Cataluña: fuga de compañías continúa con Abertis, Cellnex y Colonial
Los dirigentes catalanes podrían decidir declarar la independencia hoy.
—La tensión se mantiene en Cataluña, mientras nuevas compañías amenazan con hacer las maletas y retirarse de la zona en medio de la incertidumbre que rodea a una posible declaración de independencia.
Luego de que Caixabank, Banco Sabadell –tercer y quinto bancos de España, respectivamente– y la empresa de hidrocarburos Gas Natural trasladaran sus sedes sociales fuera de la región la semana pasada, la salida continuó ayer con mensajes similares desde el administrador de autopistas Abertis, su filial de telecomunicaciones Cellnex y la inmobiliaria Colonial.
Aumentando la presión sobre el presidente catalán, Carles Puigdemont, Abertis anunció que moverá su domicilio a Madrid, citando “inseguridad jurídica” por la crisis en Cataluña. Las otras dos firmas hicieron lo mismo.
Después de esto, sólo queda una empresa listada en el índice referencial Ibex-35 ubicada en la región: el laboratorio farmacéutico Grifols, especializado en productos hemoderivados.
“Las empresas piensan: ‘si de repente nos encontramos en un territorio que no pertenece a la zona euro, la seguridad jurídica dejaría de estar garantizada y la fiscalidad sería una interrogante, así que nos vamos’”, resumió Jesús Castillo, economista para el sur de Europa en Natixis.
Esto en una región que, recordó, representa “cerca del 20% de la economía española en términos de PIB, un 22% de su industria, 25% de sus exportaciones y 40% de sus grandes empresas, de más de 200 empleados”.
Por su parte, Eric Dor, de la escuela de gerencia IESEG en París, advierte sobre la fuga de grandes compañías de la zona, señalando que “puede ser catastrófico para los ingresos fiscales de Cataluña” y que “lo ocurrido la última semana, debería inyectar realidad al gobierno catalán”.
El poderoso lobby económico catalán Círculo de Economía ya había pedido durante el fin de semana a Puigdemont deponer sus planes independentistas, según un fuente de la entidad.
Hoy es una fecha clave para el desarrollo de la crisis en la región española, dado que los dirigentes catalanes podrían declarar la independencia, abriendo un periodo de transición hacia la creación de una república.
La proclamación abriría una crisis sin precedentes en España y agravaría todavía más el
conflicto entre las autoridades regionales y el poder central.
El último llamado a Puigdemont para que renunciase a la proclamación lo hizo la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, asegurando que ésta pondría en peligro “la cohesión social”.
Por su parte, el gobierno español, liderado por Mariano Rajoy, fue más duro: “habrá que tomar medidas si es que los dirigentes catalanes siguen adelante, dijo la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría a la radio local COPE.