Más responsabilidades, más recursos
Es necesario advertir que no se puede continuar recargando a las municipalidades con nuevos compromisos a ejecutar sin que haya glosas presupuestarias y que estas además sean estables.
NO CABE duda que los municipios son la primera puerta de entrada de los ciudadanos y vecinos al Estado. Cada vez que sucede cualquier acción y/o evento que los afecte, no hay titubeo en que acudirán al municipio para ver de qué manera pueden ser auxiliados; muchas veces no está dentro de las responsabilidades del mismo hacerlo, pero existe en nosotros un alto grado de compromiso con el bienestar de la comunidad.
A propósito de situaciones que nos sobrepasan como institución descentralizada del Estado, pero parte de él, es bueno recordar que los recursos que entrega el gobierno central para financiar la educación pública no alcanzan para completar la operación que cuesta, tanto la mantención de los colegios, como los sueldos de los profesores.
Las municipalidades entregan cerca de $200 mil millones de sus recursos y presupuestos. El gasto de los municipios en educación, es a lo menos 30% del presupuesto que se necesita para mantener funcionando la educación pública, dineros que podríamos destinar a otras múltiples necesidades en las comunas, en especial en las más populares, donde la municipalidad no es sólo una institución republicana, o la encargada de recoger la basura, sino una colectividad que acompaña a las personas desde niños hasta ancianos.
Al alcalde, a diferencia de otras autoridades elegidas, con certeza los vecinos lo van a saludar, conocer, compartir, etcételeyes ra. Es una autoridad permanentemente en terreno.
No será primera vez, ni la última, que desde el gobierno central se nos asignan nuevas funciones, y ciertamente toda función que vaya en beneficio de la gente podrá contar con nuestro esfuerzo; no obstante, es necesario advertir que no podemos seguir recargando a las municipalidades de compromisos a cumplir sin una glosa de presupuesto nueva y establecida.
Sólo por citar algunos, este año contamos con la nueva Ley de Reciclaje, que nos hace cargo de implementar medidas fiscalizadoras y de recolección; se creará el Servicio de Bienestar en Salud, Programa de Mejoramiento de la Gestión Municipal (PMG), “ley Cholito”, la nueva ley de plantas municipales (que tampoco viene con más presupuesto), etcétera. En verdad, llega a ser irresponsable querer ejecutar sin su correcto financiamiento.
Es por eso que como AChM hemos solicitado al ministro de Hacienda que se haga un reconocimiento a la labor de los municipios y a su trabajo constante; por supuesto que se fiscalice y persiga a los malos administradores, pero no perdamos el foco ni los ahoguemos con más deudas y apuros, pues una mala gestión municipal incide directamente en el corazón de la gente.
No puedo dejar de referirme al conflicto artificial que vivimos con los llamados bonos SAE, por los cuales decenas de municipios se encuentran demandados e, incluso, algunos alcaldes presos, bono que ya fue pagado y así lo reconoció la Corte Suprema más de alguna vez. Sólo el cambio de sus ministros y de interpretación nos ha negado la razón en los últimos juicios. Los profesores han buscado cobrar con nosotros una deuda nacional, más allá del dinero, que no nos corresponde pagar, y el Gobierno alude que es un problema de dos. Cuando es problema nos llaman, cuando debemos poner plata, asumimos solos. Si quieren municipalidades que efectivamente cumplan un rol social y den servicios de bienestar, financiemos. Que se financien las municipalidades y se entreguen mayores recursos, si no nuestro rol indudablemente se verá afectado, y con ello las personas son las únicas que pierden.