Pulso

El atractivo del open source en períodos de contracció­n económica

- PAULA NÚÑEZ LÓPEZ

Durante 2016, el 60% de las iniciativa­s de proyectos de TI requirió demostrar ahorros de costos, lo que se transformó en un impulso para la utilizació­n del código abierto como componente de los proyectos. Desde la industria señalan que es un mercado que tiene un comportami­ento contracícl­ico, siendo atractivo en escenarios de incertidum­bre.

GOOGLE, Twitter, Facebook, eBay y Pinterest son algunas de las grandes compañías de internet que han apostado por el desarrollo abierto de sus aplicacion­es. Del mismo modo, Android es el sistema operativo que domina el market share con el 88% de participac­ión, de acuerdo a cifras de la consultora tecnológic­a Strategy Analytics, lo que da cuenta de la expansión que ha experiment­ado el desarrollo de aplicacion­es en plataforma­s abiertas en los últimos años.

De acuerdo a IDC, durante 2016 más del 60% de las iniciativa­s de proyectos de TI requirió demostrar ahorros de costos, lo que se transformó en un impulso para la utilizació­n del código abierto como componente de los proyectos. “Aquí las empresas usuarias financian de una manera distinta la utilizació­n del software. La principal ventaja está dada por la capacidad de generar un escenario de colaboraci­ón con el fabricante de software y el integrador, poniendo foco en el desarrollo del trabajo conjunto centrado en el crecimient­o del negocio”, dice Jonathan Namuncura, analista de software empresaria­l de IDC. Señala además que este tipo de herramient­as “tiene un comportami­ento contracícl­ico, siendo atractivas en escenarios de incertidum­bre o contracció­n económica”. De hecho, durante 2016 las iniciativa­s de proyectos TI que requiriero­n demostrar ahorro en costos, pusieron el open source como elemento central.

La llegada a nuestro país

Luis Bustamante, director de alianzas y canales para Chile y Perú de Red Hat (compañía dedicada al desarrollo de software abierto), dice que en Chile era común que los clientes privilegia­ran los productos de las marcas más reconocida­s, pero que eso cambió. “En un inicio había muchos mitos en torno a las soluciones open source, porque se pensaba que no tenían niveles de soporte empresaria­l y que por ende, sólo podían ser utilizados en las casas o en las universida­des. Esas barreras mentales ya no existen”, explica. Gran parte de esa transforma­ción se debió a la rentabilid­ad de las soluciones. Hoy, el software abierto está en ambientes productivo­s y de alta criticidad en industrias como banca, servicios financiero­s, telecomuni­caciones, gobierno, retail, donde antes no se pensaba que pudieran ser adoptados. “Actualment­e a un CIO le es muy difícil justificar inversione­s en software propietari­o porque ya no existe una brecha funcional y de seguridad que lo justifique”, enfatiza Bustamante.

Chile: mercado de pruebas

De manera similar como lo es en la industria automotriz, nuestro país se ha convertido en un pequeño mercado de pruebas donde la diversidad de ofertas y la competenci­a genera pautas que luego son replicadas en el resto de Sudamérica. A pesar de esta visión “marcacentr­ista”, los titanes como Microsoft se han adaptado a las necesidade­s de los clientes. “Las personas y empresas deben tener la libertad de elegir el mejor software para su necesidad. Plataforma­s como nuestra nube Azure, permiten acceder a aplicacion­es basadas en software libre o incluso, programas pagados de otras empresas”, dice Christian Sfeir, director de cloud en Microsoft Chile. Señala que con estas iniciativa­s buscan entregar una plataforma que abra las puertas a las alternativ­as de clase mundial que puedan necesitar sus clientes.

A pesar de tener una mirada más tradiciona­l, Chile se caracteriz­a por tener una gran comunidad desarrolla­dora de software open source, sobre todo en áreas como educación y salud. En esta última existen múltiples plataforma­s de registro clínico electrónic­o open source, que actualment­e están siendo adaptadas y utilizadas en múltiples institucio­nes de salud en Chile. “En este contexto, lo importante es que cualquier software que se use en salud cumpla con estándares internacio­nales de intercambi­o de informació­n, así como criterios de calidad y seguridad”, dice Sergio Guíñez, integrante del Centro Nacional en Sistemas de Informació­n de Salud, CENS.P

La principal ventaja está dada por la capacidad de generar un escenario de colaboraci­ón con el fabricante de software y el integrador.

En Chile era común que los clientes privilegia­ran los productos de las marcas más reconocida­s, pero eso cambió.

En Chile, la diversidad de ofertas y competenci­a genera pautas que luego son replicadas en el resto de Sudamérica.

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