Merkel y el precio del éxito
La alianza que lidera la canciller se enfrenta a una encrucijada: lograr formar un Gobierno con los liberales y verdes y reconquistar a los votantes que emigraron a la ultraderecha.
EL DISCURSO de la victoria lo dejó claro. Al momento de celebrar la llegada de su cuarto mandato, la canciller alemana Angela Merkel reconoció que el resultado estuvo lejos de lo esperado. No sólo deberá liderar un país que tendrá por primera vez en más de 60 años a la ultraderecha, el partido Alternativa por Alemania (AfD), en el Bundestag. También deberá decidir entre formar una coalición con los liberales o reconquistar a los desencantados que entregaron su voto a la ultraderecha en las elecciones del reciente domingo. La caída del 41,5% al 33% que sufrió la unión entre la CDU y la CSU que sostiene a Merkel ha sido interpretada como un castigo de los más conservadores a las políticas pro Unión Europea e inmigración de la canciller. Aquello explicaría también el aumento en casi la misma proporción que experimentó la ultraderecha. Reencantar a esa masa no será tarea fácil. No sólo por las creencias de la líder. También porque para formar la ansiada “coalición Jamaica” -así llamada por los colores de las banderas de los tres partidosdeberá negociar con el liberal FDP y los ecologistas de Die Grünen (la socialdemocracia ha dicho que estará en la oposición). Ambos han dejado claro que su apoyo no será un cheque en blanco, sino que exigirán que sus ideas sean parte del programa de gobierno. Merkel tendrá que usar su muñeca política para sortear el inicio de su cuarto mandato, que hasta ahora se perfila como el más difícil de su extensa carrera al mando de Alemania.