Rol de BancoEstado y financiamiento de campañas
La polémica en torno a BancoEstado y el financiamiento de las campañas políticas esconde un debate más profundo que dice relación con el rol que esta entidad debería jugar en la sociedad.
LOS PROBLEMAS de financiamiento han marcado las presentes campañas parlamentarias y presidencial. Las nuevas reglas aprobadas en 2015 tras las sugerencias del Consejo Asesor Presidencial Anticorrupción -también conocido como Comisión Engel- no sólo eliminaron el aporte de empresas a campañas políticas, sino que también limitaron en extremo el aporte de personas naturales a las campañas (UF500).
Esto llevó a que los postulantes al Congreso y a La Moneda recurrieran al tradicional financiameinto bancario para tratar de solventar su gasto de campaña. El problema fue que, por un lado, los candidatos se enfrentaron con la negativa de la banca privada a financiar campañas políticas mediante créditos -aludiendo a atendibles preocupaciones reputacionales- como también a la férrea oposición de BancoEstado a este tipo de créditos.
BancoEstado hace referencia a los artículos 57 y 60 de la Constitución para no dar créditos a parlamentarios y candidatos. Alude el primero a que no podrán ser candidatos quienes celebren contratos con el Estado y el segundo establece que, en caso de que un parlamentario en ejercicio tenga uno, deberá dejar su cargo.
El problema -argumentan los opositores a la postura de BancoEstado- radica en que dichas normas constitucionales no cuentan con una ley que delimite su interpretación y existe muy poca jurisprudencia respecto de la aplicación de esos artículos.
Con todo, la polémica en torno a BancoEstado y el financiamiento de las campañas políticas esconde un debate más profundo que dice relación con el rol que está entidad debería jugar en la sociedad. En su memoria corporativa BancoEstado se define como una entidad “cuyo rol social se basa en ser el principal articulador de la inclusión financiera en el país, apoyar el fomento y empoderamiento económico de las empresas de menor tamaño y el despliegue de las políticas públicas de las instituciones del Estado”. En el mismo documento, el entonces presidente de BancoEstado, Jorge Rodríguez Grossi, destaca que la entidad cuenta con 11 millones de clientes y que el 70% de las empresas del país opera con él.
Bajo esta premisa, poco pareciera contribuir a la inclusión y al empoderamiento de la sociedad la negativa de BancoEstado a financiar campañas políticas. Una interpretación que algunas autoridades -partiendo por el propio Servel- han calificado de constituir una posición en extremo celosa y excesivamente preventiva, pese a estar dentro de la normativa.
Considerando todo esto no es irrelevante el rol que juega BancoEstado en esta elección, lo que deja de manifiesto las profundas controversias en que puede verse envuelta una entidad pública cuando opera como privada y con todos los riesgos reputaciones que eso además implica.
Poco pareciera contribuir a la inclusión y al empoderamiento de la sociedad la negativa de BancoEstado a financiar campañas políticas.