elecciones mexicanas –que, por ejemplo, no tienen segunda vuelta– “da más lugar a una probabilidad más alta de que tengamos una sorpresa”, pero indica que no es “lo más probable”.
De todos modos, cualquier periodo de volatilidad en estos mercados tendrá un impacto en las otras bolsas de la región, dado que muchos de los flujos de inversionistas extranjeros llegan a América Latina a través de ETF y otros vehículos de inversión regionales.
“Si en algún punto hay motivos para que los inversionistas se pongan nerviosos y se cree una situación riskoff, es razonable pensar que va a haber coletazos en los mercados de Latinoamérica que son relativamente más pequeños que Brasil y México”, explica Domínguez.
De todos modos, destaca Siller, las bolsas de Brasil y México ofrecen “una oportunidad acotada para general ganancias”, dado que ambas han tenido un buen desempeño y han encontrado máximos históricos en el año.
Otros países de la región también vivirán procesos eleccionarios en el corto plazo. Este año se llevarán a cabo las legislativas argentinas en octubre y las presidenciales chilenas en noviembre, mientras que el próximo año Colombia llevará a cabo sus propios comicios presidenciales.