El primer año de Trump
El mandatario ha convivido con la compleja implementación de algunas de las reformas comprometidas. Sin embargo, la economía de EEUU ha mantenido números positivos, aunque aún falta por ver la trayectoria de la agresiva reforma tributaria republicana.
EL próximo miércoles 8 se cumple un año desde que Donald Trump llegó sorpresivamente a la Casa Blanca. Como se esperaba, su administración ha estado marcada por la ruptura del marco en el que se mueve tradicionalmente la máxima autoridad de Estados Unidos.
Trump ha sido un gobernante impredecible, con múltiples declaraciones desafortunadas e imprecisas vía Twitter, y que ha tomado decisiones erráticas que han puesto a prueba el buen funcionamiento de las instituciones norteamericanas. Trump ha intentado aplicar algunos de los compromisos programáticos que adoptó en la campaña, pero no ha contado con la adhesión que esperaba del Partido Republicano e, incluso, ha terminado chocando con la oposición de los tribunales de justicia. El mandatario estadounidense no ha podido derribar el Obamacare -sistema de salud promovido por Obama- ni tampoco ha conseguido radicalizar del todo la política de inmigración.
Sin embargo, en Estados Unidos la confianza de los consumidores ha aumentado y el futuro para los negocios -según cifras de la Fed- es auspicioso. Además, el nombramiento de Jerome Powell para encabezar la Reserva Federal da cuenta de una decisión moderada, que apuesta por la continuidad de una política monetaria cautelosa. Falta por ver el futuro de la ambiciosa reforma tributaria republicana, la que entre otras medidas recorta el impuesto a las empresas de un 35% a un 20%.