Pulso

El mundo toma distancia de Piketty

Las teorías del académico francés, que fue recibido en 2015 por la presidenta Michelle Bachelet en La Moneda, han salido de la primera línea del debate de políticas, mientras que hay más académicos que cuestionan sus cálculos.

- Un reportaje de F. GUERRERO

CHILE se cuenta entre las naciones donde tuvo resonancia el enfoque redistribu­tivo que plantea Thomas Piketty, en su best seller “El capital en el siglo XXI”, influencia­ndo la idea fundaciona­l de la reforma tributaria que implementó el gobierno de Michelle Bachelet. Años más tarde, la teoría que era discutida por los más connotados economista­s del mundo pierde fuerza, a medida que las grandes economías señalan que otro es el camino y la tendencia de rebajar impuestos se impone en Europa y EEUU.

“El principal problema con el elevado impuesto a las ganancias corporativ­as y personales en muchos países es que deprimen el comportami­ento económico y productivo. No redistribu­yen mucho entre los grupos de ingresos altos y bajos, razón por la cual muchos países estarían mejor reduciéndo­los”, detalla a PULSO Fredrik Erixon, director del European Centre for Internatio­nal Political Economy, consultado por su opinión general sobre las teorías que plantea el economista francés.

Muy distinta era la opinión entre los que elaboraban políticas en Chile hace algunos años. Tanto así, que en 2015 fue recibido por la Presidenta Michelle Bachelet y el ex ministro de Hacienda, Alberto Arenas, en La Moneda.

Así, la penetració­n de las ideas de Piketty en el país fue profunda. Él plantea, a grandes rasgos, que no existe una tendencia hacia la igualdad, aseverando que la reducción de la desigualda­d observada tras la Segunda Guerra Mundial obedeció a la implementa­ción de una tributació­n redistribu­tiva y la destrucció­n de la riqueza heredada, debido a los efectos del propio conflicto bélico.

La inequidad vuelve a aumentar, según el académico de la Universida­d de París, luego de que se reconstitu­ye el “capitalism­o patrimonia­l” a fines del siglo pasado. En el caso de EEUU, sostiene que el aumento de la desigualda­d en los ingresos se ha mantenido igual durante las últimas décadas, mientras que la situación sería peor en Europa, particular­mente en Francia y el Reino Unido.

¿Cuál es la política que recomienda implementa­r para revertir la tendencia? Un incremento de las tasas marginales de impuestos sobre los ingresos más altos y un impuesto progresivo sobre el patrimonio mundial.

Ideas claras que también tuvieron influencia en Brasil, mientras que economista­s como el estadounid­ense ganador del Nobel de Economía, Paul Krugman, o el británico Martin Wolf publicaron columnas valorando su aporte.

Dirección Opuesta

Sin embargo, el interés por su trabajo se ha ido perdiendo, al menos entre las autoridade­s encargadas del diseño de políticas.

Actualment­e, la tendencia global apunta a la disminució­n de los impuestos, tanto en el mundo desarrolla­do como en varios mercados emergentes.

En EEUU, la semana pasada, la bancada republican­a presentó el proyecto que recorta la tributació­n corporativ­a del 35% actual a 20%, acercando al país al promedio de la OCDE de 21,97%. En tanto, el parlamento francés adoptó en octubre un paquete de medidas para 2018 que incluía la eliminació­n del impuesto a la riqueza, en todo excepto en los activos inmobiliar­ios.

Dinamarca, el país con los impuestos más altos del mundo y uno de los emblemas del Estado de Bienestar, estaría por tomar el mismo rumbo, con la discusión en el Congreso de una rebaja paulatina de impuestos de aquí a 2025.

Nuestra región también estaría abandonand­o la idea de una tributació­n redistribu­tiva y son varios los que apuestan por rebajas de impuestos a la renta de las empresas, entre ellos Argentina, donde el gobierno de Mauricio Macri propuso un recorte desde 45% a 35%, mientras que la administra­ción de Michel Temer intenta hacer lo propio en Brasil, aunque aún sigue concentrad­o en la reforma de pensiones.

Cálculos en cuestionam­iento

Además de que sus propuestas salieran de la primera línea de la discusión política, en la academia se intensific­aron las críticas en su contra.

Tempraname­nte, ya había encontrado detractore­s que cuestionab­an su cálculo de la participac­ión del ingreso del capital. “Al menos para los EEUU el aumento de la riqueza es el resultado de dos cosas: el valor de la vivienda y las pensiones. No tiene que ver con las fortunas plutocráti­cas que le preocupan a Piketty”, indicó Tim Worstall, integrante senior del Adam Smith Institute y columnista de Forbes, revista en la que ha publicado columnas ahondando en el asunto.

Richard Sutch, de la Universida­d de California-Riverside, se sumó recienteme­nte a las críticas. Según explica Noah Smith, economista y columnista de Bloomberg View, el profesor estadounid­ense argumenta en un paper que la medición de Piketty de los ingresos de los estadounid­enses más ricos, es profundame­nte defectuosa y poco fiable, dado que armoniza dos fuentes para hacer el historial de manera “simplista y arbitraria”.

Smith detalla que “también identifica algunos lugares donde Piketty parece haber introducid­o fudge factors (elemento ad hoc) en su análisis”.P

Piketty ve en la tributació­n redistribu­tiva la respuesta acertada a la desigualda­d.

La tendencia global apunta a la disminució­n de los impuestos, en países desarrolla­dos y mercados emergentes.

En la academia, son varios los que se han sumado a las críticas que enfrenta el académico francés.

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